Llevo un montón de meses escuchando sin parar el último disco de Calexico,
"Algiers", mi disco favorito en mucho tiempo. Una y otra vez volviendo a sus discos anteriores, directos (
"Spiritoso", una rola reciente de con orquesta), y una y otra vez volviendo a mis temas favoritos (sus versiones de The Clash o de Love). También estoy escuchando mucho a Mariachi El Bronx, que son el divertimento chicano de una banda de punk californiano (The Bronx) con sombreros y guitarrones, muy divertidos y con temas de una energía impresionante, llegando allá donde Calexico no se atreven en su fusión con lo fronterizo. Estoy en ese lugar mental ultimamente, escuchando también bandas sonoras y mirando a las paredes, por hacer tiempo hasta que vuelva
Breaking Bad. No sé a qué venía todo esto. Ah, sí. Pues que en esa línea, descubrí el otro día a Puta Madre Brothers, que son otra banda de impostores que hacen sonidos aproximadamente fronterizos. En este caso vienen de Australia, y se disfrazan de mariachis o de caballitos, hacen el bobo y el pinche, creando algo así como un garage sucio con ecos de spaghetti western y letras sobre mierdas, desiertos, madres, besarte el culo y palabras chapurreadas en español que no saben qué significan. Me he escuchado más su segundo disco
"It's a long way to MexiMotown" (2012), que incluye una canción para Vincent (sic) Fernandez, y estoy esta tarde por primera vez escuchando
"Queso y cojones", que tiene temas muy simpáticos como
Nintendo con cueso,
Grandes pelotas del fuego,
Grandes pantelones o
Soy una fruta.
Sirva esta entrada azarosa para resucitar el blog, ahora que tengo otra vez conexión a internet en casa y necesito perder el tiempo como sea porque debería estar trabajando en una cosa nueva online que me ha salido.
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