domingo, 14 de mayo de 2017

¿CUÁNTO DINERO GASTAN LOS YOUTUBERS EN LITERATURA AL MES? (Primera parte)

Ha estallado la enésima polémica social en torno a esa lacra llamada YouTube: resulta que existen ciertas personas que, los muy descarados, ¡trabajan desde casa¡ Y encima, generan una cantidad incalculable de dinero en forma de publicidad, en el medio audiovisual más potente de la historia, ¡y quieren quedarse una parte...! ¡¡¡Y pagar la menor cantidad de impuestos posible!!! Analicemos este espinoso asunto... Pero sobre todo, respondamos a una pregunta que me ronda por la cabeza desde hace tiempo: ¿PROHÍBE YOUTUBE QUE SUS USUARIOS HABLEN DE LOS LIBROS QUE LEEN?


España es un clamor. Cientos de jubilados y amas de casa se llevan las manos a la cabeza: "¡basta de lucrarse con internet!". "¡No con mis impuestos!". "¡Eso también lo sé hacer yo!". Ser youtuber se ha convertido en una labor peligrosa, y el último challenge parece consistir en desinformar y vapulear a unos chavales que se graban en casa y son vistos por millones de personas en el mundo. Desde que existe este fenómeno de la "profesionalización" del videoaficionado doméstico (aproximadamente, cinco años), los medios de comunicación tradicionales han ignorado por completo a sus protagonistas, y las contadas ocasiones en las que se hacía alusión a estas post-celebridades era para vilipendiarles o directamente criminalizar su afición. La televisión teme y odia a esta nueva generación de comunicadores y receptores alternativos, a los que (obviamente) les importa tres cojones la televisión, y no han ojeado un periódico en papel en su vida, ni lo harán jamás.

La última oleada de desinformación y acoso a los youtubers consiste en ofrecernos la imagen de unos nuevos millonarios que eluden al fisco: "Hacienda pone la lupa sobre PayPal, Google o los 'youtubers' en su nuevo plan antifraude", destapaba El Confidencial a comienzos de año; “Youtubers y blablacars, en el punto de mira de Montoro", añadía Hipertextual por las mismas fechas. "¿Cómo deben declarar a Hacienda sus ingresos los bloggers y youtubers?", se preguntaba un sorprendente artículo en NuevaTribuna, como si actuar bajo el paraguas de la segunda empresa más grande del mundo escondiese un críptico misterio fiscal: «No hay que olvidar que en muchas ocasiones los bloggers y youtubers reciben tan solo una compensación en forma de regalo. En estos casos, si se trata de regalos de poco valor, es más complicado hacerlos pasar por Hacienda, sobre todo si se trata de libros, videojuegos o discos de música.». España preocupada por la Gürtel y los Pujol, mientras que los chavales reciben "discos de música" bajo cuerda… ¡Dónde vamos a ir a parar!


Sin embargo, ha sido el emporio Atresmedia quien ha decidido llegar hasta el fondo de este "problema", dedicándole esta semana encendidos debates en programas como Espejo Público o LaSexta Noche, o con textos alucinantes en sus webs: «Los que más ganan son los youtubers: unos 10.000 euros por medio millón de seguidores y si el vídeo tiene un millón de visitas, facturan 1.000 euros por pieza. Así que con una cuenta que sube a un ritmo frenético, como ya publicó 'Voz Pópuli' algunos deciden trasladar su residencia a Andorra porque allí solo tributan el 10%.». Según esta extraña información (tal vez, vamos a fantasear todos, redactada por un becario que vive en un piso patera y tiene 13 seguidores en su cuenta de YouTube), por cada 500.000 followers cada chaval se embolsa 10.000 euros. Eso quiere decir que superdotados de este medio como ElRubius, que cuenta con cerca de 24,5M de seguidores, recibe (al margen de visitas, likes y tiempo de visionado, como si esto no influyera...) 49.000 euros… eh… ¿al mes?, ¿por minuto? ¿recibe puntualmente 2 céntimos de euro en su cuenta de ING por nuevo suscriptor? Para este informador, eso lo de menos, claro. Y por cada millón de visionados (ElRubius tiene en este momento más de 5.343 millones de visitas; más del doble que todos los programas de Antena 3 juntos en la plataforma), Google les ingresa otros mil euros. Por supuesto, en ningún lugar de estas noticias suelen aclarar cuál es la fuente de todas esas cifras de vértigo. Todo da igual. Bienvenidas la información confusa, las cifras llamativas, el clickbait, las estupideces, la fantasía y la rabia incontenida. ¡Abracemos la incomprensión y horademos el abismo intergeneracional!


En una emisión reciente de Espejo Público, unos señores mayores con gafas se preguntaban: «¿Qué pueden tener en común los youtubers con la Baronesa Thyssen?» [sic]. En su reportaje ponían el punto de mira, con nombres y apellidos, en aquellos youtubers que han decidido mudarse al paraíso fiscal de Andorra donde, como todos sabemos, las presiones fiscales son mucho más laxas que en España. Vegetta777 y su amigo Willyrex, dos de los más exitosos de este medio, fueron de los primeros en marcharse. Su crimen, la mezquina estrategia de arquitectura financiera pergeñada por estos jetas que (en algunos casos, como los citados) trabajan entre 8 y 12 horas al día desde casa, consiste en haberse mudado a Andorra para pagar menos impuestos. Para seguir desempeñando esa actividad perfectamente legal que tanto les gusta y que tan buenos resultados y éxitos les genera, que mueve millones de euros provenientes de todo el mundo y que se gestiona a través de una empresa multinacional con sede en California, se han ido del territorio español. Semejante desafío soberanista ha colmado el vaso de la indignación de los medios de comunicación oficiales.

Lo más simpático de este reportaje es que, sin ningún asomo de bochorno, confiesan finalmente que la fuente de información de la que han extraído los estrambóticos datos de sus ingresos, es el blog de un particular que elucubraba sobre este asunto el pasado mes de enero de 2016. Un jovial emprendedor llamado Jonatan Botello, coach y redactor publicitario especializado en dar consejos sobre posicionamiento y éxito en redes sociales que contaba en ese momento con 8 seguidores en su canal de YouTube; como destacaba la estrella de YouTube Auronplay al tratar este asunto.


En LaSexta Noche (más conocido como Fachitas, progres y viceversa), como decía, también han tratado este tema esta semana, y todos los contertulios (incluido Antonio Maestre, a pesar de confesar segundos antes que «[en YouTube] nunca he ganado más de 100 euros en un mes») se ponen de acuerdo en que Hacienda debe perseguir duramente a los youtubers. El nivel de desconocimiento y desinformación, y las barbaridades que llegan a decir son inenarrables. Me quedo sin palabras.


La indignación ha llegado a extremos estratosféricos, sobre todo, a raíz de que un par de los youtubers que han confesado irse a vivir a Andorra han enseñado su nuevo estilo de vida: dado que apenas salen de casa, y que tienen que pagar entre el 30% y el 50% de sus ingresos a Hacienda (en plena investigación del partido en el Gobierno como supuesta organización criminal), han decidido irse a compartir pisos de alquiler grandotes y elegantes, aprovechando (de manera totalmente legítima) los beneficios fiscales del país vecino. ¡¿Serán sinvergüenzas?! El caso de xFaRgAnx YT es especialmente significativo, ya que el pasado 4 de marzo grabó un video breve, titulado "El caso Andorra e impuestos", en el que abiertamente confesaba haberse mudado allí porque le daba la gana, y para beneficio propio (más o menos como hace el resto de la humanidad). Entonces algunos medios de comunicación ardieron, y se vio obligado a eliminarlo.



No caeré yo en el mismo juego que los voceras de la prensa tradicional. No tengo ni idea de cuánto dinero ganan los youtubers de más éxito, como tampoco sé cuánto ingresan, más allá de la rumorología y las estupideces que se dicen, el panadero de abajo, María Dolores de Cospedal, un traductor de alemán, el presidente de una multinacional farmacéutica, el subnormal de Caranchoa o una delantero centro de la selección femenina de fútbol. ¿Estamos tontos o qué?, ni lo sabemos, ni nos importa. Pero no creo que exista ninguna conspiración detrás de todo ello: el sentido común me indica que aquellos que están en la cúspide de este negocio (recordemos: auspiciado por la segunda empresa más grande del mundo) podrán permitirse vivir de manera holgada y comprarse las cosas que desean (y además, aprovechan su fama extendiendo su actividad y su imagen en otro tipo de lucrativos negocios publicitarios, y yo que me alegro), mientras que el 99% del resto de quienes tratamos de salir adelante en nuestro respectivo sector laboral, hacemos lo que podemos. Por supuesto, hay influencers en la plataforma que realizan una actividad de entretenimiento aséptico, intachable, humilde y honrado, mientras que unos pocos se aprovechan de su efímera fama para la mera transgresión de dudosa catadura moral, o incluso para incumplir la ley: exactamente igual que en todos los gremios, ni más ni menos. Y en estos es en los que se centra la prensa tradicional, y tratan de escandalizarnos y generalizar a todo el sector; pero esto es porque la prensa tradicional está moribunda, no habría que darle mayor importancia.

Si acaso, tengo la ligera ventaja frente al tertuliano estándar de que yo sí que llevo varios años siguiendo diariamente a muchos de estos videoaficionados, con genuino interés, con pasión incluso. Y por eso da tanta risa cuando escuchas hablar sobre ellos en televisión, y se nota tanto que jamás han visto ni cinco segundos de los videos de cualquiera de ellos. La labor que hacen algunas de estas nuevas estrellas mediáticas es genuina, es fresca, es incansable, es cercana y es diferente a todo lo que había antes, nos guste o no a los que tenemos otros referentes culturales y no nos interesan las cosas a las que juegan.


Basta acercarse temporalmente a su mundo para entender por qué a miles de jóvenes les importa lo que dicen y lo que les pase a estos chicos, y por qué lo que dice el resto de la prensa general les importa cada vez menos, o directamente desconfían de ello y lo desprecian. Publicar hasta tres videos diarios durante años, que reciben centenares de miles de visitas cada uno, es una labor titánica, y todo se basa en el esfuerzo, el carisma y el salseo (muy por encima del talento e incluso de los propios contenidos de los videos), algo que los tronistas políticos y los moderadores televisivos de las viejas generaciones no serán capaces de aceptar nunca. El paradigma ha cambiado, el mundo ha cambiado y les ha pasado por encima en la forma de un fidget spinner gigante pilotado por gatitos.

Y a la hora de hablar sobre cuánto dinero ganan, cuánto no y por qué pasa esto, solo hace falta escucharles a ellos mismos, porque son absolutamente transparentes y sinceros con sus fans (hasta donde permite la decencia y el sentido común), y la realidad es que llevan meses quejándose de cómo YouTube (Google) quiere quedarse con todo el pastel y repartir las migajas entre sus propios tentáculos corporativos supuestamente family friendly (como ya advertía yo mismo hace un año...):


Como demuestra este blog, no me interesan los videojuegos; no tengo muy claro qué significa "LOL" ni por qué hacen tanto el tonto los jóvenes ante las cámaras; ni en general contemporizo casi nada, y de hecho tengo ya un pie en la cuarentena. Sin embargo, cada mes paso varias horas viendo videos de Vegetta777, repasando sus series de partiditas a juegos que yo mismo nunca jugaré, con el mismo entusiasmo con el que miro The Wire. Vegetta777 o ElRubius son tipos entrañables, educados, divertidos, constantes, muy autoconscientes de su influencia en los jóvenes e infinitamente más interesantes que todos los tertulianos y tronistas juntos/as. Son los que más conozco, pero lo mismo podría decirse de muchos/as otros/as. Y generan muchísimo más tráfico en las redes sociales que todos los medios de comunicación tradicionales juntos. Lo que hacen no es nada fácil, lo que hacen merece las satisfacciones y los beneficios económicos que conlleve, y seguramente, en realidad, se están aprovechando de ellos, y Google les explotará cada vez más. Yo no sé por qué me interesan sus videos, doctor, pero les miro a menudo; ¿cómo no voy a entender que miles de chavales mucho más similares a ellos, estén deseando que entren en sus vidas a través del ordenador cada día, les hablen y les escuchen? Sí, algunos youtubers me parecen despreciables y poderosamente abofeteables; pero no se me ocurre a nadie que sale por la tele que no aumente mis ganas de matar.


Pero una vez dicho todo esto... la verdad es que yo quería hablar de otra cosa. Porque otra de las cosas que prueba este blog es que a mí me gusta leer. No es algo de lo que presuma, ni que me parezca bueno ni malo: es solo que me parece normal tener libros, o tebeos, o revistas en casa. Cuando voy a casa de mis amigos, suelo encontrar estanterías con libros, aunque solo sea unos pocos. Sin embargo, después de horas escudriñando YouTube, practicamente no he encontrado un set-up o un room tour en el que apareciera un dichoso libro... con la excepción de los libros escritos por los propios youtubers, por supuesto... Es este un asunto que realmente me inquieta, y estoy dispuesto yo mismo a emular a Susana Grissom y llegar al fondo de este extraño contubernio: ¿está prohibido mostrar libros en YouTube?


(continuará)

domingo, 7 de mayo de 2017

"La hora atómica" (Rubén Lardín, 2017)


Rubén Lardín ha sacado nueva colección de cápsulas de tiempo. Una nueva dosis que viene a unirse a sus anteriores "El misterio de los intervalos de silencio" (su primer blog, que nunca fue publicado como libro, sino que probablemente solo exista físicamente en el ejemplar que tengo yo, en forma de folios impresos y guardados en un sobre), "Imbécil y desnudo" y "Corazón conejo". Este nuevo muestrario lo ha publicado la editorial de tebeos Fulgencio Pimentel, envuelto en la portada más punk, fea y al mismo tiempo atractiva posible, y en realidad hace acopio de los textos que sí publicara en El Butano (su aportación a "los libros del Butano" fue material nuevo). Me lo compré en la Librería Cervantes después de un buen rato perdido por su cripta mirando cosas, y lo despaché entre una mañana sentado en la Rosaleda del Parque del Oeste, y un viaje eterno en metro a San Sebastián de los Reyes. Lardín es periodista, articulista y columnista cultural, taurino, erotómano, amante de la literatura y el cine para señores, paladín del cómic y el erotismo, pero sobre todo es un maestro de este tipo de prosa inmediata, kamikaze, atlante e ipsativa a la que nos tiene acostumbrados y que tando me estimula. Una nueva entrega de literatura lardiniana, donde vuelve a escribir por escribir en torno al escribir, al pasear, al yacer y al contemplar, para regocijo general.