
El último TMEO aparecido (nº 113) incluye de regalo un suplemento de 16 páginas, que recopila algunas de las historietas dobles que viene haciendo AlvarOrtega para la revista. Su estilo fotográfico-pop es una golosina para los ojos, y una rara avis entre los autores feístas habituales; leer una tira de Furillo, lavarse las manos, pasar página y encontrarse con AlvarOrtega sorprende y es muy de agradecer esta variedad. También su humor es más blanco e inocente, y se hecha de menos un poco de mala leche. Sus historias muchas veces se limitan a glosar curiosidades o a parodiar actos sociales como las cenas navideñas o mirar la Eurocopa. En cualquier caso, la vista se recrea, yo suelo quedarme bastante rato mirando cualquiera de sus viñetas. Sigo anhelando al otro AlvarOrtega, y soñando con tener entre mis manos una edición digna de Los Revillos, pero mientras espero sentado, bueno es cualquier muestra de su trabajo actual, sofisticado e infográfico.
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