martes, 21 de julio de 2015

"Tomorrowland: El mundo del mañana" (Brad Bird, 2015)

Me encantan estos subtítulos que les ponen en España al traducir los blockbuster: "Tomorrowland El mundo del mañana", parece un homenaje a Héctor del Mar y los nombres que les ponía de cachondeo a los luchadores de Pressing Catch, como "Terremoto Earthquake", "The Snake El Serpiente", "Roddy Piper El Gaitero"... En fin. Fui a ver esta película a los Ideal la semana de su estreno, y no recuerdo exactamente su argumento, pero salí entusiasmado. Tampoco sabía nada sobre ella, salvo que la había hecho Brad Bird, ese superhombre detrás de la primera animación de Los Simpsons, "El gigante de hierro", "Los Increíbles", el guión de "Nuestros maravillosos aliados"... y esto era suficiente garantía para mí. Me echaba un poco para atrás que fuese un largometraje del moralista emporio Disney, y que tuviera que ver también en ello el pesado (y aún más moralista) Damon Lindeloff, pero tenía muchas ganas de ver esto, fuese lo que fuese, en pantalla grande. Y fue una gozada. Un verdadero viaje en una montaña rusa, un hermoso homenaje a la infancia y a la ciencia-ficcón retro-futurista de los años 50. Aunque la cosa pase a la historia tan solo un spot largo y espectacular de una zona de Disneyland, y a pesar del extraño mensaje elitista y MK-Ultra que tira de espaldas, es una fábula preciosa y emocionante en la que no dejan de pasar cosas, con un montón de ideas brillantes, cgi absorbente y verosímil, y ese mismo halo de las películas de fantasía artesanal y entrañable de los ochenta que mi generación tiene en el inconsciente colectivo. Y luego está la niña, la fascinante androide que no me quité la cabeza en mis siguientes diez o doce pesadillas. Bravo.

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