Sesión
Cuentos fantásticos I
La petite parade (L. Starewitch, 1928)
Esta maravillosa recreación de
“El soldadito de plomo” (un cuento, obvio antecedente de
“Toy story”, que me daba mucho miedo de pequeño por un libro que tenía) protagonizada por marionetas y menaje en miniatura, es una delicia, que me recordó en varios momentos al clásico
“El hotel eléctrico” (Segundo de Chomón, 1908). Desgraciadamente, a la copia que proyectaron le faltaba la música. Las marionetas del soldadito, un cascanueces de fantasía en forma de orondo cosaco, un Demonio y unos cuantos extras articulados, configuran coreografías mientras se pelean por el moñeco de una bella bailarina (que en un par de escenas se transforma en Nina, la hija de Starewitch, y pasamos a la acción real), aprovechando que los infantes humanos se ausentan del salón de juegos. Una vez más, abundan los animales antropomorfos y los insectos haciendo monerías graciosas y mágicas.
Jabberwocky (J. Svankmajer, 1971)
Otra virguería maravillosa e incontestable del gran Maestro de la animación lejano-europea y extraña. Basándose en el poema surreal y dadá de Lewis Carroll, retorcido hasta la extenuación, J.S. construye una especie de poema visual rimbombante y poderosamente hipnótico animando puzzles, juguetes, muebles, animales disecados y todo tipo de objetos bailando ante nuestros ojos como un caleidoscopio con vida propia.
Skazka skazok (El cuento de los cuentos) (Yuri Norstein, 1979)
Exótica película de animación experimental rusa de media hora, al parecer rodada con técnica mixta, intercalando animación tradicional y corta-pega de piezas animadas en
stop-motion bidimensional, algo parsimoniosa y metafórica a la que no vi la gracia y que creo que empachó a buena parte de la audiencia. El lobo, habitual protagonista de los cuentos clásicos, recorre una y otra vez los mismos lugares y collages pintados, mostrando las distintas aristas progreso tecnológico, los sentimientos, la propia existencia y los límites entre ficción y realidad; o algo semejante.
Ein Brudermord (Hnos. Quay, 1980)
Una breve pieza de animación onírica, cubista y feísta con marionetas, que reproduce fugazmente un texto de Kafka (“El fratricidio”). Un entretenimiento de experimentación y aprendizaje sin pena ni gloria.
Zánik domu Usherú (La caída de la Casa Usher) (J. Svankmajer, 1980)
No conocía esta obra maestra, absolutamente fascinante. A partir del texto de Edgar Allan Poe leído por un narrador neutro pero expresivo, Svankmajer da rienda suelta a todo su talento y representa el drama de la familia Usher y la destrucción de su mansión animando foto-a-foto tierra, piedra, madera, barro y otros elementos inertes. La erosión “mágica” de las paredes ante nuestros ojos, las telarañas que crecen de la nada, sillas que se parten y se reducen a cenizas ellas solas, pedruscos que ruedan y se ahogan en el barro, martillos y clavos retorciéndose y consumiéndose… Un final de sesión asfixiante y poderosísimo.
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