sábado, 31 de diciembre de 2005

Félix halló un huevo



El año que viene, todos a ruacanruolear.
Qúé resaca, dios mío, no os lo podéis imaginar

Drive-in blog #04

Llevaba años sin ver este video, quizá el momento más glorioso del señor Petty (y uno de los primeros trabajos de Johnny Depp).



Tom Petty - Into the great wide open


The sky was the limit

miércoles, 28 de diciembre de 2005

La lucha libre, así in yeneral (6)

TOP 50 LUCHA COUNTDOWN!!!
(5ª y última parte)

Los hay reales y los hay dibujados; los hay cachitas y los hay fondones; hay hombres, mujeres, híbridos y animales; muchos de los que son no están, y sin duda echaréis en falta a algún favorito, pero todos los que están, son. Esto es una cuenta atrás de los 50 luchadores más grandes de todos los tiempos. ¡Es la hora de las tortas!

Ya hemos llegado al momento más esperado. Ponte la famosa canción de Europe a tope, y prepárate para sumergirte en el final de la cuenta atrás. Pero antes, como hacen en los programas de “maravillas bizarras” de Discovery Channel, o los desgraciados de la payola y la radiofórmula, hagamos un repaso rápido a los puestos del 50 al 11, para todos aquellos que se acaban de incorporar:

50. Culo de Muerte y los locos de Incredibly Strange Wrestling;
49. The Toeminator, campeón mundial de pulso gitano con los pies;
48. Referí Tribilín, y todo el arbitraje en general;
47. Jimmy “La Hiena” Hart, y todos los mánagers cachondos;
46. Lord Littlebrook, como representante de los midgets o luchadores enanos;
45. Mascarita Sagrada, el más famoso de los mini-gladiadores mexicanos;
44. Tiffany Million, una catfighter trotona que se pasó al al porno;
43. Stacy Keibler, jamona, ojalá todos los luchadores fuesen como tú;
42. Spiderman, sí, el trepamuros, que dio sus primeros pasos en la lucha libre dibujada;
41. Ricochet, que así se llama el protagonista de Mucha Lucha;
40. Son Gokuh, buscador de bolas de dragón y campeón de lucha manga;
39. Vega, uno del Street Fighter que molaba mucho y que era el mejor en su trabajo;
38. The Gobbledy-Gooker, o cómo hacer el payaso en la lucha de máxima audiencia;
37. The Red Rooster, la joven promesa que se puso gallito;
36. Karol Wojtyla, el Papa de Roma más querido, un gran aficionado;
35. Jesus Freak, un friqui católico como su nombre indica, estrella de la CWF;
34. Jorge "Giant" Gonzáles, un melenudo con gigantismo con 15 minutos de fama;
33. Bobbi Bling Bling, está para hacerla una llave;
32. Beverly Shade, bella y bestia es;
31. Las Luchadoras, un momento glorioso del cine fantástico mexicano;
30. Ricky Marvin, un don nadie, pero hay que cuidar a la cantera;
29. Fishman, secundario de la Edad de Oro;
28. Love Machine, el amoroso gringo salvaje;
27. "Macho Man" Randy Savage, vuelve el hombre;
26. Bruno Sammartino, el maffiossi de los puños de oro;
25. Jeff Jarrett, la fama y el éxito no tienen por qué estar reñidos con el cretinismo;
24. Perro Aguayo, la ortodoxia añeja de la lucha mexicana;
23. Gran Barón Gattoni, el Houdini de las tortas;
22. Rodolfo "Cavernario" Galindo, más malo que el veneno caducado;
21. Atlantis, el ídolo de los niños... traviesos;
20. Tammy Sytch, hazme mil martinetes;
19. Los Sacamantecas, la pareja basura del catch;
18. El Espectro, maestría y escalofríos;
17. Mil Máscaras, mucho mejor que Batman;
16. Owen Hart, de chulo de playa a mártir;
15. Eddie Guerrero, tus fans no te olvidan;
14. Abdullah the Butcher, literalmente se comía a los rivales;
13. Rikidozan, el padre de la lucha en Oriente;
12. Karadagián, el Maradona del ring;
11. El Marinero Tarugo, de entrañable a vergonzoso.

Y ahora sí, veamos qué nos deparan los últimos escalones de nuestro ascenso al Limbo de la Lucha Libre internacional:


10. "GORGEOUS" GEORGE WAGNER

Para entendernos, la historia de la lucha libre americana no habría sido la misma sin George Wagner. Aficionado a la lucha libre y grecorromana desde crío, y profesional durante los años 30 y 40 en la American Wrestling Asociation, fue el primero en plantearse las peleas de estilo libre en el ring como un espectáculo televisable. Y de hecho, lo consiguió. Al margen de su innegable destreza y sus títulos, George llevaba el pelo largo, utilizaba tretas extra-deportivas para vencer a sus rivales (como rociarlo todo con colonia o o pelear fuera del ring), fue el primero en hablar al público y manejar artes teatrales en la lona y el primero en utilizar una música de entrada (concretamente, la marcha de “Pompa y circunstancia” de Edward Elgar). El primero, en definitiva, en verle las posibilidades al show más allá de los lances deportivísticos.

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9. "SUPERSTAR" BILLY GRAHAM


De nombre real Wayne Coleman (n. 10/11/1943), Superstar es una leyenda en el universo del culto al cuerpo, una figura comparable a la de Arnold Schwannegger, con quien compartió gimnasio en más de una ocasión, y con una carrera similar. De cuerpo perfecto, multi-campeón de bodybuilding y nombrado Mr. Teenage America en los años 60, fue un luchador casi perfecto y muy regular, tetracampeón del mundo en los setenta y afamado manager durante la segunda edad de oro ochentera de este deporte espectáculo. En la actualidad es también tristemente famoso por ser una prueba viviente del efecto del abuso de los esteroides y anabolizantes.

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8. THE FABULOUS MOOLAH

Pulsa para ampliarEn el puesto número 8 os traigo a Lillian Ellison, alias (The Fabulous) Moolah, la mujer más importante en toda la historia de la lucha libre. Una dama de armas tomar que estuvo más de 30 años despachando adversarias encima del ring en la National Wrestling Association. Enjuta pero fornida, ganó su primer cinturón en 1956 venciendo a Judy Grable, título que defendió durante nada menos que 10 años. Lo perdió dos veces (una ante Betty Boucher y otra contra la japonesa Yukiko Tomoe), pero en ambos casos volvió a recuperarlo en el siguiente combate. Durante los siguientes 5 años volvió a liderar el casillero internacional, pero esta vez de forma interrumpida, perdiendo y volviendo a recuperar el cinto en numerosas ocasiones. En los años 80 firmó en exclusiva por la rama femenina de la WWF, luchando como Spider Lady y culminando una carrera meteórica incluso en los momentos de éxito televisivo de la lucha libre profesional, contando cerca de 50 años de vida. Ningún luchador o luchadora puede presumir de semejante trayectoria.

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7. MR. T

Qué decir del magnífico e inmortal M. A. Barracus, esa fábrica de mamporros ambulante con el pelo mohicano y la tonelada de collares a cuestas... El tiempo ha hecho justicia a Mr. T y le ha colocado en el lugar del consciente colectivo en el que merece estar, en ese limbo pop flotante al que sólo tienen derecho a acceder los iconos bizarros más importantes, aquellos que con más fuerza se aferran a la memoria de todos nosotros. Quizá al lado de Maradona, de Naranjito, de Elvis, de Supermán... O quizá estoy diciendo tonterías, pero lo cierto es que la imagen del señor T, su mera silueta, es tan reconocible como la de cualquiera de ellos.

Por si acaso su vida no nos la conocemos todos suficientemente, le despacho en un momento: nacido Lawrence Tereaud en 1952 y aficionado desde siempre a los deportes físicos, el culturismo y el football americano, entre sus primeros trabajos remunerados ejerció de guardaespaldas para grandes figuras de esas que pisan alfombras rojas, antes de protagonizar la escena final de “Rocky 3” (1982) que le catapultó a la fama. Luego vino El equipo A, y luego todo lo demás. Los ochenta fueron su década, junto a Murdock, Aníbal, Phoenix y el resto, con los tebeos, los dibujos animados y con su fugaz carrera como luchador en la WWF, por supuesto representando a M. A. y haciendo pareja con el ídolo Hulk Hogan. En los años 90 casi desaparece por completo de la vida pública, dejándose ver únicamente en rarísimos cameos en series y películas casposas representándose a sí mismo. Los años 80 le pasaron factura, y Mr. T quería alejar por completo la imagen violenta y mamporrera de sus personajes de la vida real. Eme A se transformó entonces en una especie de gurú espiritual, un conferenciante y un amigo de los niños que no saben leer chachi, un embajador humanitario y poco menos que el líder de su propia secta. Superó un cáncer de próstata, y se rumoreó continuamente sobre su muerte (se sigue haciendo, ya sabemos cómo funcionan estas cosas) y sobre su presunta secta de ayuda a los niños enfermos, donde aseguraba tener habilidad para curar con sus manos y ser como Jesucristo redivivo, pero en más accesible. Ahí es nada, para que luego se quejen de la famosa frase de los Beatles. Qué grande que es este tipo.


Pero os voy a dar la tabarra un poquito más con el Sr. T, porque además de todas las proezas que cuelgan a hombros de este pro-hombre, hay una anécdota más que añadir a su biografía. La más importante, la que más se mencionará dentro de unos años: YO LUCHÉ CON MR. T. Sí, amigos. Tendría yo cuatro o cinco años cuando le conocí. Fue durante una de esas casposísimas fiestas de verano que organizan las agencias hoteleras. Yo estaba pasando las vacaciones con mi familia en un hotel de Benidorm (el Van Dyck, para más señas) a principios de los años ochenta, cuando el maestro de ceremonias anunció que en ese momento, ahí en el improvisado escenario junto a la piscina del hotel, iba a hacer acto de presencia el hombre más fuerte del mundo. ¡¡Era él, mi ídolo!! El traductor, haciendo como si no conociera el número, pidió a diez fornidos señores voluntarios que salieran al escenario. Separados en dos grupos, hicieron sendas cadenas y se pusieron a tirar con todas sus fuerzas, agarrados cinco a cada lado de T, que impasible el ademán les tumbó como si fuesen naipes. Aplausos y vítores. A continuación, sin mediar palabra, Mr. T me miró a mí, que estaba sentado en el regazo de mi madre, supongo, y me hizo el gesto de que saliera. La gente aplaudió. Y mientras yo me chupaba un dedo y miraba alucinado a esa montaña negra peluda, me retó a un pulso y se dejó ganar por mí con grandes aspavientos, antes de enseñarme sus miles de enormes dientes blancos con una sonrisa y acariciándome la cabeza invitarme a volver a mi sitio.

Jamás lo olvidaré. Amigos, yo no sólo conocí a Mr. T, no sólo luché con Mr. T, ¡¡yo derroté a Mr. T!! ¡¡El hombre más fuerte del mundo!! Debería estar por delante de él en esta lista. En fin, pido disculpas por la interrupción, pero entenderéis que me haya hecho ilusión contároslo. Prosigamos nuestro glosario.

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6. BLUE DEMON

El origen de Blue Demon (Blue para los amigos) es humilde y sencillo hasta decir basta. Último de 12 hermanos, nativo de un pueblecito cerca de Nuevo León (México), creció eslomándose como agricultor en su ciudad natal, y posteriormente como ayudante en la empresa de Ferrocarriles Nacionales, cuando huyó a la ciudad en los años 40. Hasta entonces nunca había oído hablar de la lucha libre, pero la casualidad hizo que se hiciese amigo del gran luchador Rolando Vera, quien le introdujo en el mundillo amateur de la lucha libre. BD tenía las manos muy grandes, por lo que Vera le llamó desde un principio Tosco, nombre que utilizó durante sus primeros entrenamientos como sparring de lucha en Monterrey. Pronto descubrió que tenía verdaderas cualidades para este deporte, y se dedicó en cuerpo y alma a perfeccionar durante dos años su estilo en la lucha amateur, apodado El Manotas. A principios de los años 50 dio el salto a la lucha profesional, según dicen las crónicas, derrotando, cubierto de sangre, a un tal Benny Arcilla. Después de curtirse unos años, un ojeador le facilitó sus primeras peleas en la legendaria Arena de México, donde formó pareja con Black Shadow, ya adoptando la máscara y el nombre definitivo, y ganando su primer título nacional en 1957.


Esa es la historia de sus comienzos como profesional. A partir de ahora, Blue Demon se fue convirtiendo poco a poco en el nº 2 de la lucha libre, porque llega el momento de hablar de Santo el Enmascarado de Plata, el mayor luchador mexicano de todos los tiempos. Santo y Blue Demon se convirtieron en los Batman y Robin de la lucha libre, en una suerte de Bud Spencer y Terence Hill enmascarados, derrotando a todo Perro del Mal que se pusiera a tiro y participando conjuntamente en hasta 12 películas de lucha libre de la saga de Santo, y cerca de 30 en total, desde 1959. A partir de aquí es donde empezó su carrera como ídolo de multitudes y como sidekick de la más importante estrella del cine fantástico sudamericano. Y a espaldas de la galería, comenzó también una leve y oculta rivalidad con Santo. Una envidia sana y unos celos profesionales que los llevaron a pelear en varias ocasiones (en la realidad y en la ficción), teniendo a la audiencia permanentemente dividida y debatiendo sobre quién de los dos fue más grande.

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5. HULK HOGAN

Ha llegado el momento de hablar de Hogan (Terry Bollea, n. 1953). El ídolo de masas, el luchador que a todo el mundo le viene a la cabeza cuando se habla de wrestling norteamericano, y concretamente, a los españoles, cuando se piensa en Pressing Catch. El seis veces campeón del mundo de la WWF. Profesional desde 1978, y actualmente (como también dije en otro momento) protagonista de su propio reallity-show televisivo, retirado y viviendo de las rentas en un impresionante rancho de california. Luchador desde 1978, culturista con aspecto de pulcro vikingo, desde su salto a la lucha profesional en 1984 ha sido siempre el protagonista de todas las grandes batallas de la edad de oro de la lucha yanqui. Víctima de todas las trampas de los luchadores del mal, defensor de la justicia, amigo de todos los niños y superestrella mediática. Decir Hulk Hogan es decir MTV, es decir espectáculo, es decir “carisma” y decir “dólar”.

En solitario o luchando emparejado con Mr. T o el Poli Loco, este hombre lo ganaba todo encima del ring. Aparecía bajo los focos con un riff de heavy-metal, abrazando a los bebés, se arrancaba su traje amarillo y hacía frente a los insultos de malvados rudos rapados que molaban bastante más. Era como una estrella del rock, un auténtico héroe agradable y puritano... Pero he sido benévolo con él y le he puesto entre los cinco primeros, porque en realidad a mí Hulk Hogan dejó de gustarme hace mucho tiempo. Cuando yo todavía era un niño y él coleccionaba cinturones de pedrería, era demasiado bueno, demasiado listo, demasiado sufridor, demasiado víctima. Y eso da mucha rabia. Además era un cuarentón, y el pañuelo permanente en la cabeza era más prueba de una ingente calvicie que parte de un disfraz. Quizá por eso trató de reciclarse como un Amo del Mal a mediados de los 90, en la liga paralela (la World Wrestling Corporation), peleando como Hollywood Hogan y ganando otro porrón de títulos.


Esto de la lucha libre profesional, con señores disfrazados en vistosos colorines, música de fondo, batallas guionizadas, sillas de cartón piedra y botellazos de pega, es por supuesto, como venimos viendo, un puro espectáculo. A menudo tiene más de teatro que de deporte. Y el salto al cine era cuestión de tiempo para Hogan. Apareció as himself en “Rocky 3” (1982), “Gremlins 2” (1991), “Espía como puedas” (1996), “Los teleñecos en el espacio” (1999), como protagonista en tristes subproductos de acción (“Lucha sin límites”, de 1989 o “Suburban commando”, de 1991...), en El Equipo A, Vacaciones en el mar, Los Vigilantes de la Playa, Walker Texas Ranger... Y como ya hemos visto, en estos tiempos que corren en los que en TV todo es realidad-fictificada, no sólo vive de las rentas, sino que es el protagonista de esa cosa tan tonta que se llama Hogan knows best.

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4. ANDY KAUFMAN

El caso de Andy Kaufman es único en su género. Aparece aquí por la pasión que tengo por él, no por su importancia real en el mundo de la lucha libre; pero tiene su parcelita en esto que venimos hablando. Andy fue uno de los más grandes stand-up comedians de los Estados Unidos. De esos que cuentan chisposas anécdotas sin más ayuda que un micrófono de pie y un foco, delante de un público adulto, en bares nocturnos. Con un redoble de charles al final. Lo que en España siempre hemos llamado “cómicos de taberna”, y de un tiempo a esta parte se conoce como Club de la Comedia a partir del dichoso programa, tan de moda ahora en el canal Paramount Comedy. Pues todo esto en Estados Unidos ha sido siempre una cuna de humoristas y actores cómicos, un subgénero del que han salido centenares de estrellas (desde Eddie Murphy hasta Jerry Seinfield), bien asentado en la cultura yanqui desde los años treinta. Y Andy Kaufman es uno de los más famosos de todos los tiempos, ya que basó su efecto cómico en sorprender y provocar al espectador. Como bien cuenta el biopic de Milos Forman “Man on the moon” (1999, protagonizado por un Jim Carrey expléndido, como siempre), era capaz de sentar entre el respetable a un colega suyo como Bob Smuda, y humillarle e insultarle hasta que la gente, engañada y ajena al montaje, se volviera loca y no supiera dónde meterse. O de salir en televisión en horario de máxima audiencia, en su mejor momento de fama, y limitarse a estar ahí mirando a la gente hasta que le echaran a tomatazos. Un provocador, un maestro del despiste, heterodoxo seguidor de la máxima “lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien”. Será recordado principalmente por su papel del emigrante Latka Gravas en la serie Taxi, durante los 80. O por su casi enfermiza segunda personalidad, su particular Mr. Hyde, el grosero e insoportable crooner Tony Clifton. O como también apunta la cinta de Forman, porque fue capaz de crear una leyenda urbana acerca de la veracidad de su muerte el 16 de mayo de 1984 (de un extraño cáncer de pulmón a los 35 años), leyenda que de vez en cuando resucita cuando aparece alguien que asegura ser él y haberle tomado el pelo a todo el mundo durante veinte años.


Pulsa para ver una de sus legendarias actuaciones

En fin, todo un personaje cuya vida merece ser recordada de vez en cuanxo. Y en cuanto a lo que nos atañe, resulta que en 1978 se le ocurrió una nueva excentricidad: sabedor del odio que despertaban sus violentas actuaciones entre el público femenino, se transformó en un nuevo personaje, el Campeón Mundial de Lucha Mixta. Retaba a cualquier mujer que quisiera enfrentarse con él en el ring, derrotando siempre a todas. Esta fetichista y machista hazaña desembocó en el reto formal de un verdadero campeón de lucha masculina de Memphis, llamado Larry Lawler, que se enfrentó con él en directo en el Show de David Letterman, en 1981. Por supuesto, Larry le hizo polvo ante millones de espectadores, y Andy terminó insultándole y arrojándole la taza de café de Letterman. Se granjeó la enemistad de todo el público aficionado a la lucha, y un nuevo hito en su carrera de humorista iconoclasta. Si hacemos caso de la versión de Forman, todo esto no sería sino otra de sus trampas, de su extraña y provocativa manera de ver el humor, y en realidad estaría compinchado con Lawler desde el principio. En cualquier caso, Andy merece estar aquí por este pequeño gran episodio en el mundo de la lucha, por su brutal personalidad y carisma, y por hacer realidad ese sueño que casi todos hemos tenido alguna vez: enfrentarnos en el barro a todas las mujeres que pasan ante nuestros ojos.

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3. ANDRE EL GIGANTE

El tristemente fallecido André René Roussimoff nació en Grenoble, Francia, en 1948, y con ese tamaño no podía haberse dedicado en la vida a nada más que a la lucha libre o a los espectáculos de feria. Tuvo también varias apariciones en el cine, como veremos, por lo tanto podemos afirmar que hizo ambas cosas.


Afectado de agromegalia (vulgo gigantismo), su cuerpo nunca dejaba de crecer. De niño se trasladó con su familia a una colonia francesa en Montreal, Canadá, y pronto fue descubierto por el luchador Edouard Carpentier, que le catapultó a la fama de la lucha trasladándole desde el circuito independiente canadiense a la floreciente WWF en Estados Unidos. En el ring era una especie de La Masa color carne, que despachaba contrincarios como si fuesen mosquitos, y su técnica tuvo que ser depurada de manera inversa a la de la mayoría: para limitar sus efectos destructivos. Al principio era conocido como Monstruo Torre Eiffel o El Monstruo Roussimoff. Ya en Estados Unidos, el público iba enfervorizado a ver a este mastodonte al que llamaban La octava maravilla del mundo, mote inspirado en el mito de King Kong. En 1987 logró el mayor éxito de audiencia hasta la fecha, peleándose con Hulk Hogan en Detroit durante el WrestleMania 3. A pesar de su potencia y su fama, no obtuvo un cinturón de la WWF hasta 1989. Durante los años siguientes se fue retirando progresivamente de la lucha, compaginándola con el cine. Ya había aparecido en “The six million dollar man” en 1975, y en otras producciones menores como “Conan el Destructor” (1984) o “Micki y Maude” (1984), pero siempre le recordaremos como el gigante gentil de “La princesa prometida” (1987). La enfermedad siguió haciendo estragos en su cuerpo, y falleció de un ataque al corazón en un hotel de París el 27 de enero de 1993.

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2. EL ULTIMO GUERRERO

Quién no se acuerda de este personaje. Si Hulk Hogan fue durante los años 80 el ídolo indiscutible de la WWF, el más querido, el Rey Dimas del show, el Michael Jordan de la lucha, El Último Guerrero ha estado siempre a su sombra. En cuanto a fama y reconocimiento, probablemente esté por detrás de HH, pero en mi corazón y el de miles de aficionados siempre será el nº 1 del wrestling espectáculo norteamericano. Porque The Ultimate Warrior tenía una presencia y una ambientación con vida propia, una puesta en escena impresionante. Si el supercachas de Hulk Hogan es la quintaesencia del Sueño Americano, un WASP, ganador e ídolo de masas, El Último Guerrero cuenta como principal baza su background, su garra y el misterio que le rodea. Él representa a la América indígena, a la clase trabajadora, a los marginados. Dotado de poderes que entroncan con las tradiciones indias, probablemente heredados del mismísimo Toro Sentado, es un chamán, un espíritu animal, un alma libre libre, un mago en el ring. Con esa máscara, con las pinturas tribales, los flecos, las plumas y un cuerpo perfecto, como esculpido en la madera de un tótem ancestral.


Debajo del superhéroe con habilidades espirituales está la persona real. James Brian Hellwig, nativo de Arizona y criado en Indiana. Igual que pasa con casi todos los luchadores, tiene un pasado relacionado con el culturismo y los concursos de belleza. Entró a formar parte de la WWF a mediados de los 80, al principio como The Warrior o Dingo Warrior y posteriormente con el nombre que más le hace justicia. Siempre le recordaremos como un secundón, a pesar de haber derrotado al propio Hogan en la Royal Rumble de 1990 y defendido el título de campeón de la WWF en 1992. Se retiró a mediados de los noventa, y trabaja como escritor, preparador físico e invitado en convenciones de culto al cuerpo.

Quizá no esté en el Hall of Fame de la lucha y las generaciones venideras no le reconozcan lo suficiente. Pero para mí siempre será el mejor. Nunca olvidaré su “baile de San Vito” espasmódico, su hiperactividad y su potencia. Un filósofo místico y chamánico del ring, el de mejor traje y el más poderoso de cuerpo y de espíritu.

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1. SANTO, EL ENMASCARADO DE PLATA

Queridos y pacientes blogoespectadores, el viaje ha sido largo, pero por fin hemos llegado al nº 1. Ha sido una batalla encarnizada, una dura lucha a vida o muerte, al mejor de 50 caídas y en la que sólo podía quedar uno. Y ha sido él, el original, el inimitable, el ídolo de los niños, el dios de la lucha libre mexicana, el invencible Enmascarado de Plata, el que se ha llevado el cinturón.


Paseándose por los cuadriláteros desde 1934, Rodolfo Guzmán Huerta fue un aguerrido luchador semi-profesional que peleó durante casi una década con distintos alias (Enmascarado a secas, Hombre Rojo, Murciélago II...) y poco a poco se fue labrando un nombre y una personalidad, hasta que el 26 de julio de 1942 debutó en el Arena de México con la ya legendaria máscara plateada que le hizo ganarse la fama mundial. Fuerte, de gran técnica y ágil, se hizo famoso y llegó a lo que es hoy, principalmente por dos motivos: el primero de ellos, su carisma, su bonhomía y su limpieza en el ring, ajeno siempre a las tretas sucias y el sensacionalismo tan propio de este espectáculo; y en segundo lugar, por la coincidencia en el tiempo de su mejor momento de fama como luchador y el auge del cómic pulp y las retransmisiones televisivas de lucha libre. Durante los años 40 su figura traspasó la lona y se catapultó a los kioskos y televisores de todos los mexicanos, convirtiéndose en el astro más querido. Gracias al dibujante y editor José Guadalupe Cruz, el cómic mexicano tuvo a mediados de los años cuarenta una edad de oro a imagen de la que se estaba viviendo en el país vecino del norte, y en las páginas de aquellos gloriosos tebeos de color sepia empezaron a proliferar superhéroes en mallas, benefactores, imbatibles y carismáticos, pero sin superpoderes. Es la época del nacimiento de cabeceras como Kalimán y la propia de Santo. El cómic derivó en la fotonovela, subgénero casi exclusivo de los países latinoamericanos, y al llegar la década de los cincuenta, concretamente en 1952, sucedió: el director Chano Urueta rodó la película “La bestia magnífica (Lucha libre)”, la primera película íntegramente dedicada a la lucha libre dentro y fuera de la cancha. Tuvo un éxito considerable, y ese mismo año se rodaron otras películas como “El luchador fenómeno”, “Huracán Ramírez” y la mini-serie de tres episodios (post-editada para la posteridad en una sola película) “El enmascarado de plata”, dirigida por René Cardona padre.

La verdad es que la primera película de Santo no estuvo protagonizada por el auténtico luchador, sino por El Médico Asesino, pero al fin y al cabo no se quitaba la máscara ni en la ducha, y el campeón de la justicia ya estaba ahí. En 1958, cuando Santo seguía siendo la mayor estrella del cuadrilátero, estrenó las dos primeras películas con el auténtico Santo bajo la máscara: “Santo contra el cerebro del mal” y “Santo contra hombres infernales”. Las cintas tuvieron un enorme éxito de público, y el resto ya es historia: hasta su fallecimiento el 5 de febrero de 1984, rodó más de 50 películas, en las que se enfrentaba con recreaciones aztecas de monstruos del cine clásico, con mad-doctors de todo pelaje, asesinos en serie, extraterrestres o luchadores desquiciados. Dentro del cine de Santo se pueden descubrir casi todo tipo de géneros, casi siempre atendiendo a la moda imperante desde Hollywood. Siendo las películas que coquetean con el terror y la ciencia-ficción las que mejores resultados ofrecen para el que esto suscribe, Santo también pasó por ser una especie de versión de James Bond (rodeado de mujeres exhuberantes, aliado con inventores que le fabrican gadgets inverosímiles y enfrentado a organizaciones internacionales), formó equipo en numerosas ocasiones con Blue Demon convirtiéndose en una suerte de Starsky y Hutch chicanos (en películas repletas de acción, tiros y persecuciones), se subió al tren de las artes marciales en la época más gloriosa del cine de Bruce Lee, o viajó a países exóticos como Egipto, Marruecos o Turquía, como agente especial del gobierno mexicano, para colaborar con la policía allá donde fuese a parar. Es destacable también esta faceta “tintinesca” de nuestro campeón, que durante los sesenta y los setenta rodaba una aventura en cada país, compartiendo escena con actores y actrices de cada una de las naciones visitadas, internacionalizando al personaje, siempre dentro de un espectro minoritario.

Ya hablé en anteriores entregas de las grandezas y debilidades del cine de Santo. Para el no iniciado, y aprovechando la suerte que tengo de haber visto gran parte de su filmografía, recomiendo acercarse a alguna de sus primeras joyas de finales de los 50’s y los 60’s, como “Santo contra el cerebro del mal”, “Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre-lobo”, “Santo en el museo de cera” y “Santo contra los extraterrestres”. En los años 70’s (el período de los viajes por el mundo) dejó algunas de sus pizas más camp, como “La venganza de la llorona” o “Las momias de Guanajuato”, altamente refrescantes. Y de la última etapa a color, quizá la más interesante sea “Santo contra el doctor Muerte”, rodada en España con Helga Liné de maciza invitada, que tiene uno de los guiones más redondos y... sensatos. Y la última virguería, “La furia de los karatekas”, que aprovechaba el tirón de la brucexploitation. Al mismo tiempo recomendaría alejarse de sus tropiezos más sonados, como la también mencionada “Santo contra los secuestradores”, “Santo contra Capulina” y tristemente casi toda su filmografía coetánea a color, con las excepciones mencionadas.

Santo debe ser considerado un superhéroe, un icono bizarro de la lucha contra el crimen, un astro invencible, que a pesar de la extraña relación que tuvo con el éxito (debido a la asignación de guionistas y la variada calidad de su producción) y a su serpenteante destreza según quién manejara sus hilos (en algunas películas es débil y muy humano; en otras vence a gigantescos titanes y monstruos legendarios sin sudar), tuvo en todas sus películas una personalidad arrebatadora, un corazón enorme, gran inteligencia y un carisma incomparable. Santo lanza un mensaje de justicia y fraternidad. Santo saca su arsenal de mamporros cuando secuestran al débil, porque un gran poder conlleva una gran personalidad y todo eso, pero ante todo Santo es un héroe. Más allá de aparecer en infraproducciones turcas de explotación junto a Spiderman y el Capitán América (en “3 dev adam”, de 1973) o que le saquen como extra en recientes basuras amateur (como la pestilente “Jesuschrist vampire hunter”, donde el intento de homenaje se queda en un insulto). No puede quedar relegado a eso. Santo merece mucha más gloria de la que ha recibido.

Porque la historia del Enmascarado de Plata, después de la irregular trayectoria cinematográfica, tiene un final triste. Son varios los intentos que desde mediados de los ochenta se han hecho de revitalizar al personaje, que lejos del homenaje quedan en agrias bromas. Que no merecen ni mención. Con El Hijo de Santo se ha intentado imitar la estela, e incluso se ha cometido la herejía de resucitar al personaje con otro fantoche bajo la máscara. Quizá algún día se le haga justicia, al menos a la altura de la que él impartió. Mientras tanto, nos queda su recuerdo, su memorabilia y su filmografía, que no es poca cosa.

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Se acabó lo que se daba. Espero que haya gustado. Yo he sudado y me he llevado unos cuantos moratones. Soy consciente de que me he olvidado de muchos luchadores legendarios, aunque creo que la lista es bastante representativa y lógica, y que he mencionado aunque sea de pasada a la gran parte de los luchadores legendarios. Para terminar el periplo y que todos queden contentos, me voy a limitar a enlazar otras, cinco, páginas, web, genéricas, de las que he sacado mucha información. Hasta el próximo combate.

Yo sobreviví a Mr. T y lo único que me traje fue esta estúpida camiseta

lunes, 26 de diciembre de 2005

La lucha libre, así in yeneral (5)

TOP 50 LUCHA COUNTDOWN!!!
(4ª parte)

Los hay reales y los hay dibujados; los hay cachitas y los hay fondones; hay hombres, mujeres, híbridos y animales; muchos de los que son no están, y sin duda echaréis en falta a algún favorito, pero todos los que están, son. Esto es una cuenta atrás de los 50 luchadores más grandes de todos los tiempos. ¡Es la hora de las tortas!


20. TAMARA “SUNNY” SYTCH

Tammy Lynn Sytch es probablemente la representante de luchadores femenina más famosa del ruedo internacional, y está aquí principalmente por dos razones (esas que os estáis imaginando). Es mánager de conocidos luchadores de la lucha profesional de hoy en día, como Tom Pritchard, Brian Lee, los Smoking Guns o Chris Candido (su actual marido). Profesional desde 1993, tuvo cierta notoriedad como luchadora en pistas menores, especialmente cuando en una pelea Dirty White Girl Kimberly le arrancó la ropa ante cientos de espectadores. No me hubiera importado asistir al evento. Llegó a mediados de los 90’s a la WWF, donde formó parte del dúo unisex The Bodydonnas, junto a Candido. Conquistaron el cinturón de campeones del mundo por parejas. Es por aquel entonces cuando se hacía llamar Sunny. Pero dotada, además de su innegable belleza física, de gran inteligencia y habilidades para los negocios, decidió que se haría más famosa como representante que como luchadora, debido a la escasez de féminas que existe en ese ámbito. Combina su labor como mánager con numerosas sesiones de fotos para revistas de lucha o de bodybuilding, y en tiempos su imagen fue la más perseguida en internet.

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Está bien, me habéis pillado. Esta chica está entre los 20 primeros como excusa para poner su foto. No me he podido resistir. Y es que no me podéis negar que adorna bastante mejor que la de cualquiera de los que vienen a continuación...


19. LOS SACAMANTECAS

Alumbrados en Nueva Zelanda y de nombre real Luke Williams y Butch Miller, The Bushwackers (bautizados como los Sacamantecas por los comentaristas del Pressing Catch español, Héctor del Mar y J.L. Ibáñez, que quizá hubieran merecido estar en esta lista) es probablemente la pareja más querida por casi todo el fandom. Cachondos, entrañables, atléticos, poderosos, simpáticos, alegres, dicharacheros... y también cochinos, feos, asquerosos y desagradables. Los Sacamantecas eran una pareja muy versátil y querida, que salía al ring y se movía por él agitando los brazos arriba y abajo y poniendo esa cara apopeyada, enseñando su ausencia de dientes y presumiendo de olor corporal y aspecto antiestético. No son hermanos, como nos hicieron creer, sino primos. Oriundos de una granja de la ciudad de Wellington, aseguran que su formación inicial y su destreza en el ring la fueron forjando a base de placar ovejas y levantar fardos de paja. Cuando empezaron a ir de gira en ligas menores de lucha libre, llevaban consigo la bandera de Nueva Zelanda, y eran una pareja realmente violenta. La sangre, los golpes prohibidos, el uso de cadenas y sillas y la mala baba estaba asegurada en sus combates. Inicialmente se hicieron llamar The Kiwis, y más tarde Sheepherders. Cuando llegaron a EEUU, en 1985, y entraron a formar parte de la plantilla de la WCW, relajaron sus artimañas y se fueron poco a poco dulcificando, hasta convertirse en esos payasos paletos vestidos de camuflaje y pestilente sobaco que fueron en la WWF a finales de los 80’s y comienzos de los 90’s. Es tan famosa su costumbre de frotarse la frente y chuparse las coronillas el uno al otro, como su destreza y compenetración en el campo de batalla acordonado. Ellos hicieron mucho para convertir el wrestling americano en un espectáculo para toda la familia.

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18. EL ESPECTRO

El Espectro es otro de los grandes rudos de la lucha libre mexicana. Otro de los que se pasean por el lado salvaje, y que tienen el 50% de la culpa del éxito de aquellos ídolos de masas a los que se enfrentaron. De nombre real Antonio Hernández (n. 9 de febrero de 1939), El Espectro plantó cara a luchadores legendarios de la talla de Santo, Blue Demon, Mil Máscaras o Huracán Ramírez. Y además de su ya de por sí merecida aparición en el hall of fame de la lucha gracias a su trayectoria, lo que a mí más me gusta de este personaje es su aspecto y su puesta en escena: luchaba descalzo, vestido con un calzón largo hasta los tobillos y una máscara abierta que dejaba ver la cabellera. Todo de color verde oscuro. Y saltaba al ring “resucitando” del ataúd en el que era trasladado desde los camerinos. Era un adversario difícil, del que se dice que de haber elegido el bando contrario habría llegado a lo más alto. Plantaba cara con una agilidad envidiable, era ágil como una pantera y fuerte como un toro.


Santo atornillando a Espectro.

Cuenta la leyenda que su enorme habilidad demostrada ante los más adorados luchadores le habían granjeado un desprecio popular tan grande que cuando peleaba en el D.F. arrojaban colillas encendidas y cristales a su paso (aprovechando que iba descalzo y que allí no le permitían el numerito del ataúd), hasta el punto de que adquirió cierta insensibilidad en la planta del pie.

Comenzó luchando bajo el nombre de guerra de Tony Hernández, pero el destino le tenía preparado otro futuro. Fue el mánager de las estrellas Chucho Garza quien le propuso el atuendo y la ambientación macabra, y no tardó en despuntar en arenas chicas de Monterrey. Perdió el campeonato nacional de peso ligero ante Trazan López, y en ese momento sorprendió a propios y extraños anunciando su inminente retirada de los cuadriláteros quitándose la máscara y desvelando su identidad, a finales de los años 60’s. Más tarde se sabría la verdad: arrastraba una grave lesión cervical desde hacía varios años. Con el tiempo, se operó de la lesión y volvió al ring, pero había perdido gran parte de su brillo y efectismo. Los tiempos de los luchadores en pantalón vaquero, los fardapitos de esparto, las máscaras hechas con retales y las lonas duras como mármol habían pasado, y ya no había sitio para un rudo legendario como él. Falleció en 1993.

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17. MIL MASCARAS

Este otro luchador de antaño es el tercero en discordia en lo que se refiere a cine clásico de luchadores mexicanos. Nació en el D.F. en algún momento entre 1939 y 1942, y es hermano del Dos Caras original y de El Sicodélico, y tiene el nombre que tiene porque presume de no haber utilizado dos veces la misma máscara en toda su carrera. Bautizado Aarón Rodríguez, desde muy pequeño se entrenó en judo y lucha. A mediados de los 60 era un luchador de renombre, y la casualidad hizo que ni Santo ni Blue Demon estuvieran disponibles para perpetuar las aventuras de luchadores en la gran pantalla, así que el productor Enrique Vergara pensó en él para protagonizar un guión que rápidamente se retocó para titularse “Mil máscaras” (1966), iniciando una saga que duró 15 años y dio como fruto 17 películas. Desde ese momento, su vida se asocia más al mundo del cine de luchaexploitation que a la lucha libre real, a pesar de que su trayectoria en el ring no tiene nada que envidiar a muchos colegas, llegando a ser toda una figura en Japón, siendo el primer luchador mexicano en pisar el Madison Square Garden y ganando multitud de títulos en las décadas de los 60’s y 70’s. Pero considero que pasará a la historia más que nada por tratarse de un personaje de culto cinematográfico.

Después de dos o tres películas menores como protagonista absoluto en los años 60, tuvo que ser al lado de Santo y Blue Demon cuando obtuviera su consagración, en la inolvidable tercia que formaron en “Las momias de Guanajuato” (1970) y secuela. Ese mismo año rodó “Los campeones justicieros” y poco después “Vuelven los campeones justicieros” (1972), dos películas memorables donde reparten palos sin cesar luchadores como Blue Demon, Tinieblas, el Médico Asesino, Black Shadow o nuestro homenajeado. Posteriormente realizó varias películas en solitario (“Una rosa sobre el ring”, de 1970; “Leyendas macabras de la colonia”, de 1972; o “Misterio en las Bermudas”, de 1973).

Aunque Mil Máscaras mantiene en secreto su edad, se calcula que ronda los 65 años y sigue en activo, enseñando a luchar a jóvenes promesas, participando en mil y un eventos deportivos y cinematográficos, e incluso preparando su vuelta a la gran pantalla, con la que será su 18ª película, “Mil máscaras contra la momia azteca”.

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16. OWEN HART

Los aficionados al Pressing Catch (como sabemos, la versión española del wrestling norteamericano, que se emitió con gran éxito en España a comienzos de la década de los 90), recordaremos a Owen Hart sobre todo por su papel de Anvil, formando parte de la inolvidable pareja de la WWF La Fundación del Corazón (Hart Foundation en el original), junto con su hermano Brett Hart. Eran una pareja de hermanos forzudos, con mallas rosas ajustadas y camiseta de tirantes negra adornada con corazones. Aunque Brett era feo y con pinta de heavy de parque ochentero, la mayor baza de Owen Hart estaba en su aspecto físico, su constitución atlética, su pelo largo rizado, su bronceado y esas gafas de sol. Era uno de los luchadores más atractivos de la WWF. Ganaron numerosos títulos y llegaron a ser campeones del mundo. Su gimmick habitual exigía que lanzaran besos al público y se paseasen con las tías más buenas imaginables. Una pareja carismática de la edad de oro de la lucha libre yanqui.


Esto es lo que conocíamos el fandom español hasta la fecha. Pues bien, la vida de Owen terminó de forma drástica el 23 de mayo de 1999, en uno de los episodios más controvertidos de la historia del wrestling mundial: durante el evento de pay per view de máxima audiencia Over the edge, Hart luchaba bajo la personalidad de Blue Blazer, y durante el espectáculo previo a la pelea (no televisado debido a que por televisión se emitían entrevistas e imágenes de archivo) tenía que ser descendido desde el techo del coliseo hasta el ring. Hubo un problema con el arnés, y ante la mirada de todo el estadio y el bochorno de la organización, Owen cayó al vacío desde más de 15 metros, golpeándose la cabeza con una esquina y falleciendo quince minutos más tarde, en el hospital más cercano.

Este hecho revolucionó la historia de la lucha-espectáculo norteamericana. La familia se querelló contra la WWF, y muchos de los gladiadores más populares salieron en defensa de la integridad de los luchadores, cuestionando las medidas del show y la costumbre de llevar demasiado lejos el aspecto visual en detrimento de la técnica. Y como suele decirse, nada volvió a ser igual y tal y cual.

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15. EDDIE GUERRERO

Precisamente Eduardo Gory Guerrero Llanes es otro de los llorados mártires de este deporte-espectáculo. De origen mexicano, pero participante de la lucha norteamericana (meteórica carrera en la WCW, la WWF y la WWE), ha pasado a la historia por ser otro de los difuntos más llorados y queridos de la lucha libre. Nacido en Oaxaca, México en 1967, era hijo de una leyenda que luchó codo con codo con Santo el Enmascarado de Plata, llamado Gory Guerrero. Debutó en el circuito profesional en 1987 como Máscara Mágica, y se forró en Japón compitiendo como Black Tiger II. A su vuelta a México, ya era toda una estrella mediática, y recuperó el espíritu legendario iniciado por su padre, haciendo pareja con el Hijo de Santo. Pero acabaron enemistados y enfrentados en 1994. A partir de ese momento, continuó carrera en EEUU, donde fue campeón del mundo y luchó con Rey Mysterio, Ric Flair, Chris Jericho (formando uno de los dúos más letales de los últimos años), el famoso Anarchist-Chopper o Kurt Angle, actuales estrellas de la World Wrestling Entertainmen.

En esas estaba, triunfanfo en Yanquilandia, cuando el 16 de noviembre de este año 2005 fue encontrado muerto en su habitación del hotel Marriot, en Minneapolis. Probablemente sus excesos con el alcohol y las drogas desembocaron en un ataque al corazón a la edad de 38 años, convirtiéndole en el mayor mártir reciente de la lucha.

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14. ABDULLAH THE BUTCHER

Nacido Larry Shreeve el pimer día de 1936, este monstruoso personaje es de supuesto origen sudanés (hay quien asegura que nació en Ontario), aunque su trayectoria estará siempre ligada al ambiente luchístico canadiense. Este señor es una verdadera bestia; lo de “el carnicero” no es en absoluto casual, y es que no es fácil imaginarse la embestida con el codo de alguien que pesa más de 200 kilos y salta sobre tu cuello. Su primera pelea oficial fue en 1967 en Vancouver, pero pronto se fue a Japón a consolidar su carrera, regresando a Canadá poco después como campeón del mundo. En su país de adopción posee más de 30 títulos de lucha. También es una gran estrella en Puerto Rico. Es la quintaesencia del luchador gargantuesco, gordo, gigantesco, brutal e imparable. Se estima que tiene el récord mundial de huesos rotos, y ha participado en un par de películas de acción de bajo presupuesto ("I'm Going to Get You... Elliot Boy" en 1971, o "Hoero! Tekken" en 1982) haciendo de gigante matarife.

A día de hoy tiene casi setenta años, y sólo hace un lustro que dejó de luchar. Vive en Atlanta, donde regenta un restaurante llamado Abdullah the Butcher's House of Ribs and Chinese Food y recibe a sus fans de todo el mundo con los brazos abiertos.

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13. RIKIDOZAN

Las cartas sobre la mesa: este hombre es al puroresu (la lucha libre japonesa) lo que Santo a la lucha mexicana, Hulk al wrestling norteamericano, Abdullah en Canadá o Karadagián al catch-as-can argentino.

Kim Sin-Nak nació el 4 de noviembre de 1924 en Korea del Norte. Debido a la segregación existente, tuvo que inventar una identidad japonesa falsa (Mitsuhiro Momota) cuando se fue a vivir al país del sol naciente, hasta el punto de que no se supo la verdadera hasta después de su muerte. En tiempos de Rikidozan (término japonés que significa algo parecido a “camino escabroso en la montaña”), la lucha no era un deporte conocido en Asia. Todo su entrenamiento de juventud fue como luchador de sumo. Su primer contacto con la lucha fue peleando a estilo libre durante 10 minutos contra el gladiador yanqui Bobby Bruns, durante una gira de éste por Japón, el 28 de octubre de 1951 en Tokyo. En ese momento supo que tenía una misión en la vida, y no paró hasta convertir al puroresu en un deporte popular en Japón. Poco después de perder la II Guerra Mundial, los japoneses necesitaban abastecerse de héroes a los que adorar, y Rikidozan les dio lo que pedían, enfrentándose en los cuadriláteros a luchadores norteamericanos a los que derrotaba uno tras otro, para jolgorio de los espectadores. Entre 1958 y 1962, Rikidozan mantuvo una encarnizada y sana rivalidad con el campeón del mundo y mayor estrella del momento, Lou Thesz a quien consideraba el único norteamericano merecedor de sus respetos. Ambos fueron campeones del mundo repetidas veces en ese periodo, cediéndose el uno al otro el título tras inolvidables combates.

Además de ser un ídolo de masas en Japón, el Padre del puroresu, cuya historia está escrita en letras de oro en los anales del deporte japonés, su leyenda fue aún más lejos desde el triste momento en que fue asesinado a tiros por un gángster la noche del 8 de diciembre de 1963. Era también un importante empresario, y algún tipo de disputa económica acabó con su vida. Pero su legado es inmenso. No sólo creó o inspiró numerosas escuelas (de las que salieron actuales estrellas mundiales como Baba el Gigante o Antonio Inoki), sino que podría decirse que si Rikidozan no hubiese existido, tampoco existiría el fenómeno de la lucha libre en Japón.

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12. KARADAGIÁN

Martín Karadagián es la indiscutible estrella de la lucha libre argentina. Un ídolo televisivo, máximo protagonista durante 30 años del programa Titanes en el Ring del canal 9, un espectáculo de lucha que se emitía desde el teatro Luna Park todas las semanas desde 1954, pero que alcanzó el éxito con la llegada de Martín a la lucha profesional. Con un pasado humilde y sencillo (trabajó de limpiabotas y de carnicero), se aficionó muy joven a la lucha y con 16 años ganó un título mundial juvenil de lucha grecorromana. Su ascensión al Olimpo profesional fue dura debido a su pequeña estatura, en un deporte de gigantes. Pero con entrenamiento y tesón consiguió ganar peso y aprender los trucos más letales, y se estrenó en Titanes en el Ring a partir de 1962, compartiendo lona con mitos de la lucha argentina como La Momia, Yolanka, Il Comendatore, El Caballero Rojo, S.T.P., Sancho Panza, Ararat, el Hombre Montaña, o el Mercenario Joe, un auténtico ex-guerrillero que combatió al lado del Ché.


El boom del catch-as-can argentino tuvo lugar durante los años setenta, y Karadagián será recordado como uno de sus máximos exponentes. Porque además de ídolo luchador, estaba detrás del éxito comercial del espectáculo, formando parte activamente de las reuniones previas a los combates en los que se planteaban los “argumentos” y se tomaban decisiones administrativas. Después de una vida dedicada al deporte y a los desfavorecidos, el mito de Martín Karadagián se convirtió casi en un mártir. A mediados de los 80 la población quedó conmocionada cuando tuvo que sufrir la amputación de una pierna debido a la diabetes, enfermedad que acabó con su vida pocos años más tarde.

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11. EL MARINERO TARUGO

Tugboat en el original, el entrañable gordito chiflado al que todos hemos querido, una de las estrellas de la WWF más espectacular y memorable, en verdad se llama Fred Ottman, y nació en Florida en 1956. Profesional desde 1984, es el clásico ejemplo de lo que se llama un gimmick paródico de la lucha, un personaje cómico, una caricatura metida a luchador profesional para atraer a las audiencias más jóvenes. Durante casi diez años fue un secundón sensacional, imprescindible en todos los Wrestlemania y Royal Rumbles en los años del Pressing Catch, aunque nunca llegó a ganar ningún título, ni por asomo. Era un buenazo, una especie de Popeye sobrealimentado, que tocaba la bocina imaginaria de su barco y aplastaba a sus víctimas con la panza. Pero a mediados de los 90, como tantos otros luchadores, su personaje estaba quemado y se pasó al lado oscuro del juego. En un estadio lleno hasta la bandera, traicionó al ídolo y compañero Hulk Hogan rompiéndole una silla en la espalda, convirtiéndose en Typhoon y aliándose con Terremoto Earthquake (otro fofo con barba), para formar una de las parejas más malvadas y tebeísticas del show. Pero por si todo esto no es suficiente, el amigo Ottman tiene también el honor de haber sido el protagonista del episodio más esperpéntico y vergonzoso de toda la historia de la lucha profesional americana. Todavía más que aquellos luchadores que peleaban disfrazados de gallina o de perro de peluche, de los que hablé hace varias entregas. Me estoy refiriendo al asunto de The Shockmaster.

Fue el peor gimmick de todos los tiempos. En un oscuro periodo que tuvo lugar entre octubre y diciembre de 1993, apareció en lo más alto de wrestling profesional una nueva figura de la lucha profesional. Hizo su entrada en uno de esos previos que emiten en la televisión por cable, en los que los luchadores que se van a enfrentar se llaman de todo y caldean el ambiente. Allí estaba el trío de rudos compuesto por los Harlem Heat y Sid Vicious; y enfrente, Sting, Dave Boy Smith y un misterioso personaje que iba a aparecer en ese momento entre bambalinas, y que supuestamente iba a derrotar a los rudos sin piedad. Anuncian al nuevo, flamante y peligroso adversario: ¡¡¡The Shockmaster!!! Pomposamente, atravesando una pared, entra en escena un tipo enorme, con unos vaqueros, una capa y un casco de las tropas de asalto de Darth Vader pintado con spray plateado. Y según entra en el plató, se tropieza y se cae delante de miles de espectadores. El casco rueda, y durante unos segundos todos pueden ver al otrora ídolo de masas Fred Ottman, travestido en esa especie de triste bufón, para vergüenza de todos...

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Bueno, pues con esto ya hemos revisado los puestos 50 a 11 de nuestro TOP 50 LUCHA COUNTDOWN!!. Estamos a punto de conocer los puestos de cabeza, los puestos nº 10 a nº 1, aquellos luchadores que he seleccionado como los 10 más trascendentales, más importantes, más recordados o que yo personalmente más he admirado. Mañana mismo, sin falta, en este mismo canal, tendréis la solución a todas vuestras dudas. ¿Quién estará en el número 1? Vale, a lo mejor lo estáis imaginando, pero... ¿Quién estará en el número 6? ¿Eh? ¿¿Eh?? Ni idea, ¿verdad?

Supongo que te mueres de ganas de saberlo, pero tendrás que esperar a mañana. Hay que mantener el suspense. Sólo voy a adelantar que conocerás a casi todos (a lo mejor no a todos), que puede que falte tu luchador favorito (en cuyo caso te ruego que me lo eches en cara cuando llegue el momento), y que uno de esos 10 luchadores tiene el honor de haberme conocido a mí en persona; es más, luchó conmigo; y lo que es todavía más importante: fue derrotado por mí. Sí, sí, no estoy delirando. Mañana sabrás toda la verdad.

Supongo que estarás escuchando un redoble de batería hasta que llegue el momento. Espero que vuelvas a leerlo, y que te guste. Mañana será otro día.

Mañana el último episodio de estos fascículos mamporriles coleccionables

200. Felicidades, С Новым годом, Merry Christmas!!!











199. Space Ashley King



Otra página de fotografía retro y sugerente recomendada: ATOMIC PIN-UPS!

198. Killer kids

Pulsa para ampliar

CALEB WEINTRAUB.

197. Pop Art Addy



UnPop Art Livejournal.

196. LTD Snowboard Illustration Development 2003

Pulsa para ampliar

Se alquila diseño, en Hydro Seventy Four.

195. Duck family tree



El árbol genealógico del Pato Donald.

194. Rey Misterio 619


© Fernando Alejándrez.

Sensacional! Un blog sobre historieta mexicana.

Drive-in blog #03

Este fenómeno reciente de colgar videos de visionado directo (sin descarga, sin espera, sin ton ni son) me tiene bastante contento estas navidades. Hasta ahora había que contentarse con buscar como loco y descargar lo que había a través de sistemas de intercambio P2P. Pronto llegó Ifilms, que revolucionó un poco el asunto, al ser el primer servidor que albergaba videos de aficionados, libremente, haciéndose un poco el sueco con los derechos de autor. Google acabó comprando Ifilms.com, y nos alegra la vista con esa inabarcable colección de Google Videos, en la que si uno se sumerge unas horas y se arma de paciencia puede que encuentre algo gracioso. Pero mi favorito, sin duda, es Youtube, el más cómodo y rápido, y sobre todo dotado de esa magnífica herramienta que permite el visionado directo de películas creando un espejo en el propio blog de uno mismo. Me ha animado a crearme esta mini-sección invernal de Drive-in blog, una tontería como cualquier otra para sacar a relucir algunos videos que me gustan y que alguien ha colgado allí, o que yo mismo iré dejando caer.

Y hoy vengo a recomendar un verdadero Drive-in blog que me he encontrado; una especie de autocine, un lugar en el que ver películas de serie B y Z cada cierto tiempo, enteritas, sin esperar a que se descargue en tu ordenador. Se trata del blog de EUTERPE JONES, una canadiense coleccionista de cine viejo y bizarro, amante de los Rolling Stones y Screaming Lord Sutch, que está desempolvando películas, anuncios o clips de su colección en el Youtube, además de colgar películas enteras de dominio público sacadas de Archive.org.

Me parece que su blog FROM EUTERPE WITH LOVE (que tiene también versión MySpace), o acercarse a todo el material que tiene colgado en Youtube a través de su perfil allí (654 videos a día de hoy), es una visita más que recomendable. Podemos ver películas de género de lo más sugerente, tales como "The brain that wouldn't die" (1962), "Plan 9 from outer space" (1959), "The incredibly strange creatures who stopped living and became mixed-up zombies!!?" (1964), "Devil girl from Mars" (1954), "Children shouldn't play with dead things" (1972), "Wherewolves on wheels" (1971) y muchas, muchas más.

También colecciona películas mudas de principio del siglo XX, de George Mèlies, Cecil B. Demille o Thomas Edison. Videoclips de los Stones, los Residents, Cabaret Voltaire, Dread Zeppelin y muchos más. Antiquísimos anuncios de cine, o episodios de televisión antediluvianos (como el Experimento Quatermass, que está cargando ahora mismo), dibujos animados primitivos (de los estudios Fleischer) y un montón de cosas más. Sin olvidarnos de su lista de enlaces en el blog, que trae sorpresas. Yo me he convertido en su fan nº 1.

Como muestra, y ya que estoy hablando estos días de cine fantástico mexicano (concretamente de su rama luchística), poneros cómodos para disfrutar de la bizarra "El barón del terror" (1962) (también conocida, en su versión USA, como "The Brainiac"), gratis, sin esperas, descargas ni gaitas. Dale al play.


Euterpe's drive-in theatre

viernes, 23 de diciembre de 2005

Drive-in blog #02

He hablado varias veces de esta canción: I don't wanna grow up, del maestro Tom Waits. Descubrí antes la de los Ramones, pero la original de Tom Waits (que en disco es más corta, sin la intro cacofónica) es insuperable. Ahora, con el invento de Youtube, puedo piratear los clips de ambas versiones, sin pudor alguno, y me queda hasta vistoso. Creo que voy a explotar el invento hasta la náusea. Por cierto, curiosa la similitud entre las imágenes fijas de aquí abajo (antes de darle al play) ¿quién es más feo, Tom o Joey?

Aquí la letra.

Allá va:




Tom Waits - I Don't Want To Grow Up





Ramones - I Don't Want To Grow Up


¡¡¡No quiero crecer!!!

La lucha libre, así in yeneral (4)

TOP 50 LUCHA COUNTDOWN!!!
(3ª parte)


Los hay reales y los hay dibujados; los hay cachitas y los hay fondones; hay hombres, mujeres, híbridos y animales; muchos de los que son no están, y sin duda echaréis en falta a algún favorito, pero todos los que están, son. Esto es una cuenta atrás de los 50 luchadores más grandes de todos los tiempos. ¡Es la hora de las tortas!


30. RICKY MARVIN

No, no es una errata, nuestro cantante latino favorito no se dedicó nunca a la lucha libre. Ricky Marvin (n. Ricardo Fuentes Romero, 1980) es una joven promesa de la lucha libre mexicana, delgado, fibroso y que no utiliza máscara, que está arrasando en la lucha japonesa como embajador de la lucha mexicana. De hecho, sus constantes viajes a las islas orientales hacen que sea poco querido por la afición del Consejo Mundial de Lucha Libre mexicano. Vaya desde aquí el apoyo a la cantera.

Con este guerrero entramos en el terreno menos casposo y más enteramente profesional.

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29. FISHMAN

Gladiador legendario, nacido José Ángel Najera Sánchez en 1951, a muy temprana edad ya era espectador habitual de la lucha libre, y conoció en persona a Santo, Dr. Wagner, Dos Caras, Kung Fu Satán, el Solitario o Renato Torres, entre otros maestros de la lucha. Es un caso más de la clásica historia del joven sin recursos, de familia pobre que sólo gracias a su pasión y dedicación a la lucha consiguió salir adelante. Con 14 años trabajaba vendiendo sobrecitos de azúcar y periódicos por la calle, cuando llegó por casualidad al Gimnasio Municipal de Ciudad Juárez, donde se inscribió como luchador. Se estrenó como Goliath Reyes y comenzó a despuntar como Titán, luchando con una máscara que su madre le cosió con retales viejos. Por la forma y el color de los dibujos que le hizo su madre, su cabeza parecía la de un pez, por lo que adoptó el nombre de Fishman, aficionado como era a los tebeos yanquis de superhéroes. Fishman debutó en el Arena México, la catedral de la lucha, el 8 de diciembre de 1972. Así comenzaba una carrera meteórica, como secundario de honor, durante toda la edad dorada de la lucha, compitiendo con las leyendas más importantes como Super Astro, La Parka o Máscara Sagrada. A finales de los setenta un rival le arrancó la máscara en un lance (triunfo habitual de la Zona de muerte, algo que se considera como una medalla en los grandes combates), por lo que el final de su carrera peleó con su identidad real, Ángel Nájera.

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28. LOVE MACHINE

Pulsa para ampliarLa historia de Arthur Barr, alias Love Machine en la lucha, es breve y funesta. De origen norteamericano, su carrera profesional se inicia en 1991, peleando y metiéndose al exigente público de la AAA mexicana en el bolsillo, en combates memorables contra Hijo del Santo, Octagón, Blue Panther o el Puma Jerry Estrada. Y formando equipo con famosísimos luchadores como el también llorado Eddie Guerrero o Konnan. Juntos formaban una tercia explosiva conocida como Los Gringos Locos. Famoso luchador por su estética “amorosa”, con un traje rosa y blanco repleto de corazones, falleció el lo más alto de su carrera por un súbito derrame cerebral, mientras paseaba con su familia en Oregón, EEUU, el 23 de noviembre de 1994.

Es un luchador muy conocido también por su nombre real (Art Barr), que utilizó para pelear en numerosos combates, así como cambió varias veces de máscara durante su fugaz paso por la lucha libre mexicana.

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27. RANDY “MACHO MAN” SAVAGE

El pichabrava Randy Savage es otro de los más recordados luchadores de la legendaria WWF de primeros de los '90. Aquella que se emitió en España a través del mítico Pressing Catch, y que vengo aquí mencionando como "edad de oro" de la lucha norteamericana. Los años dorados de la Wrestlemania, la Royal Rumble, los luchadores simpáticos, los culebrones creíbles y todas aquellas demenciales y deliciosas batallas entre señores con traje de colores. Ese nombre, Randy "Salvaje", no podía ser sino otro alias. Su nombre real es Randall Mario Poffo (n. 1952). Profesional desde 1975, sus primeros pasos los dio peleando junto a su hermano Lanny "The Genius" Poffo, siendo ambos entrenados por su padre Angelo (también ex-luchador profesional). Es uno de los 7 únicos luchadores que ha sido campeón mundial tanto en la WWF como en la WCW (también alcanzó el título en la WWE, la versión moderna de la WWF). Concretamente, tiene 3 títulos en cada asociación. Y algún título intercontinental y mundial suelto por ahí. Ahí es nada. Fue estrella de béisbol universitario (jugaba de catcher) y llegó a triunfar en categorías inferiores de los White Sox de Chicago o los Cincinatti Reds. Un verdadero atleta desde su juventud, y una de las grandes estrellas de este deporte-espectáculo.


Pero aparte de sus grandes éxitos, Macho Man tendrá siempre un huequecito en nuestros corazones por haber formado pareja con Hulk Hogan y el Último Guerrero, los dos luchadores más afamados de esta competición. Su gimmick era el de un chulo de playa con toques tex-mex fluorescentes. Salía al escenario guiñando el ojo a las chatis y señalándose la durísima molla (he dicho molla), con esas gafas de sol que molaban todo. En su etapa de mayor éxito, se pasó al lado oscuro de la fuerza, haciéndose llamar Macho King y enfrentándose al que antaño era su mejor amigo en el ring, Hulk Hogan (ambos confesaron más tarde que en realidad siempre se llevaron mal en la vida real, y que su alianza era puro show-business), y esta etapa hizo que su imagen se ennegreciera para toda la chiquillería, y quizá por esa decisión no esté en el top 10, sino aquí abajo, relegado casi al ostracismo por sus bravatas. Pero que era grande, fuerte y uno de los más atractivos para la audiencia, eso no se lo quita nadie.

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26. BRUNO SAMMARTINO

Nacido el 6 de octubre de 1936, Bruno Sammartino nació en Italia, en la localidad de Pizzoferrato, donde se conserva una estatua en su honor. Emigrado a EEUU en 1950, es uno de esos cientos de italoamericanos que triunfaron en el Nuevo Mundo a partir de la escapada general que provocó la IIGM. De hecho, este apuesto y pétreo luchador europeo se codeó y se iba de copas asiduamente, durante sus años de fama, con tipos como el boxeador Rocky Marciano, Liberace, Arnold Schwarzennegger, Jimmy Durante, el famoso Rat Pack (Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y Dean Martin) y algunos supuestos mafiosos neoyorkinos (que prefieron no mencionar por conservar mi integridad intacta), por lo que no desentonaría nada como protagonista del próximo biopic de Scorsese.

Un salvaje, una verdadera bestia sin escrúpulos, su carrera luchística como profesional empieza en 1959 en la WWF, donde llega después de haberse recorrido los más infectos gimnasios clandestinos de NY. En 1963 consigue su primer título, tumbando a "Nature Boy" Buddy Rogers en sólo 48 segundos. Es probablemente la figura más importante de la lucha libre americana durante los 60's y 70's. Cuando aquello no era tan circense como llegó a ser años más tarde, y más un deporte de rudos macarras sin miramientos. Mantuvo su título durante 7 años, perdiéndolo en 1971 ante la mole Ivan Koloff, apodado "El oso ruso". Pero volvió a ganar el título dos años más tarde, y esta vez lo defendió durante 12 años, incuyendo extensas giras por Japón o Australia, donde mantiene un récord de afluencia a sus peleas, durante 21 noches con lleno absoluto. También es el luchador que más ha peleado en el legendario Madison Square Garden (211 veces; 187 de ellas hasta la bandera).

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25. JEFF JARRETT, "DOUBLE J"

Jeff Jarrett es actualmente el propietario de la liga TNA (siglas de Total Nonstop Action Wrestling), una versión extrema y espectacular de la lucha fundada por él y su padre Jerry Jarrett tras la controvertida salida de ambos de la WWF. Antes de su actual estatus de empresario, Jeff Jarrett había peleado y llegado a campeón intercontinental de la WWF a mediados de los años noventa, bajo el nombre de Doble J, perdiendo el título antre el fundador y magnate de la WWF, Vince McMahon (esto es algo así como si Florentino Fernández y Joan Laporta hubiesen luchado encarnizadamente en un ring en su juventud). En la mítica WWF de Hulk Hogan y El Último Guerrero, Doble J era un personaje guaperas y chulito, de larga melena rubia y una asquerosa pose burlona con sus contrincantes. Además presumía de compositor rockero, como autor de la música que le presentaba en el escenario. Coincidiendo con la derrota ante su archienemigo McMahon, se supo que en realidad el autor de la música no era él, sino su amigo Jesse James, otro luchador de poca monta y estrella mediática del mundo del motor (es uno de los protagonistas de uno de esos programas de bricolaje de coches de los que hablaba hace tiempo en este mismo blog). Su derrota y la vergüenza de este engaño hicieron que huyera a la liga vecina, la WCW, donde compitió bajo el personaje rocanrolero Honky Tonk Man, que tenía como mayor efecto estampar su guitarra en la cabeza de los contrincantes para calentar el ambiente antes de la pelea. Actualmente sigue compitiendo en su propia licencia, la TNA, y sigue siendo un gladiador sucio y fullero, muy dado a las llaves ilegales y las peleas en camerinos y vestuarios, y enemigo acérrimo de la lucha mexicana, donde es mayoritariamente odiado por todos. Un abucheo, amigos.

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24. PERRO AGUAYO

Pulsa para ampliarOtra leyenda de la lucha enmascarada mexicana, Pedro Aguayo alias “Perro Aguayo” era un luchador circense y teatral, procedente de una familia humilde. Trabajó en una panadería con la intención de poder comer de las sobras del trabajo, fue zapatero, boxeador y jugador de fútbol azteca. Con 16 años se inició en la lucha, y tiene a sus espaldas una de las carreras más duras y salpicadas de sangre de los cuadriláteros. Un ejemplo de tesón, paciencia y mucho entrenamiento que sólo dieron su fruto a partir de 1970, cuando peleando junto al Indio Jerónimo empezó a conquistar títulos en la CMLL. Campeón nacional de pesos welter, ligero y medio en arenas chicas de Jalisco, y campeón mundial medio de la NWA en 1975. Su leyenda sigue viva gracias al famoso Hijo del Perro Aguayo, otro de los luchadores que se reparten el pastel del negocio actual de la lucha en el Arena de México.

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23. GRAN BARÓN GATTONI

Pulsa para ampliarRicardo José Gattone (n. Buenos Aires, 1919), una masa corporal de traje clásico (fardapitos negro) y barbita bien arreglada, fue uno de los pioneros de la lucha libre-espectáculo en el catch-as-can argentino, durante los años 40 y 50, culminando su carrera en 1965 en Japón compitiendo en más de 30 peleas. El final de sus días (falleció por paro cardíaco el 29 de abril 1982) los pasó como promotor de lucha en Estados Unidos, “exiliado” debido a sus diferencias con el ídolo Karadagián, que le obligó a cambiar de nombre en las actuaciones en Luna Park (luchó como Griego Gattone, Italo Balbo, Ricardo Montaña o Michele Leone) para perjudicar a su fama. Fue boxeador (abandonó porque su espíritu noble le decía que dañar al adversario no debe ser un deporte), ciclista, campeón de halterofilia y jugador de rugby. Junto con el luchador Alí Bargach recorrió toda América (norte, centro, sur y colonias), Australia y Japón. Entre los años ’56 y ’60 era considerado el combatiente más importante del ambiente luchístico del estado de Nueva York. Peleó con leyendas del ring como Lou Thesz, Bruno Sammartino o Argentino Rocca.

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22. RODOLFO "CAVERNARIO" GALINDO

Como hemos venido viendo hasta ahora (y seguiremos ahondando), el lado espectacular de la lucha libre atiende a algo tan viejo y tan efectivo y perfecto como la lucha entre el Bien y el Mal, monda y lironda. Y si ha habido algún luchador mexicano que represente al lado malvado, yo creo que ése ha sido Rodolfo Galindo Ramírez, el Cavernario. Nacido el 27 de septiembre de 1923 (lamentablemente fallecido en julio de 1999), el Cavernario representa el aspecto más rudo y vil de la lucha libre mexicana. Él fue nada menos que el mayor enemigo de luchadores de la talla de Santo el Enmascarado de Plata o Gori Guerrero. Un antecedente y un icono para todos los Perros del Mal que se precien de serlo.

Es más que llamativo que el Cavernario no utilizase máscara ni atuendo alguno, y sin embargo su aspecto de hombre de las cavernas fuese innegable. Amigo de los golpes prohibidos, los sillazos a contratiempo, los insultos fuera del ring y la provocación más rastrera, este salvaje se ganó en cierto modo la enemistad de todos, pero también, en el fondo, el cariño de quienes aman la lucha libre como un espectáculo en el que suceden cosas; ya que si no fuese por el mal, no existiría el bien, como todos sabemos. Y además, porque el llorado Rodolfo era fuera del ring una bellísima persona (aunque lo disimulara), y a espaldas del aspecto teatral era muy admirado por todos sus colegas de profesión.

Entre sus mayores proezas está una memorable pelea contra Gori Guerrero, en la que ambos terminaron cubiertos de sangre y tuvieron que ser separados por los árbitros y organización para que aquello no terminara en muerte. La victoria fue para Cavernario por la cuestión técnica. En otra ocasión derrotó después de innumerables asaltos al afamado Carlos "Tarzan" Lopez. Cuentan que en otra ocasión un aficionado, cabreado con la rudeza de Rodolfo, lanzó a la lona una víbora venenosa. Ni corto ni perezoso, el Cavernario Galindo la cogió con las dos manos, le pegó un mordisco y se la lanzó de vuelta al propietario. Qué grande... Además de sus logros y sus maneras en el ring, Cavernario Galindo, como no podía ser de otra manera, tiene su rincón en el paseo de la fama del cine mexicano, habiendo participado (como insigne villano estelar) en más de 15 legendarias películas de luchadores (de Santo, de las Luchadoras o de Mil Máscaras). Un titán de los que ya no quedan.

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21. ATLANTIS

El misterioso Atlantis (n. 28/09/1962) es campeón mundial de peso medio de la NWA, campeón nacional por parejas junto al Ángel Azteca y campeón mundial de parejas junto a Rayo de Jalisco Jr. de la CMLL, campeón nacional de tríos (nada menos que junto a Máscara Sagrada y Octagón), y poseedor de decenas de títulos más. Probablemente es la estrella más popular de la actual lucha libre mexicana, el heredero de la gloria del legendario Santo (incluso se ha intentado repetir el éxito fílmico de Santo, con películas como "Octagón y Atlantis: La revancha", de 1990, sin éxito alguno hasta la fecha) aunque eso sólo el tiempo lo dirá. El actual ídolo de los niños, de estilo clásico y tremenda potencia, es el protagonista de casi todas las peleas televisadas en la actualidad, aunque sus recientes escarceos con los trucos prohibidos en el ring está haciendo que empiece a ganarse enemigos entre la audiencia.

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Ganarás el pan con el dolor de tu frente