Hace años que se venía hablando de una nueva versión de
"Carrie", la primera novela (publicada) de Stephen King, que sería mucho más fiel al texto que la, por otra parte, maravillosa epopeya giallo-americana de Brian DePalma. Con una Carrie White gorda y fea y con todos los elementos periodísticos y epistolares que conducían y sofisticaban la historia original. No había ninguna necesidad de
suecar prácticamente plano a plano la versión setentera, adaptándola a las nuevas tecnologías en materia de efectos especiales. Pero ya que se ha hecho, al menos no ha sido tan horrible como me temía, y esta nueva adaptación se deja ver. Viene a ser como Coldplay tocando una de Goblin en un escenario lleno de parafernalia, y con un final algo más elaborado. Julianne Moore está tremenda y la historia es tan extraordinaria, tan poderosa, que era difícil cagarla. Eso sí, Chloë Grace Moretz a mí no me dice ni me pone nada.
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