jueves, 14 de mayo de 2015

"Ruta 66" (Sergi Cervera, 2010)

Hace unas cuantas semanas, estuve viendo videos y documentales sobre la Ruta 66, la arteria interestatal que unía EEUU de este a oeste antes del desarrollo de las superautopistas, y que hoy en día está abandonada y convertida en un recorrido turístico. Y además, a lo grande. Por lo visto en algunos videos, los americanos saben muy quien lo que se hacen, y algunos tramos de la que sería el equivalente a las comarcales españolas, que aquí han supuesto la decadencia y práctica (o efectiva) desaparición de docenas de aldeas y regiones enteras, allí es un verdadero museo del espectáculo, con el asfalto bien pulido, las señales vintage brillando al sol como si fueran de adamántium aceitado, los Paul Bunyan y los Muffler Men gigantes que parecen recién construídos... Y sobre todo, cientos de restaurantes y gasolineras-mall al servicio del constante fluir de visitantes.

Estuve viendo, decía, cosas que la gente cuelga en sus periplos. Me tragué casi entero, abochornado, el viaje de un youtuber extremadamente "alegre" que se hacía fotos a sí mismo cada 20 minutos y leía alguna cosilla de la Wikipedia sobre el trayecto, y también algún documental profesional. Y, de pronto, llegué a esta película, que en realidad también tuvo su origen en forma de videoblog, y posteriormente fue colgado en su versión completa. Narra la historia de dos hermanos catalanes, que han decidido pasar juntos las vacaciones recorriendo la vieja Route 66, después de muchísimos años sin pasar tiempo juntos. Todo tiene ese aura del nuevo cine low cost que tan poca gracia me hace, y ambos personajes son tan insufribles y sobreactúan tanto como se espera de todo buen youtuber, ídolos de adolescentes con un ego tan colosal que se ve desde el espacio exterior. El protagonista se ha ido de viaje a costa de la empresa, una revista que le paga por hacer fotos, y decide invitar a su hermana para ver si liman asperezas. Todo empieza bastante mal, porque el cielo está nublado y amenaza tormenta, y parece que no hay demasiadas fotos que hacer. Todo es muy verosímil, y pronto empiezan a suceder las típicas conversaciones entre hermanos, todo ello grabado por la cámara que llevan para documentar el viaje en su casilla de Youtube. Y todo es chiripitifláutico cuando los hemanos se dirigen a su audiencia de la red, pero empieza a resultar cáustico cuando vemos lo que sucede detrás de la cámara... Me sorprendió y me entretuvo mucho esta peli que pillé de casualidad, sobre todo porque piqué el anzuelo totalmente, y yo pensaba que los que estaban ahí diciendo cosas a la cámara eran verdaderos youtubers, y no actores profesionales. Si alguien lee esto, cosa no demasiado probable, le animo a que no lo haya leído y que si quiere ver esta película se enfrente a ella pensando que es un video casero. Fin del espóiler.

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