viernes, 26 de agosto de 2011

Rocket science (Jeffrey Blitz, 2007)


Miedo me da el cine indie americano, las comedias under de autor, con actores desconocidos. Pero esto es una joya. Una comedia de instituto americano donde en realidad apenas hay personajes ni estereotipos, sino que la cosa se centra en el bizarro contexto de los concursos inter-college de debate político. Virginia "Ginny" Ryerson es la guapísima quinceañera líder del equipo de debate, de la que Hal Hefner, el joven y anodino protagonista, se prenda enseguida. Ginny es guapa, talentosa y verborreica. Hal, sin embargo, es un pobre tartaja del que se burlan un poco en clase, y a quien su hermano, un outsider extraordinario como personaje, se dirige siempre de mala hostia y empleando nombres femeninos. "Deborah, imbécil, deja libre el retrete", o "Penelope, ponte al teléfono, que es para tí", y así. Ginny se acerca una buena mañana a Hal en el autobús escolar, y le propone entrar en el equipo de debate. Confía en su potencial, a pesar de que es incapaz de encadenar dos palabras seguidas en público, y está dispuesta a prepararle para los campeonatos interescolares, para que sea su pareja de debate. La relación entre Hal y Ginny se estrecha, quedan después de clase, Hal conocerá el universo femenino, su habitación, sus deliciosas manías. Pero resultará que las tías son unas cabronas, los planes de Ginny son de lo más retorcido y Hal tendrá que bancársela y organizar por su cuenta una dulce venganza. Una comedia dramática sorprendente, brillante, tierna, sensacional, de las que ya no se hacen, alrededor de un puñado de personajes tullidos, mediocres y fascinantes todos ellos.
Como aliciente, por si hiciera falta, toda la banda sonora está salpicada de clásicos de Violent Femmes, ya sea en versión original enlatada, o bien versionados al piano y cello durante las sesiones de musicoterapia que tienen lugar en la casa de enfrente del hogar de Ginny.

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