A lo mejor se me pasa enseguida, pero de momento voy a intercalar twitters con cromos en el blog, porque ya he pasado de 500 posts y algo había que cambiar. Mola esto de mostrarse espontáneo, contar cosas personales pero totalmente insustanciales y huecas, tirarse pedos en html a discreción según suceden las cosas, para que la gente vea que uno está vivo, se está moviendo y no solo cuelga referencias culturales bizarramente correctas con su foto correspondiente, sino que está de verdad presente. Esto es como conversar con el monitor, hacer el tonto de forma dosificada, consciente y pública, como un messenger sin réplicas lanzado a la nada absoluta y a la vez a todos. Qué gilipollez tan gigantesca. Me encanta. Otra copa, ésta me la tomo en el bar de F., que total mañana es viernes y ahora no llueve.
La repanocha sería que pudiese hacer esto desde el móvil, cuando esté en el bosque o en la discoteca o a punto de echarle un polvo a otra espontanea con mal gusto, o cuando esté de bajón porque mi vida sea una mierda. Me informaré, pero supongo que cobrarían por los mensajes, y por ahí sí que no paso. Que me esponsoreen, si acaso.
Me pica un pie. Que conste.
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