lunes, 23 de marzo de 2015
"Birdman" (Alejandro G. Iñárritu, 2014)
Vi "Birdman" hace mucho tiempo, antes de los Oscars, antes de que Garci se irritara tanto con ella porque hubo un flim mudo estrenado en marzo de 1913 que ya trató sobre Broadway y es mejor, antes incluso de haber leído yo nada sobre ella; la vi tan pronto que pensaba, lo juro, que era una comedia inspirada en el maravilloso Harvey Birdman de Adult Swim. A nadie le interesa mi opinión (ni después de los Oscars ni nunca), y en este post solo entrarán tres adolescentes guatemaltecos buscando porno ornitológico, pero yo aluciné, aluciné tanto que pocos días después de verla ilegalmente me fui a los Ideal a verla otra vez con un colega, y eso es, en estos tiempos que corren, como darle ochocientas estrellas. Excepto los últimos quince segundos de película, que qué necesidad, disfruté muchísimo con todo lo que sucede y cómo sucede, con el set de batería flotante arremolinando todo el tiempo (la música incidental me fascinó como no me pasaba desde "Punch drunk love"), con que te lleven de la mano por bambalinas como a un niño y puedas mirarlo todo, por las destacadísimas interpretaciones, los absorbentes soliloquios, las cuencas de los ojos de Emma Stone, la caspa en los hombros y las entradas de Bruce Wayne, me lo creí todo y fui felizmente timado y engatusado, y ese es el tipo de historias filmadas que me gustan. Como a La Gente.
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