Tras la promesa de una nueva e innecesaria peli de casa encantada con postadolescentes atrapados dentro, no solo se esconde una cosa aburridísima que ni da miedo ni tiene gracia ni nada, sino que por no tener no tiene nada. Ni ambientación, ni efectos especiales ni nada. Casi toda la película se reduce a los protas discutiendo a voces en la casa y jugando a mover un vaso por el suelo con la punta de los dedos.
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