lunes, 30 de enero de 2006

Pluriempleo, japos, monos, cuentos y disculpas

Supongo que casi todos habéis leído el tebeo La semana más larga, una de las cumbres de SuperLópez. En él, Juan López se levanta como todos los días cubierta la cara entera de legañas, y antes de pedirle al kioskero el primer café con leche se ve envuelto en un plan diabólico, atrapado en una semana espantosa sin poder apenas comer ni dormir, entre butrones, discusiones y tortazos. Pues la samana pasada, desde el viernes 20 hasta ayer domingo 29, me he visto inmerso en ese tebeo. Por razones que prefiero reservarme, y sin previo aviso, tuve que pedir una semana de vacaciones en mi trabajo habitual y dedicarme a otros menesteres. Que tampoco quiero contar. No es por hacerme el interesante, sino únicamente porque es un verdadero tostón, y de momento, ha terminado. Sólo diré que ha tenido que ver con obtener un dinero extra que necesitaba imperiosamente, como algún lector sabe; de una forma digna y honrada, aclaro.

He tenido más o menos las mañanas libres. He podido retomar alguna vieja afición, quedar con gente que hacía tiempo que no veía y conocer a gente nueva. Una mañana me desquité y compré casi dos años de tebeos de mutantes, que tenía pendientes. He puesto dos nuevos habitantes en mi pecera, y la he redecorado con primor. He comido todos los días de telechino, porque cuando hace frío, tengo poco tiempo y mucha pereza, odio cocinar con todas mis fuerzas. Y poco más. El resto del tiempo he estado ocupado, con el horario cambiado y juntando billetes de manera desesperada. No me puedo quejar.

En estos 10 días, no me he asomado por Internet. No tengo conexión en casa, y evito todo lo posible pagar por una penosa navegación de locutorio, si no es estrictamente necesario. He estado ajeno a todo esto, y creo que debo a algunos una disculpa por un par de asuntos blogosféricos:


Mala pata. No he podido estar a la altura. De hecho, es que no he podido estar. Acabo de volver de uno de esos agujeros de los que hablaba al principio, y tengo que ponerme al día de todo lo que ha pasado por aquí. Por un lado, me alegro de tener tanto y tan bueno por leer y disfrutar; por otro, lamento haber fallado a la gente. Espero que nadie me odie por ello, y esta semana, dentro o fuera de plazo, soluciono la papeleta. Y no digo todo esto por ser victimista, sino por ser educado.

Me estoy, por lo tanto, aclimatando a la nueva situación (que en realidad es más o menos la misma de siempre, pero con elementos nuevos). Y en cuanto a lo que se refiere a este blog, me encuentro con unas cuantas sorpresas, que quería comentar:

  • En primer lugar, vuestros comentarios de apoyo y comprensión en el post anterior, donde anunciaba la pisada de freno. Gracias a todos.;
  • Gracias también a los mensajes al privado. Entre los cuales, por cierto, me he encontrado con un mensaje que no parece spam (no adjunta archivos ni enlaza a ninguna página web) y además parece intencionadamente dirigido a mí, de un tipo que me propone intercambiar fotos de cat fighting. Not right now;
  • Otra noticia que me ha dejado helado ha sido la segunda invasión nipona a mi blog. Si hace unos meses anunciaba el escalofriante récord de 3.479 visitas en un solo día, cosa que me asustó, hoy me he encontrado con que el jueves pasado llegaron aquí, atención,

    11.368

    personas, a través de enlaces en distintas páginas japonesas. Adjunto la gráfica de hace unos minutos, que lo corrobora, y un torrent de "Tora! Tora! Tora";


  • También anuncio que tengo varios posts en cartera, pero que no sé si el ritmo de posteo se resentirá o podré mantener mi media habitual. Haré lo que pueda.
Y basta de justificaciones y supercherías. Lo próximo que escriba aquí, cuando quiera que sea, tendrá contenido. Que ya me vale.


Tercer anuncio secreto: he juntado en una semana más de 600 euros. Soprendentemente y por sopresa, arreglado el problema con el alquiler...

No hay comentarios:

Publicar un comentario