Pues a mí me ha gustado, qué pasa. Compararla con el cine de aventuras adolescentes ochentero es inevitable, pero ésta sale perdiendo por goleada. Si hay alguna película, en mi opinión, digna de despertar en las nuevas generaciones la pasión y apego inmortal que a nosotros nos ha acompañado desde niños tras ver
“Los Goonies”,
“Regreso al futuro”,
“Indiana Jones”,
“Cortocircuito”,
“Karate Kid”,
“Cuenta conmigo”,
"Los bicivoladores", etc., son las maravillas de Pixar o Dreamworks, mención especial hecha a
“Monster house”, una peli de aventuras adolescentes en barrio suburbial como dios manda. Otra gran pega que yo le encuentro a
“Super 8” es la factura y la firma del soberbio WASP, conservador y apostólico J. J. Abrams. Por lo demás, la historia es simplona, predecible y muchísimo menos mágica e imaginativa que sus referentes, con efectos digitales en perjuicio de la artesanía, pero entretenida y muy hermosa.
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