![Pippen y Jordan eran mis Robin y Batman](http://img.photobucket.com/albums/v333/Frunobulax/n90b69o.jpg)
Algo parecido a lo que le pasara a
Amèlie con la caja de recuerdos del "señor
Bredotó" (o
Brétódó), este fin de semana ha aparecido en un cajón de mi casa una cajita de cartón, que contenía un puñado de cositas maravillosas que acumulé de pequeño. Concretamente, montones de cromos americanos que guardaba entonces como un tesoro. De distintas colecciones, no completas (e incluso de alguna de las ellas sólo unos pocos ejemplares), pero no por ello menos valiosos: por un lado, centenares de estampitas de la
NBA de 1992. De esa impresionante fábrica de sueños que era entonces, por la época en la que todos nos quedábamos cada viernes por la tarde embobados viendo a
Ramón Trecet y su
'Cerca de las estrellas'. Decir
Jordan,
Bird,
Wilkins,
Malone,
Thomas,
Webb,
'Magic'... para algunos no es decir nada. Para mí, lo era todo. Recuerdo que daban estos cromos con el
As o con el
Marca, un día a la semana. Un sobre con cada ejemplar. Y un vecino y yo, poco menos que acampábamos junto al kiosko y amenazábamos a los vecinos para que nos dieran sus cromos, para ir acumulando postalitas que esconder lejos de mamá y de la basura.
![Una de las elucubraciones del fascinante mundo de Boris Vallejo, que diría un pedante](http://img.photobucket.com/albums/v333/Frunobulax/boris_vallejo.jpg)
Otro de los montoncitos de cromos que había en la caja es de una colección de
trading-cards de superhéroes
Marvel, con un dibujo (de las más grandes plumas de la compañía) en el anverso, y fichas de personajes en el reverso. Con su historia, poderes, puntuaciones, etc.
Y también hay un puñado de cartas, no muchas, de colecciones particulares de impresionantes dibujantes que me fascinaban entonces, tales como
Hayime Sorayama (de estas tengo casi todas),
Boris Vallejo o los hermanos
Hildebrandt. En fin, un hermanamiento entre pajerismo y nostalgia en forma de obras de arte en miniatura, que me han aparecido de repente, cuando no lo esperaba, después de tres o cuatro años sin saber de todo ello. Gracias,
Amèlie, si lees esto.
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