viernes, 31 de julio de 2015

"Ant-Man" (Peyton Reed, 2005)

Vengo de ver "Ant-Man", pero no voy a comentar mucho de la película. Me ha parecido perfecta, he disfrutado a muchos niveles distintos, me he reído, me he emocionado y he salido muy feliz. Lo que está haciendo Marvel Studios con esta maraña audiovisual de historias entrecruzadas repletas de guiños, detalles, insuperables efectos especiales (al menos a mí me satisfacen), con ese tono tan correcto que han encontrado, esa fidelidad a la Marvel y al Marvel Zombie de siempre sin olvidarse de las nuevas generaciones, la selección musical, los actores... Es como un sueño hecho realidad para quienes llevamos toda la vida inmersos en ese Universo. No hay precedentes. Nunca había pasado esto, y habrá gente que no lo valore, pero a mí me pone los pelos de punta cada nuevo estreno, siento como si de alguna manera me reencontrara con los personajes a los que he adorado desde que tengo uso de razón, pero ahora son ellos los me hablan a mí. Y no puedo ser objetivo. Lo están haciendo muy bien. Hoy además tenía un día muy sensible, porque he tenido varios golpes de mala suerte seguidos estos días, las cosas me van peor que nunca y, para variar, no ha sido culpa mía, sino que la vida da estos reveses. He ido a verla con un amigo con el que ya intercambiaba tebeos de Marvel con 10 años, y al que veo muy poco, y nos hemos estado poniendo al día, y siempre es un placer y un desafío intelectual charlar con él de todo tipo de cosas interesantes, es la persona más inteligente, más sensata y de las más agradables que he conocido, y encima ha pagado él.

SESIONES SYMBIÓTICAS DE LIBERACIÓN

martes, 28 de julio de 2015

"Dr. Forrest's Cheeze Factory" compilations (2008)

Corren malos tiempos para la Blogosfera. Qué palabra tan fea, y tan poco utilizada últimamente; tan demodé como "chachi", o "peluco", o "demodé". Un medio tan fresco y novedoso como era la llamada "Internet 2.0", en el que cientos de miles de personas nos lanzamos como locos a abrirnos una casilla el el "ciberespacio" para desnudarnos ante el resto, satisfacer la necesidad de expresarnos, compartir curiosidades e inquietudes, en unos pocos años se ha devaluado y mercantilizado hasta el punto de casi haberse extinguido, devorado por las redes sociales y la batalla por el posicionamiento. Parece que ya no tiene sentido que existan los foros especializados, habiendo redes sociales; y que ya nadie en su sano juicio lee blogs, porque todo el mundo leemos los mismos artículos, esos que circulan por el puñado de medios de comunicación oficiales que se imponen en las redes sociales. A veces tengo la sensación de que el año 2008 fue un fecundo vergel cultural que perteneció a otro siglo, al Renacimiento o al art nouveau, y que Twitter neutralizó y desactivó toda esa libertad de expresión, toda esa ingenua y fecunda explosión creativa y altruista. La mayoría de los blogs que tengo en el reader han muerto o están gravemente heridos. Y mirar el contador de visitas de mis blogs ahora, en su pico de audiencia más impresionante, y compararlo con las visitas de cualquier día soso de hace solo 5 años, es escalofriante. No sé cómo será la realidad económica y humana detrás de todo esto, pero veo a muchos de esos blogueros de entonces colaborando en algunas de estas revistas culturales para supervivientes que se llevan ahora; y probablemente le paguen más a un idiota por poner un # en su Twitter. Y en cuanto al resto, supongo que simplemente fueron vencidos por el desánimo o la progresiva pérdida de interés propia y ajena.

En cualquier caso, venía esto a cuento de que hace unos pocos años había, literalmente, decenas de miles de blogs de descargas alegales de discos, sitios increíbles en los que se intercambiaban rarezas inencontrables y fuera del mercado, entre particulares. Ese maravilloso concepto de blog de rock, muy especializado, con posts recomendando discos ajenos a la actualidad y con su correspondiente link de descarga, hace unos años estaba muy extendido y yo seguía montañas de ellos que a día de hoy han sido abandonados. Paradójicamente, uno de los mejores y más prolíficos, Twilightzone!, sigue muy activo (de hecho, su correspondiente rincón de comments se ha transformado en el último año en una catarata adicional de links), y en su columna de la derecha se listan algunos supervivientes más. Pero por el camino se quedaron docenas de mis blogs favoritos que conformaban mi rutina diaria; sobre todo los que se hacían desde España, que no debe quedar ni uno solo: ya no solo blogs de .mp3 (que también tiene sentido que muchos hayan desaparecido al endurecerse las leyes de copyright y el acoso contra el pequeño bloguero, en favor de las grandes plataformas que sí hacen negocio con ello, como pasa siempre; y también por el Spotify, claro), sino blogs en general, de gente en su casa escribiendo cosas públicamente en Blogger o Wordpress por el placer de hacerlo.

A mí uno de los blogs que más me fascinaban, y que estaba especialmente activo en aquel remoto y lejano 2008, era Dr. Forrest's Cheeze Factory. En este enlace queda su esqueleto, con su diseño clásico pero eliminados todos sus posts que contenían descargas. Su url original era esta. No sé si alguien se acuerda, pero era un blog muy divertido y en constante actualización, dedicado a la música extraña, marginal y de cachondeo, la outsider music y los músicos bizarros y diferentes. Manteniendo vivos la llama y el espíritu de personajes como el Dr. Demento, ofrecía cada día la posibilidad de escuchar o descargar curiosidades musicales imposibles de encontrar, intercalados en una incesante cascada de mini-posts con gifs animados y chorradas. Y de vez en cuando armaba sus propios discos recopilatorios temáticos llenos de canciones increíblemente extrañas, con aportaciones propias y de la audiencia. Aquellas colecciones eran mis artefactos favoritos. Discos rebosantes de canciones dedicadas a la luna, al espacio exterior, al plátano, a los monos, a los robots, a los agentes secretos, a los nativo-americanos o a los mexicanos, por un lado, y también otra serie de discos con docenas de versiones exóticas de una misma canción. Era la combinación de gags visuales, recetas de queso, ripeos inencontrables de 45's bizarros y recopilaciones lo que hacía de éste un blog único. Había y hay otros blogs dedicados a la música marginal (Bloggio oddio, The world's worst records, Die or DIY?, Music for Maniacs, Mr. Weird and wacky, Donteattheyellowsnow, Glorify the turd, Mutant sounds...), pero éste era el más loco, incorrecto y divertido, y en el que descubrí a músicos realmente extremos.

Como yo soy como la hormiguita de la fábula, y estoy todo el día escuchando, indexando y organizando mis libros, discos y tebeos, y también las rodajas de música digital, el otro día me encontré, dispersas en varios sitios, unas cuantas de aquellas recopilaciones. No son todas, pero sí unas cuantas. Concretamente, 28, sí, veintiocho, 28 recopilatorios de Dr. Forrest's Cheeze Factory, que localicé ayer, que he dejado subiendo esta noche, y que he decidido (aunque esto no es un blog de descargas como los hoy homenajeados) poner en circulación de nuevo ahora mismo, por si hubiera alguien interesado, o que llegue aquí en el futuro buscando fábricas de queso, sexo con mapaches o música rara. Ojo, que algún archivo es MUY grande. Están todos en esta carpeta de Megaupload:

28 recopilatorios de .mp3 del desaparecido blog "Dr Forrests Cheeze Factory"

jueves, 23 de julio de 2015

Mondo Brutto en la revista El Jueves (1999-2003)

Bien saben quienes me conocen que soy gran fan del Mondo Brutto; e incluso muchos sólo me conocen como "el que escaneó los Mondo Brutto", por aquellos escaneos de los 20 primeros números que hice hace bastante tiempo, que levantaron tantas pasiones como odio (los volví a subir aquí recientemente, porque me lo siguen pidiendo de vez en cuando al privado; algunos, y otras cosas que no son mías, circulan por eMule). Tesoro del underground nacional, reader's digest de lo bizarro y lo adiabolado, el fanzine MB sacó su número 43 hace unos días, continuando una larga aunque intermitente y mutante carrera que se inició en 1993, y sigue siendo una publicación interesantísima y única. El miércoles 2 de junio de 1999 (más o menos), los autores de MB comenzaron a colaborar en la revista El Jueves, con una columna semanal de texto con su inconfundible tono y estilo, y que trataba los habituales temas atemporales que interesan y caracterizan a los responsables de la publicación: la cultura popular, los fenómenos de masas más risibles, la televisón más rancia, lo bizarro y lo oscuro. Su colaboración duró casi 4 años, y calculo que publicaron alrededor de 185 entregas. Fue la época en la que yo compraba El Jueves más asiduamente, y de hecho arrancaba y guardaba mis secciones favoritas, como hacen las abuelas con los cupones y las esquelas. Años después, también escaneé bastantes de estas páginas, pero no todas. En el CRG (Comics Release Group, el gran imperio de la digitalización y conservación desinteresada de tebeos español) hay bastantes seguidores de El Jueves, y aunque parece increíble se puede encontrar casi toda la colección de El Jueves, o una enorme parte de ella. Y el año pasado, el miembro del CRG DIFyCUL se dedicó a hacer separatas de algunos autores, los más minoritarios, en una iniciativa a la que llamaron "Los Inéditos de El Viernes". Tomos recopilatorios digitales dedicados a honrar la memoria de grandes olvidados de la revista como Jvlivs, Guille, Mónica y Bea, Germán Meni, Carlös, Palomo, el trabajo que hicieron allí en exclusiva (probablemente nunca más reeditado) de maestros como Raf, El Perich, Forges o Gallego y Rey, y hasta compilaciones de secciones que no he leído jamás como "Galería de Piropos" o "Recortes de la prensa seria". Y uno de esos "retapados" contenía casi 100 páginas de Mondo Brutto. Con una portada (la de arriba) y dos páginas de introducción ad hoc (donde hasta me mencionan, ya que muchas de esas páginas las escaneé yo mismo, y es que en el CRG son así de atentos y agradecidos). Yo soy un depredador silencioso del CRG de toda la vida, y en los últimos años he seguido ampliando ese tomo de recortes con los textos de Mondo Brutto, de los números atrasados que de vez en cuando alguien sigue añadiendo a la causa, y hasta la fecha he podido juntar más de 170 artículos; más de 170 páginas en un tomo que considero imprescindible para los fans de MB y de este tipo de lecturas curiosas, inteligentes, instructivas y graciosas. No sabemos exactamente cuántas fueron en total, y además no tengo la correlación entre todas las páginas y el número de El Jueves en el que fueron publicadas, por lo que no sé si algún día podré juntarlas todas. Pero los coleccionistas compulsivos no nos damos por vencidos, y de vez en cuando sigo añadiendo alguna que otra. Es uno de los archivos que tengo siempre en la memoria del tablet, y una lectura esporádica, y además de contarlo aquí en el blog éste, he actualizado el enlace de descarga, por si a algún visitante le interesa. Se puede descargar, en formato .cbr, AQUÍ.

miércoles, 22 de julio de 2015

"Jurassic World" (Colin Trevorrow, 2015)

No entiendo muy bien las críticas negativas vertidas sobre esta película. Dos horas cómodamente sentado, disfrutando del aire acondicionado y viendo realistas monstruos y criptomonstruos gigantes, velocirraptores desatados, una jauría de pterodáctilos, un megalodón, una tía buena armada... Pues claro que es una chorrada, y que la historia se parece a "Parque Jurásico". Se trata de la reapertura del Parque Jurásico, y tiene que haber una fuga, un conflicto. Las principales críticas que he escuchado sobre esta actualización del mito de Spielberg se centran en cosas que ya sabíamos antes de ir a verla. Tal vez algún espectador más exigente esperaba ver a los dinosaurios discutiendo sobre Schopenhauer, un argumento complejísimo en forma de rayuela, un drama dionisíaco de proporciones épicas. Bastante tuvieron ya con cómo iba la Masa a estar todo el año comparando ésta con la original, y con sus propias dificultades para justificarse y homenajear a la primera, y a mí me gusta cómo lo hacen. "Parque Jurásico" me molestó bastante, es una de las películas más moñas que recuerdo haber visto, y "Jurassic World" me pareció más digna, más gamberra en ese sentido, y visualmente satisfactoria. Todo resulta demasiado frío y estereotipado como para identificarse con nadie, y que nadie te importe un carajo que sea devorado lo antes posible, y desconcierta el constante product placement. Y me gustó especialmente la elección del bobo entrañable de New girl como nuevo técnico freak.

martes, 21 de julio de 2015

"Holmes & Watson, Madrid days" (José Luis Garci, 2012)

Así como "Supernova" no me pareció tan mala como la pintan, y sí una tomadura de pelo autoconsciente y gamberra, por las mismas fechas (hace un par de meses) estuve viendo otro disparate anómalo de la filmografía española, a la que se vapuleó desde todos los ángulos posibles cuando se estrenó. Y en este caso estoy más de acuerdo, porque "Holmes & Watson, Madrid days" da bastante penita, y la acabas mirando de reojo, avergonzado, apretando el paso, como cuando vas por la calle y un heroinómano se te acerca para pedirte suelto. Probablemente todo se explica con una reunión apresurada en la cafetería del Congreso, en la que Gallardón, a cambio de todo el tráfico de influencias ejercido durante tantos años para mantener a Garci en las pantallas del ente público autonómico, a precio de platino, le dijo a Garci que quería tener su ficha en el IMDb, que tenía una sobrina muy aficionada al cine a la que le hacía ilusión y guardaba una barba de broma cogiendo polvo. Y a raíz de eso, y que a Garci le había molado la primera temporada de Sherlock de la BBC, es decir, del TeleMadrid británico [risas] al que tanto debe, y quería intentar imitarlo, escribieron ahí al momento un guión en una servilleta. Emulando a Alan Moore, decidieron crear su propia Liga de los Hombres Extraordinarios, en un trepidante pastiche steampunk que mezclara a Sherlock, Watson, Jack el Destripador, Benito Pérez Galdós, Isaac Albéniz, un torero bizarro y un flamenco, repleto de acción, romance y aventura a raudales. Una vez puestos en faena, la cosa resultó parecerse más a un episodio raro de El secreto de Puente Viejo con toques de matrimoniadas de José Luis Moreno, iluminado como un Estudio 1 de los setenta. Con fallos de ráccord, interiores de corchopán, barbas postizas que se mueven, actores desganados y que se nota mucho que les da cosica que les enfoquen, chistes localistas cuando se supone que hablan en inglés, chistes privados trasnochados como los que cuentan Garci y los colegas en su podcast Cowboys de medianoche, y un ritmo absolutamente inexistente. Da la sensación de que a partir del puñado de ideas que apuntaron Gallardón y Garci en la servilleta delante del tercer solisombra, se pusieron a rodar, y se dieron cuenta de que no había guión cuando ya casi se acababa el presupuesto y el alquiler de atrezzo cedido por el Museo de Cera. En su momento estuve viendo "Tiovivo C. 1950", otra película reciente de Garci, y allí quedaba claro que no había guión, ni ninguna necesidad artística de expresar absolutamente nada, sino únicamente obsesión por producir y hacer caja, y por repetir una y otra vez que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Aquella, tal como revelaba su título, solo era un carrusel de imágenes y cameos de gente famosa hablando, sin ton ni son, como una especie de cuadro en movimiento en honor a la nostalgia. Pues con ésta pasa exactamente lo mismo, salvo que no te avisan. No hay guión, no hay historia, y todo se reduce a señores trasnochados y petulantes hablando sobre cosas. De vez en cuando se menciona un asesinato, o a una suripanta o a un político bribón, pero estás deseando todo el rato a que uno de esos señores se quite la careta y todo haya sido un sketch surrealista de broma. Pero no. No llega ni a humor involuntario. Es como contemplar una partida de brisca a través de unas gafas tintadas. Una cosa fascinante.

"Supernova" (Juan Miñón, 1993) / "Minority report" (S. Spielberg, 2002) / "Lucy" (Luc Besson, 2014)

Como estoy empeñado en actualizar lo más posible el blog con cosas que he visto recientemente, propongo otra sesión continua que yo me hice en mi casa (pero a lo largo de dos días). Un "menú" como los del ScifiWorld (con admiración), ecléctico y liviano, con tres pelis de ciencia-ficción que aunque aparentemente no tienen nada en común, creo que sí les unen algunos elementos. Aunque solo sea el hecho de que las tres me parecieron bastante coñazo.

"Supernova", siempre será recordada, injustamente, como una de las películas más estrafalarias de toda la filmografía peninsular, y como un vehículo futurista y llamativo construido única y exclusivamente en torno a una mujer florero, la musa sexual Marta Sánchez. Y exactamente lo mismo sucede con las otras dos: dos películas de ciencia-ficción extraña, absurda e histriónica, que probablemente no serían tan bochornosas sin las caras bonitas que las decoran. "Lucy" parte de una estupidez magufa y ridícula, de una bobadeta de las que se cuentan los oficinistas a la hora del vending cuando se les acaba el tema del tiempo que hace, y que no tiene ningún tipo de rigor científico, ni nada que se le parezca: una chorrada en torno a la idea de una supermujer que desarrolla, mediante un accidente, la habilidad de utilizar el 100% de su cerebro, en lugar del 10% como hacemos los demás. Esto viene a ser, a mi entender, como hacer una película muy seria y circunspecta sobre un futuro brillante y lleno de gadgets y tiros en torno a lo de Ricky Martin, el perro y la tostada. Y el principal problema que tuve con "Minority report", fue la niña mona que pusieron ahí a enseñar los pechos, ese ridículo Tom Cruise haciendo aspavientos y poniendo caras raras, que instantáneamente pulveriza cualquier posibilidad de disfrute de una historia extraña pero valiente, que por otra parte no está tan mal, dentro de lo igualmente ridículo del planteamiento, con esos precognitivos flotando, los coches-supositorio, la gente llorando todo el rato... Me di cuenta enseguida, no recuerdo en qué momento fue exactamente, de que si la película hubiese tenido a cualquier otro actor un poco más interesante y menos paniaguado, me hubiera gustado. Porque está bastante bien construida, y en seguida el chascarrillo de la policía pre-crimen y los morlocks flotantes se diluye en una trama de suspense bastante maja.

Lejos de lo que se atribuye a "Supernova", se trata de una comedia muy consciente de la estupidez de su existencia, que obviamente busca homenajear más a Azcona que a "Star Wars". Me pareció entrever en ésta un pariente lejano de Plutón Verbenero, una peli de sano cachondeo, de naves con botijos, tricornios y bocatas de calamares, y creo que no está tan mal. Simplemente el guión es malo y peca de eso tan español de intentar hacerse el gracioso (sin éxito) por el miedo y los complejos a la hora de afrontar el cine de género. "Supernova" tiene escenas con Chus Lampreave y Gabino Diego, que imitan al Almodóvar joven con más gracia de la que tenía el propio Almodóvar. Y a Marta Sánchez se le ven un poco las tetas, que es lo que quería España. Tiene mi bendición. La estupidez de "Lucy" es de juzgado de guardia, y todo lo que sucede es bochornoso de principio a fin, y encima no hay tetas. Y si en la otra hubieran sustituido a Tom Cruise por Steve Buscemi, por Chus Lampreave o por un par de tetas, hubiera sido bastante más entretenida.

"La fiesta de despedida" (Tal Granit, Sharon Maymon, 2014)

Una amiga, que debía de estar extraordinariamente aburrida, me invitó al cine la semana de estreno de esta película hace unas cuantas semanas, cuando ya picaba el sol e ir al cine es una excusa para bañarse en el aire acondicionado, un auténtico viaje en el tiempo, pero el atmosférico. Estuvimos dudando de en cuál meternos, pero tenía que ser cine lo menos comercial posible, porque ella es así, y acabamos viendo esta comedia israelí sobre gente mayor que se cachondea, con mucha finura, de su pronto desenlace. O más bien, de cómo acelerar su desenlace. Una especie de "Club de los suicidas" de Dumas, pero con viejos que hablan raro. Probablemente no fuera yo su espectador más indicado, tal vez dentro de setenta años... Aunque es curiosa, simpática, amable, muchas risas la verdad es que no, y se me hizo un poco incómoda y espesa, por lo larga y timorata, y porque el tema del alzheimer me desagrada bastante. Y porque no pillé.

"Project Almanac" (Dean Israelite, 2014)

Una recomendación diáfana y (creo que) sin riesgo, de ciencia-ficción "doméstica", entretenida y sin pretensiones ni sofisticaciones, ni la carga intelectual que suele chafarme este tipo de aproximaciones verosímiles a los viajes en el tiempo. Creo que es mejor no saber nada de la película y que te vaya sorprendiendo sobre la marcha, pero como soy un bocazas, diré que cuenta cómo unos chavales aficionados a la ciencia y las maquinitas, nerdazos del MIT, descubren una vieja grabación de video al internarse en la buardilla de casa como unos goonies, que muestra el 8º cumpleaños del protagonista, grabado el mismo día que su padre falleció. Y en un par de fotogramas de la cinta, aparece el protagonista, con su edad actual, y con las mismas ropas que lleva puestas en ese momento. Un comienzo estupendo e inquietante, que acaba diluyéndose a ratos en absurdas paradojas y amoríos, pero llena de grandes momentos y terriblemente entretenida.

"Los mordiscos del alba" (Tonino Benacquista, 2001)

En mi afán por ponerme al día apresuradamente con el acuse de lecturas, me he acordado de esta novelita que leí hace algunos meses, que me entretuvo bastante y me duró un par de días. Narra la historia de un par de buscavidas y sinvergüenzas, alimañas de la noche que viven del desempleo y se dedican a colarse en las fiestas, en las discotecas y las inauguraciones, para beber gratis e inventarse un estatus social que no les corresponde. Noches de desenfreno parisinas que recuerdan a la peripecia urbana de "El odio (La haine)", o a esas películas norteamericanas de excesos y desventuras (valgan "Jo, qué noche" o "Todo en un día"), pero con la Torre Eiffel de fondo y un argumento de novela negra. Al cabo de media novela, el noir va dejando paso poco a poco a la trama paranormal que desvelaba el título. Sin ser una maravilla, sino un divertimento posmo, me gustó esta novelita, aunque me dejó bastante frío en contraste con los cuentos breves de Benacquista, a quien conocía por "La máquina de triturar niñas", un libro que me fascinó en su momento.

"Monstruos en el Oeste" (Curtis Garland, edición de Alberto López Aroca, 2015)

Igual que sucede con el ensayo hermano de éste, de casi idéntico formato, la última obra traída al mundo por Alberto López Aroca es un mamotreto de pulp absolutamente hermoso, confeccionado con un cuidado y un cariño apabullantes. Alberto andaba detrás de la idea, y empezó a lanzarla en preventa para algunos ansiosos aficionados a los bolsilibros. Y antes de darnos cuenta, lo teníamos en casa a precio reducido, y ya es una realidad al alcance de cualquiera. Las más de 600 páginas de "Monstruos en el Oeste", envueltas en la preciosa portada de Sergio Bleda, se abren con un ensayo impecable de Andrés Peláez Paz, sobre todo lo relacionado con el weird western internacional, desde los primeros seriales bizarros o los relatos de Lovecraft, pasando por las pocas películas del asunto hasta las novelas de Curtis Garland que nos ocupan. Porque el resto del libro reproduce nada más y nada menos que 7 novelas completas del Maestro Juan Gallardo Muñoz (alias Curtis Garland, alias Donald Curtis, alias Kent Davis). 7 bolsilibros, novelas de a duro de vaqueros de las se vendían en los kioskos españoles en décadas pretéritas. Garland es un icono para muchos de nosotros, los aficionados a esta literatura popular (en este blog le he mencionado un montón de veces), y algunos de los westerns paranormales aquí recopilados son absolutamente inencontrables (aunque yo ya tengo leída una...), y no serían jamás reeditadas y caerían en el olvido, de no ser por gente valiente y apasionada como López Aroca. El tomo es precioso, la edición no podría ser más cuidada, bonita y explicativa, y contiene lectura para muchas noches polvorientas. De todas las iniciativas que están consiguiendo volver a poner en circulación, con permiso de sus herederos, las fantásticas novelas de Garland (yo tengo "La tumba del vampiro" y los 4 tomos de novela policíaca de Akal, pero hay más), "Monstruos en el Oeste" es el más cuidado, el más original y el que se centra en el rincón literario más curioso y extraño del autor. Una maravilla.

"Sherlock Homes en España" (Alberto López Aroca, 2014)

Ya he traído a este blog un par de los productos nacidos del espíritu y del sello del entrañable Alberto Díaz Aroca, pero aún no había hecho referencia a una de las joyas de la corona. Su portada aquí encima pequeñita no hace justicia a la belleza de este tomo de ventitantos centímetros de alto y más de 600 páginas, que supura amor por el pulp por los seis costados. Hace ya unos cuantos meses que compré "Sherlock Holmes en España", un increíble y pormenorizado estudio alrededor de todo lo que tiene que ver con la relación entre España y la creación principal de Arthur Conan Doyle (y todos sus hijos apócrifos). Inabarcable, exhaustivo y sobre todo repleto de imágenes, el ensayo sirve tanto de libro de consulta esporádica, como de asombrosa y constructiva lectura. Probablemente Sherlock Holmes sea el personaje de ficción más manido y recurrente del siglo XX, y son miles y miles sus apariciones, recreaciones y reediciones en el imaginario patrio. Aunque Aroca, humildemente, considere este trabajo como una aproximación al mito, enfrentarse a él, para el más o menos profano, es una experiencia apabullante. Y no solo está repleto de datos y de deliciosas anécdotas, sino también de gruesa lectura de panfletos decimonónicos, o fruto de la propia cabeza del autor y editor, mitólogo creativo y apasionado del asunto.

"Tomorrowland: El mundo del mañana" (Brad Bird, 2015)

Me encantan estos subtítulos que les ponen en España al traducir los blockbuster: "Tomorrowland El mundo del mañana", parece un homenaje a Héctor del Mar y los nombres que les ponía de cachondeo a los luchadores de Pressing Catch, como "Terremoto Earthquake", "The Snake El Serpiente", "Roddy Piper El Gaitero"... En fin. Fui a ver esta película a los Ideal la semana de su estreno, y no recuerdo exactamente su argumento, pero salí entusiasmado. Tampoco sabía nada sobre ella, salvo que la había hecho Brad Bird, ese superhombre detrás de la primera animación de Los Simpsons, "El gigante de hierro", "Los Increíbles", el guión de "Nuestros maravillosos aliados"... y esto era suficiente garantía para mí. Me echaba un poco para atrás que fuese un largometraje del moralista emporio Disney, y que tuviera que ver también en ello el pesado (y aún más moralista) Damon Lindeloff, pero tenía muchas ganas de ver esto, fuese lo que fuese, en pantalla grande. Y fue una gozada. Un verdadero viaje en una montaña rusa, un hermoso homenaje a la infancia y a la ciencia-ficcón retro-futurista de los años 50. Aunque la cosa pase a la historia tan solo un spot largo y espectacular de una zona de Disneyland, y a pesar del extraño mensaje elitista y MK-Ultra que tira de espaldas, es una fábula preciosa y emocionante en la que no dejan de pasar cosas, con un montón de ideas brillantes, cgi absorbente y verosímil, y ese mismo halo de las películas de fantasía artesanal y entrañable de los ochenta que mi generación tiene en el inconsciente colectivo. Y luego está la niña, la fascinante androide que no me quité la cabeza en mis siguientes diez o doce pesadillas. Bravo.

"We steal secrets" (Alex Gibney, 2013) / "Deep web" (Alex Winter, 2015)

Sesión continua de tarde veraniega ociosa, sobre dos fenómenos confluyentes a los que nos ha llevado la batalla por la libertad en la Red. "We steal secrets: La historia de WikiLeaks" que está pasando estos días Canal+, cuenta la historia, minuciosamente y desde la periferia, de Julian Assange y Bradley Manning: el perseguido hacker obsesionado por la libertad de expresión y con darle de morros al establishment, y el confuso soldado, encarcelado de por vida, que supuestamente filtró toneladas de secretos militares a la plataforma creada por el hacker. Al margen de la apasionante y significativa historia en sí, la película no deja ningún lugar a dudas sobre lo ridículo de Assange, un tipo que hasta ahora yo creía que era un héroe por las libertades, y aquí se le caricaturiza y se le expone como un maníaco sexual obsesionado, paradójicamente, con sus propios secretos, que precisamente son los que dinamitaron Wikileaks.

La Deep web es como se conoce a la cripto-internet soterrada de la que tantas gilipolleces se dice; principalmente, en las mesas camillas para amas de casa se nos explica que todo lo que sabemos sobre Internet desde hace veinte años no es nada, y solo ocupa un 5% comparado con lo que se puede encontrar en esta especie de "internet para hackers": pedofilia, asesinatos en directo, volquetes de drogas y putas... La realidad es que, al margen del Buscador Oficial, el que está de lado del Sistema, hay un porcentaje inmenso de contenido no indexado, entre el que se encuentran, sin ir más lejos, los torrents y todo el P2P que la mayoría de nosotros usamos continuamente, foros en los que reina el anonimato, "intranets" de acceso restringido (algunas de ellas de uso gubernamental, y obviamente secretas)...; ¡lástima, no hay un 95% de películas snuff bajo la superficie, como se rumorea en las puertas de los institutos! Lo que sí se encuentra también en esas páginas outsiders, encriptadas y a las que solo se accede mediante programas imposibles de rastrear como Tor o las .onion, son espacios libres que pretenden esconderse del Sistema, que funcionan bajo la filosofía digital de la autogestión, la libertad de expresión, el libre mercado, la oposición a las leyes mordaza y a la mirada y el filtro del Gran Hermano que domeña las Redes Sociales. Y entre estas páginas han crecido, por supuesto, mercados en los que la gente intercambia libremente miles de cosas. Como decía D'Allessandro en el último Mondo Brutto (con otras palabras), páginas de venta encriptadas y que permiten el anonimato como Silk Road (en la que se centra el documental "Deep web"), son un interesante avance digital en el que se permite el libre comercio entre adultos. Por ejemplo (y éste es el quid del asunto), en Silk Road se comerciaba principalmente con drogas de diseño entre otras cosas (todo aquello que no sirviera para dañar a nadie, ni que tuviese que ver con menores de edad, dejaban muy claro sus principios), para uso lúdico, voluntario, privado y entre adultos, con garantías para el vendedor y el consumidor, en cualquier lugar del mundo, nunca antes vistas en lo referente por ejemplo a la pureza del producto, su no adulteración con polvos de talco o mierda de rata, la transparencia y volumen de información sobre lo que se consume, el ajuste de precios, la ausencia de mafias y de la violencia del narcotráfico en las transacciones... Todo virtudes y ventajas, entiendo yo, y eso que no soy consumidor. Por supuesto, en esta sociedad meapilas, con tantos intereses económicos que genera este asunto entre los poderosos, y con tantos agujeros legales, esta crudísima historia titulada "Deep web" nos cuenta cómo Ross Ulbricht, el joven hacker sospechoso de estar detrás del misterioso Dread Pirate Roberts (inspirado en el personaje de "La princesa prometida"), es perseguido impune e ilegalmente por las fuerzas de seguridad hasta dar con sus huesos en la cárcel para el resto de su vida, acusado de tráfico de drogas, obstrucción a la justicia, asesinato, conspiración, violación, estupro... Y todo lo que se les ocurrió. Otra de esas historias salvajes e injustas que nos cuentan este tipo de documentales de corte social. Todo muy interesante, todo muy a la última, con entrevistas a implicados, policías, hacktivistas, periodistas de Wired, amigos de la víctima, siluetas con voz distorsionada de ciber-camellos y mucha imagen de archivo. Todo esto está muy bien y yo estoy muy a favor de todo; de todo menos de los Bitcoins de las narices, que no se pueden poner en la vía al paso del tren para que los aplaste, ni sirven para comprar novelas de Curtis Garland en los mercados de pulgas.

"Red Army" (Gabe Polsky, 2014)

Narra la increíble historia de la estrella mundial Viacheslav Fetisov, y sus compañeros del equipo soviético de hockey sobre hielo. De cómo la maquinaria de propaganda de la CCCP y su sistema de trabajo estajanovista llevaron al equipo nacional a lo más alto de la élite deportiva mundial en los años setenta, derrotando repetidamente a Canadá y Estados Unidos. Una historia agridulce, ya que en los estertores del estalinismo, con la Guerra Fría y la Guerra de las Galaxias encima, con toda una sociedad oscilando entre la nostalgia y la Perestroika, los ídolos del deporte eran tratados como engranajes esclavos de la patria y de paso como moneda de cambio. Con la llegada de Gorbachov, los equipos de la NHL se rifaban a los jugadores rusos que les daban sopas con onda en las Olimpiadas, y se originó un verdadero via crucis de jugadores apátridas, depatriados, traidores y perseguidos. Fueron unos pocos años hasta que se normalizaron los canales de fichajes en la gran liga, que pillaron en medio de todo al icono Fetisov, que posa para el documental, que prácticamente narra, con una arrogancia y una chulería bastante graciosas. Una historia repleta de épica, política y conspiraciones que merece mucho la pena incluso para los que, como yo, no sabemos distinguir un stick de hockey de uno de esquí.

Btooom! (Madhouse, 2012)

El otro día me dio por ponerme un poco al día en lo que se cuece en la actualidad del anime, el universo de las series de dibujos animados japonesas; una forma de arte con su particular idiosincrasia, tan inmensa que puedes pasarte la vida viendo única y exclusivamente anime, renunciando por completo al resto de producción cinematográfica, televisiva, artística o musical. En Japón se emiten (a ojo) unas chorrocientas catorce seis series de animación cada semana, y desconocía por completo qué se estaba haciendo, aparte de Naruto, Dragon Ball Super, One Piece o Fairy Tail, que sí, es imposible no saber que existen si uno es un poco curioso y abierto al audiovisual. Decidí empezar a seguir unas cuantas páginas y blogs, me vi unas cuantas recomendaciones de lomejorde en Youtube, y añadí algunos ingredientes nuevos a mi menú. El anime tiene algunas características y temáticas inamovibles, es una forma de cultura amplísima pero hasta cierto punto constreñida en modo, ritmo y diseño, al menos para el no iniciado. Y es tan inabarcable, que lo único que pude hacer fue anotar unos cuantos nombres y verme unas cuantas series: es lo que tiene estar en paro (me he ido al paro por primera vez en la vida, a ver qué se siente). Estuve viendo School days, una "dramedia de relaciones sentimentales entre adolescentes de colegio mayor con giro inesperado" (seguro que este género tiene un nombre de una o dos sílabas), pero me cansé enseguida y me fui directo a ver el final. Me enganché bastante a Tokyo Ghoul (casi he acabado la primera temporada), una historia de acción y épica sobrenatural en los bajos fondos de la gran ciudad, que mezcla vampirismo, noir, cyberpunk y cripto-mitología (cada "ghoul" tiene sus poderes y sus cosicas, como los Caballeros del Zodíaco, los Pokémon y todas esas series coleccionables que tanto gustan), y que está bastante bien (aunque la estructura y la obsesión por las mega-peleas desorbitadas me cansa un poco). Higurashi no Naku Koro ni es una historia bastante interesante de gore y terror, pero parsimoniosa y con una técnica que no me termina de enganchar, la tengo parada pero volveré. Tengo un montón más de series apuntadas o listas para ver, y he empezado a seguir una serie de actualidad, a capítulo semanal: Gangsta, estéticamente muy atractiva (los créditos son una pasada que a Tarantino se le tienen que poner como pasas), una historia de yakuzas, prostitutas y ex-combatientes que a ver hacia dónde va; también estoy siguiendo Kangoku Gakuen, que acaba de empezar, una chorradilla espectacular sobre unos chavales encerrados en un colegio mayor para señoritas (un Porky's raro y contemporáneo con chinos dando voces y mujeres con tetas como cabezas de crío); un cosa que se llama Bikini Warriors, pura sicalíptica a base de posados de 3 minutos semanales; y Monster Musume no Iru Nichijou, un culebrón para niñas que me está volviendo loco, sobre un tío normal que va por la calle y de repente empiezan a cruzarse en su vida seres mitológicos femeninos de grandes tetas (una lamia, una arpía, un minotauro, etc.), que por una cuestión burocrática y de acuerdos inter-especies, se ve obligado a acoger en su casa. Una comedieta de situación costumbrista con argumentos que bien podría haber escrito Mariano Ozores, pero con bestezuelas semi-desnudas y unos dibujos y cosas fascinantes. Placeres culpables de sobremesa todos ellos, que no van a ningún lado, pero que son tan fáciles de ver...

Pero la que sí me enganchó de verdad y disfruté muchísimo, fue Btooom!, una serie que parte del fenómeno del hikikomori que está encerrado en su casa jugando a videojuegos multijugador online de matarse todo el rato (y que supongo que es su espectador ideal), que de pronto es transportado a un first-person shooting de la vida real, en el que tiene que sobrevivir (seguro que todo esto también se define con una palabra nipona de una o dos sílabas). Creo que en los últimos años han proliferado los animes de este tipo, que llevan a la realidad el rollo de estar enganchado a un juego de matarse online que tanto gusta a las nuevas generaciones. Esta está hecha por el estudio Madhouse, que debe ser bastante prestigioso ya que hasta yo, que no tengo ni puta idea de cultura japonesa, me he visto o me suenan bastantes de sus creaciones (Metropolis de Tezuka, Monster, Death Note, Ninja Scroll, Cardcaptor Sakura, Trigun, Hunter X Hunter...), o que intuyo que deben llevar un rollo bastante más "occidental" que la mayoría, que todo esto del anime tiene unos códigos y unas maneras bastante marcianas y localistas en general. Btooom! es un videojuego de estos de matarse a saco, en el que todas las armas son bombas. El protagonista se llama Ryōta Sakamoto, y como suele pasar en estos casos, y a pesar de su hikikomorismo y de ser un nerd sin amigos, es un apuesto joven de rasgos occidentalizados que es de los mejores del mundo en lo que hace (en este caso, jugar online). Sakamoto es una estrella del rock del Btooom!, que de pronto despierta en una isla desierta del Caribe sin recordar qué ha pasado. Pronto entenderá que en la isla habitan una serie de personajes misteriosos, que tienen que matarse unos a otros para sobrevivir, en un cruel reality en el que participan involuntariamente engañados por la compañía Tyrannos Japón, los creadores del videojuego. El anime entero dura solo unas 5 horas (si pasamos en ffw las largas secuencias de créditos de apertura y cierre), repartidas en 12 capítulos de 24 minutos, y es una extraordinaria película larga de acción repleta de misterio, conspiraciones y peleas en un recóndito paraje selvático que quita el hipo de bonito, y que cuenta además con un personaje principal frágil, rubiaca y de gigantescas y bamboleantes tetas (es lo que tiene el subgénero seinen, es decir, el destinado a pajeros de taytantos como yo). La estructura puede sonar un poco claustrofóbica y floja, ya que todo se reduce a tirarse bombazos e ir avanzando en el arcade, pero el resto de elementos (las relaciones personales, los misterios que rodean al pasado de cada personaje, la palpitante isla y sus secretos) lo hacen terriblemente adictivo e interesante. El último episodio me lo pasé casi entero de pie, muy emocionado, sin entender cómo podía ser que todo terminara tan rápido, cuando habían dejado tantos frentes abiertos y más argumentos sin cerrar que en la Patrulla-X de Claremont. Y es que resulta que el manga en el que se basa está siendo publicado actualmente (en España también), y se supone que habrá una segunda temporada, o alguna ova o algo qué aclare todo, porque el final está completamente abierto y en su punto álgido. Espero que lo haya, porque me quedé en ascuas.

sábado, 18 de julio de 2015

viernes, 10 de julio de 2015

Invitados ilustres (87): Soundwave y Laserbeak

Me encanta esta viñeta. Está extraída de Futurama nº 31, de una secuencia en la que Fry y Leela van al veterinario a llevar a Mordisquitos, que tiene un problema digestivo. Y en la sala de espera podemos ver a Soundwave, clásico personaje de los Transformers, llevando a revisión al cóndor Laserbeak.

No son dos Transformers cualquiera, formando un gag espacial, sino que realmente Soundwave y Laserbeak eran íntimos compañeros en la primerísima generación de los juguetes de Transformers, allá por 1982; tanto que el primero se transformaba en grabadora y el segundo en casette.

viernes, 3 de julio de 2015

Invitados ilustres (86): Carlos Santana

En Simpsons Comics 206 asistimos al curioso cameo que tenemos aquí encima, el del aclamado genio de la guitarra latina Carlos Santana. En la viñeta está corriendo en mitad de una carretera, aparentemente persiguiendo a un coche... A continuación os dejo la página completa, que es toda ella un gag bastante malo que explica esta situación:

jueves, 2 de julio de 2015

Parodias y referencias (84)

En el ejemplar especial gratuito publicado en 2014 con motivo del Free Comic Book Day, se incluía este pin-up de Futurama (es decir, que no es una portada real de la serie), que homenajea de forma clara a una cabecera de los clásicos tebeos de Archie (otra vez). Dicha portada no está inspirada exactamente en ninguna portada de Archie Comics, sino en muchas de ellas. El título de la cabecera ("Fry's co-workers Amy and Leela") deja claro que el homenaje se ha centrado en la serie Archie's girls Betty and Veronica, y en una de sus muchísimas portadas playeras en las que las chicas pasean en bikini dejando pasmados a los chicos de la serie: Archie, Jughead, Reggie y compañía. He decidido enfrentar el homenaje al número 201 de la serie original, por las similitudes formales. Pero, como digo, hay muchas otras portadas de B&V que basan el gag en las chicas luciendo poca ropa y los chicos babeando. Muchas. Tantas, que los tebeos de Archie son un auténtico muestrario de moda de baño (y de fiesta, y deportiva, y de temporada...) de las últimas 8 décadas. Os dejo algunas. Id por la sombra.