Una de las comedias más sorprendentes e incorrectas de los últimos tiempos es ésta barrabasada sobre un pequeño comando de extremistas islámicos afincados en Londres, que aspiran a convertirse en miembros de derecho de Al Qaeda y llevarse a unos cuantos infieles por delante de camino al Cielo. La peli se estructura en gags, apoyados en la torpeza de los jóvenes muyahidines, su acento a medio camino entre Apu y el cockney de imitación, y la sorprendente y espinosa facilidad con la que todas las conversaciones giran en torno a la muerte propia y de las demás personas. Los cock-muyahiditos acumulan tomas falsas de sus comunicados terroristas con amenazas a Occidente, se vuelan por los aires a sí mismos sin querer, dejan pistas por todas partes y son más tontos que Pichote. Como comedia negra se queda un poco coja, y hasta el final (con glorioso cameo de Benedict Cumberbatch incluída) parece que se va a limitar a una sucesión de sketches bobos y a veces desconcertantes de corte brugueriano, a años luz de las barbaridades que se pueden ver sin ir más lejos en cualquier otra comedia británica de los ochenta. Pero para abrir la veda en lo de burlarse del Terrorismo, resulta estupenda y tiene imágenes y chistes brillantes.
viernes, 13 de enero de 2012
Four lions (Christopher Morris, 2010)
Una de las comedias más sorprendentes e incorrectas de los últimos tiempos es ésta barrabasada sobre un pequeño comando de extremistas islámicos afincados en Londres, que aspiran a convertirse en miembros de derecho de Al Qaeda y llevarse a unos cuantos infieles por delante de camino al Cielo. La peli se estructura en gags, apoyados en la torpeza de los jóvenes muyahidines, su acento a medio camino entre Apu y el cockney de imitación, y la sorprendente y espinosa facilidad con la que todas las conversaciones giran en torno a la muerte propia y de las demás personas. Los cock-muyahiditos acumulan tomas falsas de sus comunicados terroristas con amenazas a Occidente, se vuelan por los aires a sí mismos sin querer, dejan pistas por todas partes y son más tontos que Pichote. Como comedia negra se queda un poco coja, y hasta el final (con glorioso cameo de Benedict Cumberbatch incluída) parece que se va a limitar a una sucesión de sketches bobos y a veces desconcertantes de corte brugueriano, a años luz de las barbaridades que se pueden ver sin ir más lejos en cualquier otra comedia británica de los ochenta. Pero para abrir la veda en lo de burlarse del Terrorismo, resulta estupenda y tiene imágenes y chistes brillantes.
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