«The present day composer refuses to die!», Edgar Varèse
«El periodismo musical consiste en gente que no sabe escribir, entrevistando a gente que no sabe hablar, para gente que no sabe leer»,Frank Zappa
Si hay una persona en el mundo a la que admiro, cuya efigie tengo en las paredes de casi todas las habitaciones de mi casa, y con cuya iconografía llevaría la carpeta forrada al insti en caso de que yo fuese una niña colegiala católica; si hay algún músico en la historia que me parece verdaderamente honesto y coherente durante toda su carrera, hiperactivo y enamorado de la música hasta rozar la locura; si tuviera que pensar en alguien cuya música evoca sonidos por igual de Robert Johnson, Miles Davis o Igor Stravinski; si hay alguna persona en este mundo en la que hubiera llegado a confiar en las urnas, y a votar por él en unas elecciones, de haber sido yo un norteamericano en 1984; si tuviera que decidir un músico que mereciera ser escuchado todavía dentro de miles de años, o enviar su discografía en una cápsula al espacio para dar a conocer la genialidad de la música del siglo XX en el planeta Tierra a los extraterrestres (quienes sin duda sabrían valorarla); si me preguntaran por un músico al cual físicamente no quisiera parecerme por nada del mundo... En todos estos casos, mi respuesta sería Frank Vincent Zappa, el bizarro compositor, cantante y multiinstrumentista más grande que he conocido hasta la fecha.
Zappo nació en Baltimore, la ciudad del músico Philip Glass, el nadador Michael Phelps, el filósofo John Rawls o mi admirado John Waters (lo poco que sé de Baltimore es por sus películas). En 1940. Por las fotos que he visto en los (poquísimos) libros publicados, o en el (muy abundante) material en Internet, diríase que tenía ya entonces su característico bigote y la perilla tipo mosca debajo del labio. Creció sano y alegre, compuso unos cuantos cientos de canciones, y murió el 4 de diciembre de 1993, de un incurable cáncer de próstata.
Desde muy joven dio muestras de una capacidad y una pasión incomparables por la música; desde las composiciones medievales y barrocas, o los clásicos del siglo XIX, pasando por los primeros bluesmen, los originarios del rock and roll y hasta unos pocos de sus colegas contemporáneos.
Su vida me fascina porque está repleta de momentos legendarios, determinadas leyendas y citas lapidarias. Entre este anecdotario curioso, podríamos mencionar que su primer contacto laboral con el mundo de la música fue cuando le ofrecieron la composición del score para una película pornográfica, y resultó ser un señuelo puesto por la policía para llevarle a prisión acusado de pervertido; o aquella vez que el desquiciado novio de una fan, celoso de Zappa, le empujó al foso desde el escenario durante un concierto, y pasó todo el año siguiente en una silla de ruedas (sin dejar de actuar ni grabar) y arrastrando un agravamiento en la tonalidad de su voz de por vida; o aquel trágico concierto entre llamas en Suiza, que quedó inmortalizado en el tema 'Smoke on the water' de Deep Purple; o sus aventuras cinematográficas (cuyo principal legado y única película terminada es la simpar "200 motels"); sus colaboraciones musicales y su leyenda... Pero de todo esto, si se cumplen mis expectativas, hablaré en otro momento.
En esta ocasión, podíamos empezar hablando de sus letras. Diciendo que en ellas se aúnan la ironía (basada en el humor inteligente), la crítica social-política o las referencias constantes a sus obsesiones: el cine de serie B y la ciencia-ficción, las historias de la vida en la carretera y las groupies, el sexo, y sobre todo historias sobre personajes inventados por él, a menudo basados en experiencias propias, que van conformando un universo propio e interrelacionado, una continuidad en su temática, repleto de tipos extraños con nombres inverosímiles y situaciones imposibles. Homenajes a gente marginal y fea, y desprecio por la gente "guapa" y borrega.
En cuanto a su música, también a bote pronto y según me viene a la cabeza, podemos agrupar (en caso de querer hacerlo, cosa innecesaria y bastante freak) sus canciones en distintas categorías, dado que encontramos: discos de pop-rock relativamente comerciales, numerosos discos instrumentales, discos de homenaje a estilos musicales, discos conceptuales que remiten a películas ficticias, discos dedicados enteramente al virtuosismo musical... Pero sobre todo, la mayoría de sus canciones tienen una estructura muy compleja, que responde a otro tipo de obsesiones: la cacofonía musical y la asonancia, el juego con el silencio, la "ironía musical", por llamarla de alguna manera (coger una pieza clásica y transformarla, zappearla, llevársela a su mundo y hacerla propia; a veces con respeto y en forma de homenaje, caso del 'Bolero' de Ravel o el 'Stairway to Heaven', por ejemplo; y otras veces en forma de burla, como con la música hippie, los standards de rock o algún tema de los Beatles), y la experimentación instrumental: desde sus comienzos tocando la batería y buscando ritmos nuevos y estructuras difíciles, hasta convertirse en un virtuoso genio de la guitarra eléctrica (cosa que no siempre se recuerda, y estamos ante un guitarrista que podría compararse a Hendrix o Page, que fue maestro de Steve Vai e influencia de todos los 'guitar heroes' que vinieron después), pasando por experimentos tan extraños como llenar un piano de agua y grabar frases y conversaciones aleatorias, alrededor de las cuales componer discos enteros; o utilizar las melodías de juguetes infantiles en sus directos; o su aprendizaje y desarrollo del synclavier (un instrumento electrónico que podía imitar casi cualquier sonido, lo más parecido a los complejos programas informáticos de hoy día)...
En definitiva, la imagen que tengo de FZ, y que nadie ni nada de lo que he leído me ha hecho pensar lo contrario, es la de un genio absoluto, que tenía la música presente en cada momento de su vida, como si el negocio musical no fuese con él, como si crease e interpretase música por una cuestión de necesidad vital, ajeno a modas, a críticas y a lo que pudiese conseguir con la música. Un tipo que, a juzgar por su forma de moverse y de hablar en los conciertos, parecía llevar un diapasón en mitad de su alma, de tan asumidos que llevaba el sonido y el silencio combinados. Que varias veces se arruinó, así como otras veces ganó mucho dinero, convencido de que tenía que llevar a cabo un proyecto que tenía en mente. Todo por comunicarse a través de la música.
También me parece interesante destacar, en esta introducción a FZ hecha a bote pronto y según me vienen las cosas a la cabeza (y que me da la impresión de que por ello mismo está quedando algo incomprensible; espero que no sea así), algunos otros detalles que ayuden a comprender mejor su persona y/o su música:
- En primer lugar, es significativo conocer el siguiente dato: Frank Zappa tiene, a fecha de hoy, 64 LP's oficiales.
Bien es cierto que "sólo" unos 40 son discos de estudio al uso (6 ó 7 de ellos son recopilaciones de distinto pelaje), y todo lo demás son discos en directo. Pero es que muchos de los temas nuevos que componía sólo los tocaba en directo, y no los llegaba a grabar en estudio, no le gustaba demasiado el estudio. Es decir, que su sistema de composición no era convencional (como casi nada en su carrera), no seguía el modelo habitual (esperar seis meses, encerrarse hasta componer 2 canciones radiables y 10 de relleno, grabarlas, irse de gira y promoción, y vuelta a empezar), sino que su vida era una gira constante y un perenne estado de creatividad. De hecho, de esos 64 discos, 10 de ellos (de momento) se han publicado después de su fallecimiento, puesto que dejó mucho material inédito. Y además, cada concierto podía ser totalmente diferente un día del siguiente, sin un solo tema en común.
También es cierto que eran otros tiempos en la industria, y que probablemente ahora sería impensable tan dilatada discografía, pero en Mr. Z es habitual encontrarse con un disco publicado cada dos o tres meses.
- Prácticamente todas las personas que le conocían coincidían en que tenía un carácter difícil, muy mala hostia, y que llegaba a ser incluso cruel con algunos de sus músicos;
- Rompiendo el clásico triángulo sexo / drogas / rock and roll, era un maniático enemigo del consumo de drogas, por razones ideológicas (relacionadas con la artificial alteración mental en el momento de la composición, que él rechazaba anteponiendo siempre la creatividad en estado "virgen");
- Su forma de trabajo era bastante peculiar, y más parecida a la de una orquesta de cámara que a la de un grupo de rock: su grupo, The Mothers Of Invention, ensayaba ocho horas diarias, antes, durante y después de las giras. Y los miembros de The Mothers (que variaron mucho durante su larga vida, llegando a pasar más de 30 músicos por sus filas) recibían un sueldo (abundante) por su trabajo, administrado por el jefe, el mohíno Zappa. Por cierto (relacionando los dos puntos anteriores con éste), que en una ocasión Zappa despidió a una formación completa de los Mothers al descubrir que eran habituales consumidores de marihuana... o eso dice la leyenda;
- Y acabo con otros aspectos que me parece conforman sus circunstancias, y sobre los que puede que vuelva algún día (o no): su condición de "director de orquesta rock" (no son pocos los conciertos en los que, cuando suelta la guitarra, dirige batuta en mano y partitura delante, de espaldas al público, a su panda de melenudos rockeros); la belleza de sus portadas (para las cuales trabajaba principalmente con Cal Schenkel, y en momentos puntuales con Tanino Liberatore, Matt Groening...); su misteriosa relación con los Residents (?); su amistad con su viejo compañero de clase Captain Beefheart; su carrera política; los mensajes ocultos en sus canciones; su relación con Satán y su relación con Dios; la secta zappiana que se esconde en Internet; su probable implicación en casos de fraude relacionados con la Sábana Santa de Cristo; sus apariciones ocultas en los Simpsons... Y por qué no, también de sus canciones. En fin, que hay para rato.
Hasta aquí esta introducción al mundo de Frank Zappa, personal, de memoria y a trompicones, y por lo tanto seguramente llena de incorrecciones, desde la admiración y el respeto (y de hecho, me ha quedado todo muy serio, ¿no? Con lo que me gusta decir chorradas). Es el primero de lo que pretendo que sea una saga de posts dedicados a Zappa, con al menos una alusión mensual a la única persona en el mundo a la que verdaderamente admiro de verdad.
Mis disculpas para el posible seguidor casual de este humilde blog y al que le interese un pimiento el pesado de bigote y su música para pseudointelectuales, y también al que le guste Zappa y no encuentre entre estos posts más que insensateces y errores. Disculpas a ambos colectivos, y para expresar cualquier cosa o dejar insultos o halagos están los comentarios de aquí abajo.
No me quiero olvidar de recomendar la página de Internet de Román García, El Tercer Poder, donde está escrito absolutamente todo sobre el Maestro Zappa.
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