Este otoño estoy obsesionado con
Spider-Man. Más de lo habitual, quiero decir. Es mi personaje de ficción favorito (junto con Ana Botella), y leo sus aventuras desde que tengo 3 años, que yo recuerde. Y me he propuesto tapar los agujeros que me faltan, leer o releer poco a poco todos los tebeos de
Spider-Man desde su primera aparición. Dejándome guiar por dos de sus obras de consulta de referencia en castellano, que tengo siempre sobre la mesita de noche (
“Spider-Man. Biografía no autorizada” de Julián M. Clemente y
“Spider-Man. Diario de Peter Parker” de Francesc Martínez), para no dejar cabos sueltos. Llevo leídos en un par de semanas 114 números de
Amazing Spider-Man, unos cuantos de
Marvel Team-up,
annuals,
fill-ins de otras colecciones y algunas de las miniseries y
one-shots que revisitaron el origen del personaje.
Y buscando información sobre los orígenes y las influencias culturales de este mito, me encontré con
este artículo del inconmensurable blog (en barbecho) Dial B For Blog, un contenedor cultural sobre cómic de superhéroes norteamericanos repleto de humor y montajes pop. Repartido en 11 capítulos (aunque el 6º se subdivide en 15 larguísimas entregas), el texto hace un repaso profusamente ilustrado a la etapa de Stan Lee y Steve Ditko, a sus influencias a la hora de inventarse al personaje y a mil y un detalles poco conocidos de las primeras correrías.
Parte del influjo de los magazines y los seriales pulp para la radio y la televisión (como los protagonizados sin ir más lejos por
The Spider de Norvel Page), la serie
The twilight zone, el cine post-paranoia nuclear de los 50 o los tebeos de suspense, ciencia-ficción y terror pre-code. Yo no sabía que en
House of Mystery, en
Shazam o en
Journey into mystery ya habían aparecido diversos hombres-araña, dos de ellos escritos por Lee y dibujados por Kirby. ¡Ni tampoco que un par de ancianos llamados Tía May y Tío Ben habían aparecido en una historieta de terror de 1962 (obra de Lee y Ditko)! La evolución del
comics code y todo el patético asunto de
“La seducción del inocente” del mad-doctor Fredric Wertham transformó el mundo del tebeo, y por eso las creaciones de LEETKO en los primeros años son tan científicas y exentas de asuntos paranormales, vampiros y brujas (bien conocido es por ejemplo el caso del vampiro Morbius, nacido de un experimento fallido; aunque aparececió por primera vez en el número 101, de 1971, es un caso significativo). Resulta fascinante (aunque algo frustrante también) comprobar hoy que un tebeo tan influyente e icónico de la cultura popular norteamericana, en realidad no inventó nada, y que los “préstamos” del
Batman de Gil Kane, de los tebeos gazmoños de
Archie, los tebeos románticos (LEETKO y LEERBY se curtieron mucho más de lo que parece en
Millie the model) o del Oeste que se hacían como churros en los albores de Marvel, los estereotipos del highschool norteamericano que se remontan como mínimo hasta
Tom Brown’s school days (1857) y hasta los clichés del joven
Superman de DC (prácticamente fusilados) conformaron el 99% de la esencia de la personalidad de Peter Parker y del resto de personajes secundarios.
El capítulo 6, “If this be my Ditko”, es un exhaustive, exageradísimo homenaje al estilo, la vida y la figura del Mestro Steve Ditko, merecida reivindicación del papel del tímido dibujante, tantos años silenciada y polémica, en la creación de todo lo que rodea a Spider-Man y muchos de los sueños íntimos de todos nosotros. El autor del texto, Robby Reed, analiza montañas de viñetas sueltas de esos 38 episodios firmados por LEETKO, y las compara con fotos reales de la biografía de Ditko. Investiga el estudio de trabajo de S.D. en los cincuenta y sesenta. Entrevé llamadas de atención y “huevos de Pascua” en ciertas viñetas, que podrían ser autobiográficas. Estudia guiños e insinuaciones sexuales en los personajes femeninos dibujados por S.D., cuya inspiración va desde los tebeos picantes de Eric Stanton hasta Betty Page, pasando por las escenas de
bondage en el Wonder Woman de William Marston Moulton. Encuentra posibles gestos masones (en los “cuernecitos” del ingenio lanzarredes inventado por Parker) y posibles modelos para JJJameson o el Dr. Extraño. Repasa minuciosamente, casi enfermizamente pequeños detalles ocultos de los primeros años de publicación de la serie. Analiza el trazo del lápiz, el diseño del/los logotipo/s de la cabecera, influencias éticas, puyazos que le lanzaba Ditko a Lee en pequeños rincones de las viñetas poco antes de su airada fuga de Marvel, el trabajo de Ditko fuera de Marvel, incluye poco menos que un análisis grafológico… Y de todas estas cosas, y muchísimas más, te enteras leyendo ese artículo extenso, jugoso y repleto de dibujines.
Bajo el influjo de la relectura comprensiva que decía al principio, hace algunas semanas decidí descargarme poco a poco todo este artículo de Dial B For Blog, y montarlo en un .pdf de casi 400 páginas para poder leerlo tranquilamente offline en mi prehistórico y queridísimo tablet en color. De paso, lo subí a Mediafire y lo compartí en Twitter para que quien quiera haga lo mismo, y aprovecho para volver a poner aquí el...
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