El lunes pasado me llegó al buzón la nueva novela de Mi Cabeza Editorial, el mini-emporio de Rafael Fernández "Ezcritor". Su segunda exploración en el ámbito de la ficción después de la salvaje
"Un bebé". Emulando a los grandes autores de pulp de género castellanos de kiosko de toda la vida (Curtis Garland, Silver Kane, Clark Carrados, A. Thorkent, Ralph Barby, Joseph Berna, etc.), Rafael ha optado por el seudónimo sonoro y la norteamericanofilia, ambientando este cuento esta vez lejos de Madrid o Lanzarote como debe ser (todo esto sucede en U S A) y rindiendo homenaje al maravilloso mundo de las conspiraciones más clásicas y entrañables.
"Los alucinantes bla bla bla" hila una historia que atraviesa los más grandes tesoros de la conspiranoia clásica, a través de la figura de un misterioso y confuso tipo que nunca aparece realmente o del todo pero cuya presencia es inmarcesible y crucial (en la línea de El Fumador de
Expediente-X, el Dr. Gang de
El inspector Gadget, Zodiac, la mujer de Niles Crane, El Señor X de La Democracia Española...) llamado El Sr. Tarareador. El Sr. Tarareador ha sido un tipo imprescindible en el desarrollo de toda la cultura de los Estados Unidos, gracias a que tenía un [espoiler] de origen extraterrestre, y se dedicó a nutrir de información a gañanes como Elvis Presley, Michael Jackson, los Beatles, George Bush Jr., Marilyn Monroe, JFK y muchos otros personajes para ayudarles a entrar a formar parte de la historia. Burda pero cachondamente hilado, la influencia del [espoiler] cambió el mundo para dejarlo tal y como lo conocemos, y existen por ahí otras realidades temporales en las que Bush es Jesucristo y Jesucristo se pelea contra Hitler (y pierde, y es violado analmente por Hitler) a lo
mandingo show para alborozo general de la burguesía. Sin el Sr. Tarareador, Elvis se habría pasado la vida trabajando en un túnel de lavado y los Reyes del Rock serían solo los negros Chuck Berry, Little Richard y Reynoldo Doforno. Sin el Sr. Tarareador y el trabajo del torpe agente de la CIA Mark Celdrik el mundo sería otro; sería tal y como nos enseña esta fantasía especulativa en tono pulp y de risión a través del tiempo y el espacio, ilustrada con algunas de las fotos más chulas y oscuras de la conspiración mundial. Extraterrestres, locos, [espoiler], pibones, agentes secretos, [espoiler] y [espoiler] se pasean por esta novela simpática, cachonda y directa, un objeto muy bonito (qué pena que no tenga texto en el lomo: desluce en mi ezcritorteca) y otro gran producto salido de la mente de Ezcritor.
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