miércoles, 1 de junio de 2016
"El maestro del Prado" (Javier Sierra, 2015)
Cuando salió esta novela me obsesioné un poco por leerla, a pesar de mis prejuicios hacia el mediático autor, que me cae muy simpático y siempre me han divertido sus batallitas radiofónicas como amigo de la adolescencia de Iker Jiménez, pero que temía que se quedara corto como émulo aún-más-mediocre de Dan Brown. Soy bastante fan de ir al Museo del Prado, a última hora, a recorrer las salas sin prisa de vez en cuando (muy de vez en cuando; habré ido 10 ó 12 veces), y me apetecía sumergirme en una ficción contemporánea en ese lugar de la mente que suponen los recovecos del Prado llenos de historia y de fantasmas simpáticos. Temía invertir mi dinero y arrepentirme, así que se lo pedía insistentemente a una allegada, empleada del Círculo de Lectores, a ver si le sobraba alguno o algo así... Y tanto insistí por lo visto, al no encontrarlo tampoco en el circuito de segunda mano, que al final me lo compró ella. Y me tuvo absorto en la historia durante algunas semanas el pasado invierno; con más visitas asiduas y a traición al museo, que es de lo que se trata. El estilo de Javier Sierra es absolutamente efectivo y correcto, sin demasiadas florituras. Y sorprendentemente, lejos de un ladrillo de explotación de la ficción histórica de mil y pico de páginas repletas de paja y disgresiones, es una novela breve, sucinta y muy entretenida. De hecho, es más o menos lo que buscaba: un ensayo sobre los símbolos y misterios de algunos cuadros del Prado, una visita guiada a la Pinacoteca, que Sierra elabora levemente novelizada (con la información ensayística puesta en boca de los pocos protagonistas), y además narrada de forma muy lineal y honesta, en primera persona por el escritor remontándose a su época de estudiante, mezclando biografía y fantasía. Una lectura intensa y absorbente, y además interactiva gracias a esta edición con encartes a color de montones de cuadros. No solo no es pesado o mediocre, sino que reconozco que se me hizo corto y me reconcilió con el escritor.
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