Hace un par de meses echaban en alguna cadena privada la primera de
"MIB". Me acababa de preparar la cena y estaba haciendo zapping justo cuando iba a empezar. Era una noche agradable, yo estaba de vacaciones, era una noche fresca de verano y todo me era propicio. Nunca había visto esta película, nunca antes me había interesado esta saga, porque visualmente no me atraía nada y pensaba que era un producto muy infantil y muy tonto. Lo ignoraba todo sobre este asunto, y ni siquiera estaba seguro de que fuera una trilogía. El visionado de la primera parte de la saga, aquella agradable noche en mitad de mis vacaciones, me entusiasmó. Me gustó mucho, mucho, y guardaré un gran recuerdo. No tenía ni idea del gran homenaje que habían hecho aquí al cine 8enter, y que el espíritu de los clásicos de género para todos los públicos de mi generación (
"Cazafantasmas",
"Regreso al futuro",
"Exploradores"...) estuviera aquí intacto. También es cierto que el estreno de la primera entrega tiene ya cerca de 20 años, y que si bien estaba lejos ya en el tiempo de sus antecesoras, por entonces sus referentes no eran tan lejanos. Es obvia también la cercanía a
Expediente-X, una de las cosas más grandes que ha dado la cultura popular; pero nunca antes, que yo sepa (bueno, supongo que en los cómics en los que se basa esta saga), se había dado vida tan a fondo al hermoso concepto de los Hombres de Negro, esos insobornables y misteriosos tipos sin pasado que supuestamente se aparecen en los graneros de la América Profunda y disuaden a los
rednecks de contar sus experiencias con seres del más allá, y de una forma caricaturesca tan alejada a la verosimilitud dramática de los casos de Mulder y Scully. La pareja formada por Will Smith y Tommy Lee Jones funciona como un reloj, y la historia de la incorporación del policía incorruptible y atlético al misterioso y secreto MIB, después de su primer encontronazo con un alien, es muy guay. Lo que menos me gusta de toda la saga es la convivencia de los MIB con los marcianitos de toda clase, esas escenas en las que vemos los hq del equipo y se pasean bichos inconcebibles, payasos y supuestamente graciosos. Esas son las escenas que me parecían más infantiles y bobas. Aunque la coexistencia de alienígenas en nuestra sociedad, en tiendas ignotas y puestos de trabajo (o comentarios de los protagonistas sobre famosos que son en realidad aliens), tiene cierta gracia y es parte importante de la ambientación de la saga. Como digo, a mi edad he descubierto esta saga, le pongo pocos peros y creo que es merecidamente uno de los iconos de su época. Con altibajos y algún momento verdaderamente pueril, las tres entregas son dignas, divertidas y llenas de detalles deliciosos. Soy fan.
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