Acaba de ponerse a la venta en todo el Universo el nº 2 de Viernes Peronistas, el fanzine más bonito del momento. Tiene 175 páginas, y ya he estado un rato olisqueándolo y mirando los dibujos tricolores, que parecen hechos con helados de Frigo. Pero no quería empezar a leerlo hasta que retomara y diera por acabado, como he hecho esta noche, el número 1.
La lectura del primer número al que ahora hago referencia la abandoné después de unos cuantos olisqueos y de mirarme los dibujos, principalmente porque soy un ignorante, y el único personaje del peronismo que me suena es Madonna. Viernes Peronistas es el órgano oficial de difusión de los Jueves Peronistas, que no es sino el encuentro semanal en petite comité de Mongo Aurelio I, Mongo Aurelio II y Mongo Aurelio III. Todas las semanas, desde hace mucho tiempo, estos tres misteriosos señores se reúnen en algún boliche y se dedican a charlar e intercambiar impresiones y memorabilia acerca de lo que ellos mismos han dado en llamar Peronismo Pop; y por fin hace unos meses decidieron transformar esos encuentros privados en objetos legibles en cuatricomía viva. Apasionados de las guerrillas exóticas, de la política bizarra y de los mil y un personajes que surcaron atropelladamente los casi 70 años de historia del peronismo, este fanzine se dedica a glosar fichas, anécdotas, visitas a lugares curiosos, verdades a medias y un montón de cosas que parecen mentira de asombrosas que resultan. Un artefacto hermoso, contundente, gordo, repleto de letras y dibujos de autores afines al TMEO (Ata, Mauro, Nono Kadáver, Darío Adanti), que se devora aunque, como es mi caso, no se tenga ni la más puñetera idea de qué se está leyendo. Si la política española me resulta algo incomprensible e inalcanzable, la idiosincrasia platense que glosa VP directamente me parece un compendio de sabiduría Skrull. Sólo desde este punto de vista, del curioso pero ignorante, estoy disfrutando enteramente de todos estos asuntos, sumergiéndome por fin un poco más allá de los dibujitos y el impecable diseño.
No sé si es un secreto, pero yo sé quiénes son Mongo Aurelio I, II y III. Es más, tuve ocasión de pasar unas cuantas horas hace poco en casa de Mongo Aurelio II con unas cervezas, y escucharle hablar sobre terrorismo de baja intensidad, épica montonera, maquis sexys y todos esos asuntos de la política pop que tanto le fascinan, es una delicia. En cuanto le hinque el diente a VP 2 me temo que voy a caer rendido en las redes del Peronismo Pop de forma ya irremediable. Porque se siento ante este, insisto, hermosísimo proyecto, como si tuviese acceso al acta de las reuniones clandestinas de un club de inquietos fabulosos, de los que ya no quedan, y servido en un envoltorio, ¿lo he dicho ya?, más bonito que el Iguazú.
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