Con una década de retraso, estuve leyendo la saga mutante de culto escrita por Peter Milligan con dibujos del Mike Allred (y colores de su esposa Laura; por lo visto Mike ¡es daltónico!). Después de años a la deriva, la colección de mutantes asilvestrados y llenos de dientes creados (más o menos) por Rob Liefeld iba a ser transformada desde los cimientos. El artista indi creador de
Madman llegaba a Marvel a bombo y platillo para encargarse de remodelar la franquicia, junto a un guionista también indi, y curtido en el sello Vertigo. Era un momento ideal para aficionarse a una nueva serie, que prometía frescura, colorinchis y guiones estrambóticos y adultos. Por el camino se quedaría algún Marvel Zombie más conservador y mucho fan del "rollo Liefeld".
Pues tengo que decir que yo debía ser de los primeros, porque no me terminó de atraer nunca demasiado esta colección. Ni tampoco demasiado
FF (que la sigo teniendo pendiente) ni la nueva etapa de
Silver Surfer, donde ahora se entretiene Mike Allred, el otrora dibujante
outsider pero normalito y a día de hoy (con tanto jubilado y tanto fugado) una de las grandes estrellas del tebeo mainstream norteamericano. En mi caso, en principio era una cuestión de forma. El estilo de Mike Allred es demasiado estridente y surreal para mi gusto (aunque es innegable que es un portento). Una vez leídos todos estos tebeos (bueno, casi todos; me faltan los últimos tomos, y ya caerán), tengo que decir que no me ha acabado de convencer el trabajo que hizo Milligan con estos personajes. Me parece muy bien que decidiera borrar de un plumazo décadas de historia de la franquicia mutante (aunque, a la larga, parece que más que eso lo que hizo fue fagocitarla; en lugar de empezar desde cero, trató de arrastrar a un montón de fieles desde una cabecera en marcha, para después sí, empezar de cero... y tener que cerrarla por falta de ventas), no es una cuestión de nostalgia; es simplemente que ninguno de los sub-argumentos creados por Milligan me parece que tuvieran nada de originales. Ni lo de ser superestrellas mediáticas, ni lo de pelearse entre ellos, ni lo de ganar pasta con su trabajo, ni el hecho de nutrirse de un carrusel de personajes intercambiables. Quizá lo único que me resultaba rompedor era que los personajes muriesen cada dos por tres, incluso muriesen ¡de verdad! casi todos al final del primer número. Y también es significativo que las misiones, la acción, la raison d'être de los superhéroes, importe un pimiento, y que lo que de toda la vida ha sido la acción en un tebeo de superhéroes, aquí transcurriera en las elipsis y solo viéramos los quehaceres domésticos y las entrañas logísticas del grupo.
Todo bien. Indudablemente esto era algo diferente... no demasiado diferente, en realidad, de otras historias de antihéroes y que ya han sido contadas en el sello Vertigo (que es a donde todo esto verdaderamente pertenecía), pero a mí me estaba resultando terriblemente poco interesante. De no ser por esas viñetas tan espectaculares y rematadamente pop, hubiera tirado la toalla enseguida. Todo me resultaba tan frívolo, inocuo y exasperante como uno de esos programas de boniatos humanos gritones que echan en la MTV, a la que nunca me asomo.
Al cabo de unos cuantos números, la cosa fue enganchándome poco a poco, hasta el punto de no saber muy bien cómo posicionarme: el personaje de Doop es intrigante, Venus Dee Milo no tiene brazos (guau, súper-original y gafapasta) y es bastante fascinante, de Chica Muerta mola todo y las tramas empiezan a hacer que te llegue a preocupar un poco lo que le sucede a los personajes, a pesar de que Milligan se ha empeñado en que no te identifiques con nadie y te importe una mierda todo lo que está pasando.
A falta de un par de tomos, en los que haré un esfuerzo por ver cómo resolvieron todo esto (apuesto a que mueren todos), mi opinión no es muy positiva respecto de este tebeo tan cool y que parece haber puesto de acuerdo a toda la crítica. Me gustan los tebeos emocionantes, los personajes y las historias que enganchan, la épica, la intriga, el romance, la literatura con sentimiento, y aquí no encuentro nada de esto.
X-Tatix me parece una celebración del hedonismo, la frivolidad, el postureo y la post-modernidad.
X-Force me dan igual y más o menos nos daban igual a todos; pero me hacen esto Milligan y Allred con
Spider-Man o con
Lobezno y no tienen campo para salir corriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario