Y así va a ser durante unos días, me temo. Pero como no puedo quedarme quieto, el explayamiento lo estoy llevando a cabo en el blog del Pegamín, que es como un fanzine colectivo donde hago colaboraciones, y donde últimamente estoy a gusto; no sé por qué razón, me enfrento a los textos allí con más facilidad que aquí. No sé si será porque la presión es menor, o porque aquí ya he lidiado con demasiados asuntos y allí soy todavía, otra vez, virgen en ciber-acontecimientos, o quizá porque desde el primer día Frunobuland quiso ser un blog colectivo y nunca lo consiguió. En pocos días he escrito cuatro cositas en el Pegamin: en un post que anuncié aquí, hablaba de avistamientos OVNI en Google Earth; en otro explico someramente mi estado anímico actual, sin entrar en detalles; otro es una alegoría madrileñistica; y acabo de colgar éste:
Leeros el resto del Pegamin los que todavía no seáis habituales, porque hay gente que escribe de puta madre allí, y que sabe mucho de muchas cosas, a pesar de que casi todos los que estamos arrastramos un aura de malditismo y vileza que no nos merecemos (es una historia muy, muy larga) y de la que, al menos yo, reniego todo lo que puedo.
Otra cosa que quería hacer en este post es pedir disculpas al responsable y colaboradores del cuento corrido en el que me toca participar, pero eso sí que requiere un tiempo y una concentración que no he encontrado en estos días.
Me gustaría relajarme un poco, pero en realidad no puedo, no lo consigo. Pero voy a hacer un esfuerzo mastodóntico, e intentaré que esto tenga posts cortitos por un tiempo. Aunque no prometo nada, que luego me pongo y no paro...
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