El caso de Francisco Serrano no es el mismo: sin seudónimo, con una portada (magnífica, de Mireia Pérez) expresionista y moderna, personajes españoles y un estilo literario muy personal y culto, aleja a “Perros del desierto” de las doctrinas de la literatura popular de kiosco española de siempre. Lo cual no significa nada, pero como aficionado y coleccionista, tenía que decirlo. Se trata de una novela breve de anticipación, ambientada en un planeta árido y apenas civilizado, un mundo en el que camparían a sus anchas BraveStar, Rogue Trooper o los soldaditos de “Dune”. Un western post-apocalíptico intenso, negro y jodido, un estupendo cruce entre Sam Peckinpah y “Starship troopers” en un tono fatalista y ligeramente melancólico, en el que asistimos al viaje a través del desierto de un guardaespaldas convertido en forajido.
lunes, 26 de noviembre de 2012
“Perros del desierto” (Francisco Serrano, 2012)
El caso de Francisco Serrano no es el mismo: sin seudónimo, con una portada (magnífica, de Mireia Pérez) expresionista y moderna, personajes españoles y un estilo literario muy personal y culto, aleja a “Perros del desierto” de las doctrinas de la literatura popular de kiosco española de siempre. Lo cual no significa nada, pero como aficionado y coleccionista, tenía que decirlo. Se trata de una novela breve de anticipación, ambientada en un planeta árido y apenas civilizado, un mundo en el que camparían a sus anchas BraveStar, Rogue Trooper o los soldaditos de “Dune”. Un western post-apocalíptico intenso, negro y jodido, un estupendo cruce entre Sam Peckinpah y “Starship troopers” en un tono fatalista y ligeramente melancólico, en el que asistimos al viaje a través del desierto de un guardaespaldas convertido en forajido.
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