En la Reunión del próximo lunes vamos a abordar un tema espinoso: el ODIO. Sin ánimo de hacer proselitismo ni intención alguna salvo la obsesión habitual del programa de escuchar música interesante y que no tiene cabida en muchos sitios, vamos a hacer un recorrido que nos llevará a conocer a algunas de las personalidades más incorrectas y despreciables del espectro musical.
Existe gente verdaderamente malvada, bien lo saben los tertulianos de la tele, que le llaman cosas horribles a sus adversarios políticos: ¡nazi!, ¡terrorista!, ¡¡sindicalista!! Y a lo largo de todo el siglo XX, han sucedido cosas horribles, en nombre de la superioridad moral y espiritual de unos o de otros, de todos los colores. Y hubo algunos supremacistas, líderes de sectas destructivas y asesinos surtidos que, en ocasiones, entre hoguera y hoguera, cogieron una guitarra y dejaron grabados para la posteridad sus delirios. En este programa daremos voz a esa clase de gentuza. «¿Es necesario hacerlo?», se preguntará alguno... Claro que no, como no lo es casi nada. Pero todo me parece una buena excusa para escuchar música diferente; y escuchar estas canciones no va a hacer daño a nadie.
Eso sí: me importa un carajo el punk o el metal white power, esos jóvenes enfadadísimos que berrean lo superiores que son ellos y lo inferiores que son los demás. En el programa de hoy no habrá insultos gratuitos, ni ruido, ni apología de ningún tipo, solo canciones curiosas, simpáticas, y fenómenos fruto de su lugar y de su tiempo. Folk baptista, rock confederado, judíos haciendo humor antisemita, asesinos seriales que grabaron discos en algún momento clave de su Apocalipsis mental. Un experimento inocente. Es solo música. Si hay algo que yo odie, es la censura, la obsesión de algunos adultos por apartar a otros adultos de un contenido incómodo. La idea es partir una lanza por la libertad de expresión incluso de los que están sicóticamente equivocados.
Este lunes, un programa estrictamente incorrecto de Reunión de Majorettes, a las 20.30 en Radio Arrebato.
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