Me daba pereza Frank Cho como autor total de comic-book. Algo le leí en Marvel que no me terminó de convencer. Tan curtido en tiras de prensa, algo se quedaba cojo en el desarrollo y la estructura de su narración, los personajes masculinos me parecían demasiado estáticos, y yo no busco solo tías buenas en un tebeo de superhéroes. En esto no falla, claro. Se ha traído a Shanna la Diablesa para este primer arco de la nueva colección abierta de Lobezno, y no luce nada mal, ni ella ni Logan desatado en plena naturaleza rodeados de aborígenes y dinosaurios. La historia avanza lentamente, y tampoco es que el guión sea la leche: Lobezno, Shanna y un tal Amadeus Cho, un genio de la ingeniería científica están atrapados en la Tierra Salvaje ("...para el que la trabaje") y no se sabe cómo ha sido, ni tampoco importa mucho. Se trata de ver a Lobezno revolcarse con la Diablesa y los brontosaurios a toda página, con poco texto. Aparecen el maravilloso Man-Thing, La Masa, los mutantes habituales con su chamán y sus supersticiones, una especie de amazonas esclavas gritando "¡muerte por kiki!" y algo se sugiere de una máquina que depositaron los dioses y deben destruir. Parece que a la serie será una especie de
Wolverine Two-in-one, y pronto llegará Madureira. Espero que la Tierra Salvaje no se vaya nunca.
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