miércoles, 30 de noviembre de 2011

Carrie (Brian de Palma, 1976)


Me gusta mucho "Carrie", la he visto unas cuantas veces ya, y ayer la echaban y no pude evitar sentarme a mirarla, como una liturgia, sabedor de que era imposible que echasen nada mejor en cualquiera de los otros doscientos canales. Es una adaptación fantástica, que respeta todo lo increíblemente brillante y también todo lo turras, los tempos incomprensibles y lo estereotipado de los personajes, del original. Salen El Gran Héroe Americano, la Princesa Leia y Tony Manero (y Naranjito aunque sólo en un plano subliminal). El recurso de partir la pantalla en el clímax, con la pobre Carrie chorreando y a punto de vengarse del mundo entero, me pone los pelos de punta, no falla. A Carrie por un momento le salen rayos fluorescentes por los ojos, que atraviesan la pantalla y me dan. Siempre hay un punto en la película que pataleo y grito en voz alta "¡Carrie, no vayas al baile! ¡Carrie, no vayas!". Las escenas de la sesión de gimnasia, o en los vestuarios, remiten a "Porky's" y esas cosas, me ponen un poco, desde niño; y más con la música de Pino Donaggio, extraña, intercambiable por escenas de un giallo pero también por la peor de Joe D'Amato. Adoro esta película, está en mi top 3 del repertorio de Stephen King, junto con "La ventana secreta" y "El resplandor".

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