Hot Club Of Cowtown es una de esas bandas de revival de los sonidos rurales norteamericanos que tanto me gustan. Un trío de cuerda estándar, guitarra-contrabajo-violín, con rubia jamona a bordo y a tres voces, que tienen un buen montón de discos a sus espaldas, generalmente ahondando en el western-swing y el jazz añejo. Hace meses estuve escuchando atentamente muchos de sus discos, donde abundan las versiones de clásicos sureños, y viendo videos en los que es una delicia contemplar las evoluciones de Elana James al
fiddle. De entre su discografía (disponible en Bandcamp) destaco este disco, dedicado al hot jazz y el jazz gitano y
manouche del París de mediados de siglo, con influencias del cercano Oriente y desarrollado principalmente a partir de esos dos gigantescos músicos que fueron Django Reinhardt y Stéphane Grappelli. Una maravilla de principio a fin, aunque descolla y rebosa exuberancia en los números vocales y en los tiempos desbocados.
En este blog sigo inmerso en este carrusel de posts a toda leche al final de las vacaciones, así que quiero añadir que hace unos días estaba comiendo en la terraza de un chiringuito a la ribera de una piscina natural de agua cristalina, en la ladera de una montaña de la Vera extremeña, y a continuación sesteando junto a un salto de agua con los pies en el río, mientras sonaba de fondo una selección de musette, Django Reinhardt, Les Primitifs Du Futur y R. Crumb & The Cheap Suit Serenaders que me hizo plenamente feliz.
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