Hace un mes llegó a su Hiperespacio más cercano un nuevo recopilatorio, triple además, de esos que pergeña el círculo de amigos del maravilloso blog
60's (mostly) uncomped, que sigo con pasión; esta vez está dedicado a garage-beat de Macao, Tailandia, Malasia, Indonesia, Hong Kong, Brunei, La Conchinchina, Madripur o Genosha. El
thai beat y el garage oriental me resultan más o menos familiares, y son muchos los recopilatorios de este estilo que abundan. Entre mis favoritos, cosas de no creerse como la estupenda serie de rock jémer
“Cambodia rocks”,
“Choubi choubi!”,
“Play that beat, Mr. Raja”,
“Sinhala pop!”, la saga
“Love, peace and poetry” o sin ir más lejos las entregas de
“The World Syde” de este mismo blog, que ya se acercan a la veintena. En el rock juvenil, tanto del cercano o del lejano Oriente (como en el resto del mundo, en realidad), destacan principalmente dos tipos de bandas: las que cantaban en inglés, mimetizando los sonidos más en boga de Anglosajonia, y aquellas que adaptaban el ye-yé a su propia idiosincrasia: sonidos para petarlo en un guateque con
shishas, sitares, baclavas y escalas árabes. De este recopilatorio en concreto, destacan especialmente algunos ejemplos de este segundo modelo, émulos autóctonos que desarrollaron su propio
beat para su propio público, como si nada sucediese en Occidente, que son los más interesantes (Thunders, Hussein J. Tuah & D'acrobat's, Les Flingers, A. Romzi & The Hooks, Hussein Ismail & The Sandblues, Pattie Bersaudara...).
Garage con sitares, pogo con los siete velos, etc. Y un derivado maravilloso de esto del préstamo y la adjudicación de dejes yeyés de Occidente, que igualmente se produjo en todo el Globo: la apropiación de canciones ajenas, adaptadas al lenguaje propio, como si el original no existiese. Así, Ismail Harun nos regala una versión del
Hang on sloopy de los McCoys de no creérsela, con una letra que recuerda poderosamente al himno euskaldún Mari Jaia (
Mari Sayang). Novel, un indio muy feo y muy serio, junto con sus Rhythmn Boys, adapta el
Gloria de Van Morrison, pero cambiando el nombre de la protagonista, que aquí es Dusta (durante el estribillo, el coro de parece que grita “¡¡TooooNTA!!”, con hilarante resultado). Y también de no creerse son las versiones que hacen los Han River Angels de
La Bamba (cualquier extranjero que trata de reproducir aquello de
“Para bailar la Bamba”, lo tengo comprobado, balbucea un incomprensible trabalenguas con la sílaba “ba”) o S. K. Susan del
Hippy Hippy Shake (otro tema que en los sesenta fue balbuceado en todos los idiomas y dialectos imaginables).
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