Una tarde tonta que tuve durante estas vacaciones me puse a ver esta comedia reciente, que no me sonaba de nada aunque está llena de actores que me gustan (normalmente, estoy tan al día de la actualidad cinematográfica como de la taurina). Narra las vidas paralelas que llevan tres colegas cuyos jefes les hacen la vida imposible, a base de mobbing, hasta el punto de que deciden conspirar para asesinarles alevosamente aprovechando que estos no conocen a los colegas de cada uno. Al estilo de
"El quinteto de la muerte", los jefes primero se resisten a morir y todas las argucias fallan, pero luego todo empieza a rodar sin que se den cuenta, a golpe de slapstick y de reacciones en cadena. Y el último jefe resulta ser un hijo de perra psicópata (ya lo destripa la carátula, no yo) y todo se complica. Lo que prometía una comedia negra oculta en realidad una comedieta blandita y de humor blanquísimo para toda la familia. Como una galleta Oreo.
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