Esta semana me ha llegado por correo un lote de fanzines que pedí a un simpatiquísimo norteamericano, concretamente los 7 primeros ejemplares de
Atomic elbow (supongo que lo reseñaré en esta página si surge), y su lectura me ha devuelto el gusanillo por ese espectáculo atroz y maravilloso que es el
pressing catch. No es ni mucho menos
la primera vez en el siglo XXI que me asalta esa inexplicable e irracional pasión hacia los payasos del ring y sus cabriolas (me estoy refiriendo aquí a los de la WWF/WWE exclusivamente), lejos ya de la adolescencia, y sin vergüenza alguna lo digo. De hecho, durante muchos años veía Galavisión y me enganchaba todas las mañanas de domingo a su maratón de lucha seguida de la película de Santo. Y en estos últimos años también he sintonizado bastante a menudo el recién desaparecido (y por otro lado repelente) Marca TV para ver el wrestling moderno con comentarios de Del Mar y Costilla, y ahora me arrepiento de no haberlo hecho más. En este nuevo arrebato estoy llenando rodajas y rodajas digitales con documentales, sesiones de pay-per-view de los 80 y 90 (Royal Rumble, SummerSlam, Halloween Havoc, Survival Series, todo Wrestlemania, el entrañable WWF Saturday Night's Main Event...) y películas bizarras y absurdas como estos VHS de lucha que editó a mediados de los noventa Coliseum Video. Bastante decepcionantes.
"Bloopers, bleeps and bodyslams" es un
video mixtape en toda regla que repasa algunos episodios bastante idiotas. El problema es que hay muy poca lucha. Poquísima. Apenas alguna escena de enanos o árbitros haciendo cucamonas. Increíblemente, casi todo el material procede de
Tuesday Night Titans, un talk-show ochentero de entrevistas al estilo Johnny Carson presentado por el infame magnate de la lucha Vince McMahon. Hulk Hogan haciendo batidos energéticos, los Wild Samoans cocinando, y otros luchadores gordos y feos diciendo fanfarronadas. Encima, estos cortes del
TNT se repiten en las otras cintas. Apenas les diferencia el presentador de cada refrito, que en un caso es el popular locutor Eugene "Mean Gene" Okerlund, en otro el propio McMahon, en otro Gorilla Monsoon y del otro ni me acuerdo.
"Wrestling most embarrassing moments", además de las consabidas chorradas del show nocturno ese, contiene algunas escenas de golpes en la entrepierna, una muy graciosa de un luchador al que le arrancan el peluquín claramente fuera de guión o muestras del estilismo más ridículo de la historia de esta pantomima. Y los otros dos se componen exclusivamente de unos seis combates ccompletos cada uno, a cuál más inverosímil: peleas con 20 hombres o 10 mujeres a la vez en el cuadrilátero, peleas enjauladas, Hogan peleando junto al
announcer Okerlund, más enanos, gimmicks raros (Honky Tonk Man, Million Dollar Man, el manflorita luchador aquél), y con abundante material de los setenta y primeros ochenta, Bruno Sammartino, Tito Santana, Randy Savage, Bobby Hennan, etc.
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