Hace tiempo un amigo me recomendó que le echara un ojo a la revista
Panenka. A mí, que lo que más me interesa del fútbol es la rima fácil de los delanteros, los peinados de los del Atleti y como mucho un resumen semanal de 20 minutos en “falso directo”, al estilo de laSexta. Y qué bien me conocéis, demonios, cómo me lo he pasado, por fin, leyendo este primer ejemplar que llega a las tiendas. Hasta ahora solo se podía conseguir a través de la web, y solo podía haberme hecho una idea a través de los contenidos libres. Este octavo ejemplar, el de mayo, me ha hecho fan absoluto.
Panenka es una revista de fútbol retro, fútbol intelectual y épica sepia. Para aficionados que se visten por los pies, que aman el fútbol como deporte, y no como espectáculo circense para débiles mentales. Que no se acercan al Marca ni con un palo, pero se pajean con
Fiebre Maldini. Aficionados de los que tienen comentarista argentino favorito, utilleros de los sesenta en el recuerdo y un montón de libros sobre fútbol en casa. Algo así. En
Panenka se rinde tributo a Sócrates, a Garrincha, a Kempes, al portero manco de Uruguay, a los tacos de las botas de Goiko, a los penaltis de tacón, la Unión Deportiva Mortadelo, los goles de portería a portería y los futbolistas fumadores con bigotazo, como los de antes, coño, y no estos bakalas imberbes jugando al Angry Birds en el banquillo que tenemos ahora. La actualidad sale de refilón (como en el artículo sobre el Atlético Baleares, que aspira a subir a 2ª, o la hagiografía de Mario Balotelli), y triunfa el glorioso revisionismo: Mundial de Chile '62, un futbolista que en la posguerra jugó con Corea y luego con Japón, la subida a Primera del Atlético Tetuán, entrevista a Carboni y a un pichichi de los 50 o la durísima historia del equipo de Ciudad Juárez. Y así un montón de cosas bizarras y curiosas, todo muy bien escrito y envuelto en un diseño impecable, destacando la portada y el extenso dossier casi poético, dedicado al Athletic de Bilbao y su idiosincrasia única en el planeta.
Ya estoy bastante loco como para tener un blog en el que hago acuse de lectura de tantas chorradas, pero conste que casi todos los días también me leo la segunda mitad de
El País, desayunando, y que este mes por ejemplo (que estoy de vacaciones) también he comprado y leído
El Jueves (uno que traía estupendo librito de
La Parejita),
Scifiworld (espectacular nº 50, a destacar el homenaje a todas las revistas de scifi que hubo jamás en el kiosko español),
Mongolia (¡bien!),
Fotogramas (¡oé!) y un
Pirate de 1993, y no voy a hacerles un post.
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