miércoles, 30 de octubre de 2013

Always believe: The story of the Ultimate Warrior (2006)

Existe un DVD oficial de la WWE titulado "The self-destruction of the Ultimate Warrior" (2006), que cuenta, desde el punto de vista de Vince McMahon y asociados, por qué el (mal llamado en España) Último Guerrero desapareció de la lucha libre-espectáculo profesional cuando estaba en lo más alto. Jim Hellwig, el tipo que interpretaba al impresionante nativo-americano ídolo de los niños, se querelló contra dicho artefacto, y en 2009 un juez dio la razón a la WWE. Sin embargo, existe una versión con comentarios del protagonista, no comercializada, que es la que he visto estos días. The Ultimate Warrior fue uno de mis ídolos de infancia, y creo que de hecho era mucho más querido por los fans que el dichoso calvo fascista de Hulk Hogan. El outfit de Warrior, su rompedora entrada en escena (corriendo desde los vestuarios a ritmo de rock, agitando las cuerdas antes de saltar al "squared circle", agitando los brazos al cielo...), su "baile de San Vito", su vozarrón infernal y su gran corazón (más de una vez le salvó la vida a Hulkster y fue víctima de las tretas ilegales más ruines de los rudos, porque era bueno, porque el espíritu de Manitou estaba de su lado), nos cautivó a todos los chavales. Además de ser un personaje tan carismático, tan cool y con un cuerpo tan impresionante, James Hellwig, el intérprete que había detrás, era un intelectual, un inconformista y un tipo que se rebeló contra las tiránidas condiciones bajo las que competían los caricatos de la WWF, tipos obligados a representar verdaderas idioteces para débiles mentales, y además sin tener ningún control creativo sobre sus millonarios personajes. Hellwig se rebeló, se cambió su nombre legalmente al de Warrior (para no incumplir ninguna ley al utilizar un nombre que en realidad pertenecía a la WWF), y publicó sus propios tebeos de "Warrior", hizo sus giras por convenciones, etc. El férreo control que la empresa ejercía sobre el indio molón terminó con pleitos, malos rollos, acusaciones y despidos. La carrera del Último Guerrero, increíblemente, solamente duró de 1987 a 1991. Un par de años después, tuvo una fugaz y patética reaparición en la WCW, pero Hellwig estaba tan cambiado (por el abuso de sustancias potenciadoras de la musculatora, o como se llamen) que empezó a circular el rumor de que ese era otro Warrior, y que el original había fallecido y estaba en el cielo o en una isla secreta de la CIA junto a Paul McCartney. La versión de Hellwig, cabreadísimo y blasfemando durante algunos fragmentos del documental, es que McMahon y sus secuaces son unos bastardos mentirosos e hijos de perra, y la versión oficial es que The Ultimate Warrior fue un juguete roto, un picao y un problema para el delicado engranaje comercial del circo este del pay-per-view. Resulta que posteriormente a este documental TUW volvió a aparecer (ya siempre utilizaría el nombre de Warrior) en el pressing "de élite" (eufemismo para "no amateur" que se usa mucho en este asunto), e incluso estuvo de gira por España en 2008, luchando bastante desmejorado y apareciendo incluso en el programa de Buenafuente. Este mismo verano parece ser que ha llegado a algún tipo de acuerdo con McMahon para volver a ceder su imagen para la Gran Empresa de Wrestling, al menos para un inminente videojuego. Sea como fuere, al margen de las amargas polémicas, de las mentiras, de Hellwig a lo Henry Rollins fanfaroneando y tal, resulta maravilloso acercarse de vez en cuando a esa época gloriosa del pressing catch en España que tanto marcó a toda mi generación.

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