Presté mi colección del fanzine
Sickfun hace mucho, quizá dos años, a un colega que los vio en mi casa. Se los reclamé hace bastante también, para prestárselos ahora a otra amiga que estaba interesada en leer material de este tipo, y que también ha tardado lo suyo en devolvérmelos. Cuando por fin he recuperado el lote (que incluía los dos volúmenes de
"Cultura del Apocalipsis" edición Valdemar, otros fanzines como el
Mundo Depravados, los
Espanis Sico o el boletín
DEPR4V4DöS E-dikto completo), me entraron muchas ganas de releer todo esto, que no revisaba desde principios de siglo. Atesoro con mucho amor esta colección del fanzine
Sickfun, una de las poquísimas publicaciones dedicadas a lo extremo y apocalíptico en castellano.
La colección completa, que yo sepa, se compone de tres números de hermosas fotocopias en blanco y negro grapadas, más un cuarto número fuera de numeración, noblemente encuadernado y con lomo (casi todo de material nuevo; no fue exactamente una recopilación), y los seis cuadernillos extra que salen arriba en la imagen, que redactaron a toda leche para las respectivas ediciones de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti. Creo que no hubo nada más, aparte de algunas cositas sueltas en su
desaparecida web.
Sickfun fue un panfleto salchichero que destacó en la "edad de plata" de los fanzines de mi generación (el número 1 es de mayo de 2000), esa época en la que casi cada semana aparecía en los anaqueles de Madrid Comics, Metrópolis, Crisis, la tienda de pelis de Costa y Zinéfilo de c/ Madera o la entrañable Librería Sexológica de la calle Hortaleza (un paraíso del cine porno, con zonas freak de VHS gore, extraños y montones de fanzines) un nuevo número de
Jo, Tía!,
Mudhoney,
Le Bon Vivant,
Mondo Brutto,
El fanzine de las Hermanas Clarisas,
2000 Maníacos,
Zineshock,
Tiempos Bizarros,
Mimo 2000, etc. etc. En aquella época era habitual darse un paseo por las cinco o seis tiendas especializadas y volver a casa con un paquete sospechoso de tebeos y fanzines en los que sumergirse durante horas y descubrir nuevos directores, pintores o asesinos en serie de culto; aquellas publicaciones underground fueron una parte importante de muchos de nosotros, y echo bastante de menos aquella época.
En cuanto a los contenidos, supongo que
Sickfun se nutría de material americano al que pocos tenían acceso. Apenas empezaban a echar a andar los primeros foros de la web 1.0, y estábamos todos ávidos de material salvaje y exótico que nos sacara del tedio.
Sickfun rendía culto, medio en serio y medio de cachondeo, a los asesinos en serie más importantes de todos los tiempos. Las andanzas y legado para la posteridad de Albert Fish, Henry Lee Lucas y Otis Toole, Ted Bundy, Ed Gein, John Wayne Gacy y otros locatis superstar eran glosadas con todo detalle. Otra de sus obsesiones habituales eran los artistas extremos y provocativos, de los que apenas tampoco entraba mucha información aquí todavía: Trevor Brown, Mike Diana, Romain Slocombe, Peter Sotos, Suehiro Maruo (yo creo que la primera vez que leí sobre él fue aquí), SS-Sunda, Joe Coleman, Crazy White Sean y directores de cortos y cine gore repulsivo e incómodo. Miguel Ángel Martín, Borja Crespo y Paco Alcázar colaboraron en exclusiva con el fanzine, así como otros que daban sus primeros pasos como Jorge Monlongo. También hablaban de sectas maravillosas de chiflados, conspiraciones insólitas (al terrorífico asunto de los
Teletubbies o a Mr. T le dedicaron espacio en varios números). La Iglesia de la Eutanasia, el suicidio, la pederastia, la televisión española abisal, los performancers más cafres y reseñas de cintas de video enfermas eran contenidos habituales. Entrevistaban a autores y chalados diversos, traducían material de fanzines americanos inaccesibles y en general se lo curraban bastante. A pesar del plantel, era un fanzine modesto y con una redacción, presentación y ortografía mejorables; pero esto también le aportaba bastante encanto. Por suerte, se les pasó enseguida la tontería que tenían con la serie
Al salir de clase, que desentonaba bastante entre el resto de contenidos (o al menos yo no le vi la gracia), y los mini-fanzines especiales para el Festival de Donosti adolecían de incluir contenidos mucho más populares, centrados en los temas centrales de cada festival. Así, los artículos sobre el cine de ciencia-ficción de los 50, las pelis de cachondeo playero, el artículo de Bo y la Sarli, las chicas de calendario cheesecake etc., no digo yo que no estuviera bien, pero se salía también bastante de lo que los lectores buscábamos, y había muchísimo más material donde leer sobre aquello, y mucho más a fondo. Muy bonitos quedaban también los tebeos, no solo traducidos, sino los propios, de pixel y trazo vasto. De
Los niños del Apocalipsis incluso hicieron un especial (el de portada roja de arriba a la derecha, el último que sacaron), y algunas historietas quedaron muy majas. Y el cuarto número, el aséptico tomo de ciento y la madre de páginas, es ya un objeto bastante serio que he visto yo que lo venden por ahí en webs extranjeras por más de cien euros (aunque que lo vendan no quiere decir que se compre, ya lo sabemos todos). Y en fin, que en estas he estado estos días, paseando la cole de
Sickfun del casa al curro y vuelta y algunas personas me miraban raro.