En los comments del post sobre el capítulo americano más reciente de los Simpsons, y al hilo del cameo del legendario John Cazale como atracador adjunto de Steve Buscemi en la escena del secuestro en el Banco Central de Springfield, hablamos fugazmente de la fascinante y evocadora imagen que del deprimente New York se muestra en películas de los años setenta como "Tarde de perros", "Pelham uno, dos, tres", "Taxi driver", "Serpico", Canción triste de Hill Street, "The Warriors", etc. Salieron algunos título más, pero muchos los tengo pendientes de ver. Ahí decía que las escenas urbanas, sobre todo las de persecuciones, en ese tipo de películas y de esa época, son un fetiche visual grandioso, precioso, perfecto. Una imagen mental: el humo sale de una alcantarilla pestilente, mientras un vagabundo se hace un chino debajo de un puente colgante que atraviesa una glorieta putrefacta. Un madero que colecciona muescas por cada yonqui asesinado "en defensa propia", con una chaqueta de pana con coderas y unos vaqueros tres tallas más pequeños, con patillas, pasa en ese momento a doscientos por hora en un Dodge Monaco de incógnito, y pega una sirena portátil en el capó, haciendo ventosa, mientras su compañero tiene medio cuerpo fuera del coche, y dispara su magnum contra las llantas del coche que va delante, conducido por dos negros hijos de mil padres que visten jersey de cuello alto, gabardina marrón y un sombrero con una pluma larguísima en la copa. Todos llevan bigote, y cuando sonríen, les duele.
Yo Canción triste de Hill Street la vi por primera y única vez cuando era muy pequeño, y apenas me acuerdo de otra cosa más que del poli negro que estaba loco, el que llevaba un sombrero de lana y mordía a los sospechosos en la oreja (también me acuerdo del Teniente Furillo, pero porque era clavado a un profesor mío, "el Furillo", al que pillamos besándose con otra profesora en el recreo). Pero lo que no se puede olvidar es su escena de apertura, la canción inicial. En parte porque era la misma todas las semanas (y a base de repetirla a uno se le tatúan las imágenes y la música), y en parte porque esos coches de policía, tan ligeros, tan solemnes, con amortiguadores de goma, que aparecen emergiendo de la comisaría mientras el walkie atrona, son inolvidables.
Yo creo que la fascinación que tiene un niño con los coches de policía y los taxis de las películas americanas, es algo froidiano. Seguro que tiene que ver con que de pequeños jugamos con cochecitos de Mattel o de Hot Wheels, que no se parecen en nada a la mierda de coches de nuestros padres, sino a las flamantes tanquetas que conducen los americanos en estas películas. Y además, jugamos sobre todo a estrellarlos unos contra otros en el asfalto. Hablando de Freud, no sé por qué la siguiente escena de "Granujas a todo ritmo" (qué coño: "Blues brothers", John Landis, ya en 1980) me la pone dura:
Los coches de policía americanos parece que estaban hechos de hoja(de)lata, y yo si hubiese sido director de cine de los setenta habría hecho trilogías enteras consistentes sólo en coches de policía volando por los aires. De esto nos enseñó mucho a los de mi generación el Equipo A, por supuesto, a qué negarlo. Pero allí sólo volaba el coche de los malos (que solía ser un jeep; siempre el mismo jeep); el bello tabú pisoteado de hacer saltar por los aires a la autoridad, fue un gustazo que se dieron sobre todo en el cine de aquella época.
Pero si se habla de persecuciones de cine de los primeros setenta, hay que repasar la mítica escena de "Bullit" (Peter Yates, 1968) para la cual paralizaron medio San Francisco, y se recrearon haciendo rebotar berlinas y deportivos por sus imposibles calles con forma de montaña rusa:
Aunque antes de eso, el viejoverde de Russ Meyer ya había calentado al público masculino con sus películas, que no son otra cosa que hermosos bodegones de tetonas y coches que van como balas. Seminal la famosa escena de la carrera de zorrones en "Faster, pussycat, kill! kill!" (1965), de la que tanto ha mamado Tarantino para su última pajuela:
Bueno, ya que hemos mencionado "Death proof", disfrutemos de otra persecución, al azar, del guirigay de ellas que ofrece "Vanishing point" (Richard C. Sarafian, 1971), la referencia más explícita de Tarantino, incluso confesa, en su reciente ensalada de referencias (coches-patrulla voladores incluídos):
Como no hay dos sin tres, he aquí otra peli que sin duda Tarantantino ha visto un par de veces, y que contiene docenas de elementos que la convierten en una obra maestra: tetas, Sly Stallone encabronao, mal gusto e incorrección política, Roger Corman desatado, David Carradine autoparodiado, rock and roll, nazis, una imagen visionaria de los reality shows, y por supuesto coches (de fantasía) voladores, silbadores, explosionando y atropellando ancianitas: ¡¡¡"La carrera de la muerte del año 2000"!!! (Paul Bartel, 1975):
Al año siguiente, en 1976, se rodó otra película imprescindible para amantes de la velocidad y la mala baba (incluso para los que no tenemos carné), "Cannonball!", toda ella rendida al poder evocador de los coches fuera de control sin causa. Repitieron Paul Bartel y David Carradine, que más que un icono del kung-fú bizarro debería ser un santo de la devoción de los gamberros amantes del Carmaggedon y el GTA, farruquiteros sin escrúpulos:
Alguien cayó en la cuenta, supongo que a vueltas con todo esto, de lo malos que podían ser los coches. Y acostumbrado como estaba a buscar el gen de mezquindad y locura que habita dentro de todos los seres vivos y los objetos para lucrarse con esas ideas, escribió una magnífica novela sobre un coche asesino, que en su traslación al cine es una de mis piezas de terror favoritas. Este señor es por supuesto Stephen King, y la película, "Christine" (John Carpenter, 1983):
Reconozco que ésta era un capricho personal, y que tiene que ver con los coches de policía y las persecuciones sólo tangencialmente. Volviendo a éstas, a las persecuciones clásicas, no podíamos saltarnos las escenas más míticas de "The Italian job" (Peter Collinson, 1969) y "The French connection" (William Friedkin, 1971), auténticas loas al coche volador y al coche-que-explota así que volvamos con ellas:
Si hablamos de coches derrapando por las calles en la ficción setentera, es también inevitable detenerse en escenas míticas de Starsky & Hutch y Dos chalados y muchas curvas (The Dukes of Hazzard), y ya que estamos completistas...:
Todo esto venía en realidad para rendir homenaje a esa escena imaginaria de la que hablaba al principio; la de los policías corruptos, las alcantarillas humeantes, los coches besando el suelo con los morros y saltando badenes... Escenas que nos llenan de adrenalina, que nos hacen sudar. Pornografía pura. Ha sido un recorrido breve pero intenso, por algunas de las que me han venido a la mente. Sé que me dejo muchas favoritas, doscientas mil películas policiales de los setenta y primeros ochenta, todo un género, por no hablar de la vehiculoexploitation, con perdón (tantas y tantas escenas de persecuciones con bicis, motos, helicópteros, camiones, naves espaciales, trineos...), pero valgan las anteriores como somero ejemplo para el Drive-in blog de hoy. No quiero terminar sin citar, saliéndome otra vez del tema, dos ejemplos más de acción vehicular que personalmente me vuelven loco: la escena final de "Toy story I", la trepidante carrera para atrapar el camión de mudanza; y siempre he pensado que lo mejor de toda la trilogía de "Star Wars" es la carrera de motojets.
Yo soy un aficionado al cine de palo (¿un cinéfalo?), incapaz de hacer una lectura cinéfila de todo esto. Pero en el fondo, dentro de mí, algo me dice que hay una evolución en la historia del cine americano, en cuanto a esto de las persecuciones, que va paralela por supuesto a la evolución de los transportes y también de las técnicas de rodaje cinematográfico. Por supuesto, es una historia que yo no sé contar, y nunca sabré. Pero en mi subconsciente han quedado resquicios de viejas películas mudas en las que un señor persigue a otro montado en una vagoneta en plano fijo (y ante una "cuarta pared" estática, teatral), y películas de los años veinte en las que un tío a caballo intenta dar caza a un indio salvaje y rajarle patrióticamente el cuello, antes de la llegada de los complicados travellings que permitían rodar el asalto a un tren por parte de unos forajidos, antes de las plásticas persecuciones urbanas que tanto me gustan y de las que he hablado, y que de ahí a las imágenes CGI de un transformer persiguiendo a la velocidad de la luz a una nave espacial en la tercera luna de Júpiter, distan varias décadas de evolución técnica. Así que me gustaría citar como fuente de todo lo anterior a una escena de Rodolfo Valentino persiguiendo a Louise Brooks en combinación montados en sendas alfombras voladoras, pero no sé hacerlo. Ni siquiera Youtube mediante...
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P.D.: me gustaría que alguno de vosotros, probables lectores, me refrescase la memoria y me haga aterrizar sobre una de las mejores escenas de persecución de toda la historia que no localizo. La de una vieja y mítica película del Oeste, que muestra la migración de centenares de vaqueros y vaqueras, en sus cabalgaduras y sus diligencias, hacia la tierra prometida, hacia aquellos territorios de nadie, para apoderarse de ellos. Es una de tantas películas del Oeste que vi de pequeño, y que no consigo localizar. Lo que sí recuerdo es que tenía una escenas, de pura artesanía, de cuando el cine se hacía con cojones y sin maquinitas, que le daba mil vueltas visualmente a la toma de la Estrella de la Muerte. ¿Alguien sabe?
Pedazo de postaco. Magnífico. En cuanto a la vehiculoexploitation mi última fiebre tira más hacia explotaciones de "El Diablo sobre Ruedas", es decir coches que persiguen y matan pero nunca se ve al conductor ya sea por economía narrativa o posesión infernal del coche. Le dejo con el trailer de "The Car" (1977) y verá como se le ponen los dientes largos:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=TFWea3Eu97E
PD: De la peli del oeste ni idea, la última escena que recuerde que movía las masas en busca de un pedazo de tierra era el final de "Un horizonte muy lejano" (1992) de lejos lo mejor que ha rodado Ron Howard en su puñetera vida.
"El diablo sobre ruedas" es cojonuda, da miedo. De esas pelis magistrales de "enemigo invisible".
ResponderEliminarHace siglos vi la primera de George Lucas, ésta, y me suena que era algo parecido, pero bastante aburrida. "Experimentalmente" aburrida.
Esa de "The car" tiene que ser el despiporre. Aunque por la época y la pinta, seguro que el trailer muestra todo lo bueno, y el coche no sale hasta los cuarenta minutos... :)
Hablando de diablos y ruedas, qué mala es "She-devils on wheels" (más vehiculoexploitation), otra de las probables tetas de las que mamó Tarantino.
Creo que la peli a la que te refieres en la pd puede ser CIMARRON, con Glenn Ford.
ResponderEliminar" A mí también me gusta. No sabía que era hijo de Anthony Perkins"
ResponderEliminarA ver, marchando, una explicación de este post. ¿Quién es hijo de AP? No se puede mentar a la ligera a mis alter higos y superhigos y dejarme con el enigma y el comecome.
Zurdo, eso se lo decía en el Twitter a otro twittero, hablando del nuevo disco de Elvis Perkins, que es un cantante de folk-rock que acaba de sacar artefacto. Los anteriores eran un poco más punkies, y éste es más folkie.
ResponderEliminarPues resulta que lo de Elvis Perkins no es un seudónimo conglomerado (rollo Marilyn Manson), sino su nombre real, y que Elvis Perkins es el hijo de Anthony Perkins. Lo leí el otro día en una revista en un bar. También decía que su madre (la esposa del Sr. Bates, se supone) iba en uno de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas, y que todo ello, los asesinatos en la ducha de papá y la escabechina resultante de mamá, le han marcado profundamente y bla bla...
El chaval es éste:
http://www.elvisperkins.net/
Ah, y la película creo que sí es "Cimarron", gracias. La próxima vez que vaya a casa de mis padres se lo pregunto a papi y me la veo con él.
ResponderEliminarSoy un zoquete, y me había olvidado de mencionar una de las mejores persecuciones policiales de ficción de todos los tiempos: el episodio 1x07 de Búscate la vida, "El permiso de conducir". Una de las cosas más divertidas que he visto en mi vida. Y con berlinas que, aunque no vuelan, al menos se ponen sobre dos ruedas.
ResponderEliminarDebería ver usted el piloto de una de las mejores series de acción postmacarras y de diseño de la historia de la tele: la Fastlane de McG. En ese piloto habían unas puntillosas y maravillosas eyaculaciones de goma de neumático esparcidas por el asfalto a base de folleteo entre coches de carrera maqueados, mejores que las de los demás capítulos de la serie, que las hay y de buenas.
ResponderEliminarPues no era Cimarrón, pero yo vi un western de Ford sin Waine que no sé ni como se llama ni recuerdo muy bien y era la hostia mostrando una brutal escena de unos vaqueros persiguiendo un tren y alcanzándolo al final para hacer no sé qué movidas imposibles encima de él. Tenía tropecientos planos desde todos los ángulos que se puedan imaginar!!
Un post vibrante. Muy bien, tío.
Corro a buscar cosas de EP. En efecto, su mamá, la hermana de Marisa Berenson, fue la única razón para que yo viese el 11S desde el lado de la putada traumatizante y no (el 99 % restante de mi visión) desde la euforia unabomber de la catástrofe redentora.
ResponderEliminar¿"McG"? ¿Te refieres a "McQ"? No la he visto, pero en el Youtube hay una escena fascinante de su versión largometraje:
ResponderEliminarhttp://youtube.com/watch?v=s9Td8jbi9AQ
http://youtube.com/watch?v=NXdi3Euky64
No, ha habido una confusión. Dije Fastlane refiriéndome a la serie creada por McG (el pijo de Los Ángeles de Charlie, las películas). En el YouTube encontrará varios clips de ella, pero no son montajes muy buenos, le aviso, y tampoco encontrará la escena que yo le digo. Pero puede bajarse el piloto de la mula, y ya verá.
ResponderEliminarOtra escena gigante sobre ruedas es la psicótica (y larga) persecución de Vivir y Morir en Los Angeles. Como de lo mejor de French Connection.
"Todos llevan bigote, y cuando sonríen, les duele"
ResponderEliminarqué frase, Fruno
En (posible) respues a la petición de su P.D., la escena de muchas diligencias a todo galope, todos juntos se da en varios filmes, pero, ¿puede que se trate de "Muerde la Bala"? Espero haber sido de ayuda.
ResponderEliminarEnhorabuena por sus posts, le sigo desde hace un tiempo y es usted uno de mis principales remedios contra el aburrimiento, gracias.
Comparto esa visión hojalatera del coche-patrulla americano. No hay nada como ver uno de estos despedazándose a cada bache, curva a curva, para acabar -como obliga la tradición- arrancando una boca contraincendios y provocando el correspondiente gheiser acuático...Yo en el GTA me pasaba la mitad de las veces, más que pasando las misiones, robando estos coches y huyendo de las fuerzas del orden...
ResponderEliminarLa persecución que más disfruté quizás sea la de Mad Max 2, con malotes coleguis del Humungus intentando encaramarse al camión cisterna conducido por Mel...Acción y sangre non-stop duranto media hora por el desierto...Insuperable George Miller...
¿Cómo va la saga de Fredi? ¿El y la nueva ya han hecho el amol, se han peleado o, como el tigre de Los Picapiedra, se han apoderado de la casa y te han echado a ti?
ResponderEliminarGracias, Kike. Yo no tengo links en este blog, pero también te dediqué un post hace tiempo, no sé si lo viste.
ResponderEliminarSin, te debo un mail, pero vamos, ya te adelanto que no ha habido suerte. "Mad max" también la tenía en mente, pero no está entre mis sagas favoritas, no puedo con el puñetero Mel Gibson.
Fer, es gato, no gata. Un gato enanísimo, recién nacido, casi sin pelo, y estaba muy resfriado, así que no pasará la noche aquí, ni tampoco la próxima. A ver qué pasa...
Homer - "pero por que nos persiguen?"
ResponderEliminarMarge - "empezaron a hacerlo cuando pusiste en la radio esta horrible MUSICA DE PERSECUCION"
Desde entonces yo siempre llevo en el coche algun emepetresito de musica de persecucion..
Qué gran episodio ése, el del homenaje a "Thelma & Louise". Peli con una persecución maja, pero con coches de chica y chicas feas. No cuenta.
ResponderEliminarAunque para sosas y mal resueltas, las escenas de persecución de El coche fantástico...
Ya me imaginaba, Fruno...menos mal que tengo una jugosa fila de libros esperando a mi vera, para consolarme durante al menos 2 meses...
ResponderEliminarLa mejor música para ir en coche, y sentirte por encima el centro del mundo sobre la carretera son BSOs como la de "Dirty Harry" o "Bullit", las 2 de Lalo Schifri...aunque a veces hacen soñar en demasía con las cuestas de San Francisco, y su Golden Gate...
Y para ir por carreteras rurales a medio asfaltar, otra de Schifrin, COOL HAND LUKE ("¿puedo rascarme la nariz, jefe?" "¿puedo secarme el sudor, jefe?" "¿puedo escupirle en las rayban, jefe?")
ResponderEliminar¿Tiene que ver con aquella serie nipona que pusieron en los 70? Emosión, suspenso, Meteoro!!!!!
ResponderEliminarEl joven héroe y su old brother, el Corredor Enmascarado. Lo asocio con el león blanco y Heidi, entre otras primicias del lejano Este.
Fruno, el post es magnífico, volveré a leerlo porque se supone que estoy vigilando un examen en el trabajo. Le recomiendo por si no la ha leido la novela crash de J. Ballard, una novela "porno" y con coches. Me hubiera gustado merodear más por tu blog últimamente pero me ha sido imposible. Un saludo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa novela y la pinícula, loco. Una Arquette y una Hunter impagables. Y el líder crashiano, muy desasosegator.
ResponderEliminarLa peli, la de Cronemberg, sí que la he visto. La otra "Crash", la de los Oscars, es abrumadoramente aburrida. Algo inenarrable.
ResponderEliminarY sí, esa que están rodando es sobre la serie japo de Speed Racer, que aquí se llamó Meteoro. A mí no me gustan mucho las pelis de bólidos o de coches de carreras. Sólo las de berlinas derrapando en la arena o estrellándose en las grandes urbes americanas. El género tunning también me repele muchísimo.
Yo de pequeño recuerdo aquellas películas y series con coches vetustos, LA CARRERA DEL SIGLO, EL RALLY DE MONTECARLO, AUTOS LOCOS... Nunca he sido muy adicto a las persecuciones automovilísticas, aunque las que se me quedaron más grabadas fueron las de una serie que creo no se ha mencionado aquí, LAS CALLES DE SAN FRANCISCO, tributaria de BULLIT y pionera, en lo de coches dando brincos por las empinadas cuestas, de tantas series y pelis serie b posteriores. Quizás alguien la recuerde, con el narizotas Karl Malden y un Michael Douglas a medio destetar.
ResponderEliminarSe me olvidaba, magnífico, mayestático, apocalíptico, espectacular el nuevo banner de cabecera. Lo digo de corazón.
ResponderEliminarOtra serie de coches arcaicos era una policiaca gabacha llamada La brigada móvil, que dieron el TVE hace un montón de años. Estaba ambientada en la belle epoque, y en episodio dispersaban a un grupo de sifragistas echándoles ratones.
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