![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_sr5mCzeeG6vXZ5_F8LUI9cjGs_vclH6rj2I50xIZ51bKIEHyN56wKlCN-NQU0jZkCV5g-1apMbEDyBM5_GHZa0Ssy8LE1jJdDkI0uAdETZ7akQ1FcGhhcqvd6fuKa9fDw=s0-d)
He comprobado últimamente que mucha gente no sabe o no recuerda la existencia de esta película, una peli protagonizada por Jim Carrey y Ewan McGregor nada menos. Yo la vi en su momento (en una época en la que pescaba estrenos con la destreza de un grizzlie; ahora mismo estoy que no me entero de nada), y volví a ponérmela el otro día porque recuerdo que me había gustado, pero no qué sensación me había dejado. El poso es un poco agridulce e incómodo, por lo a fondo que llega el personaje de Carrey en sus mentiras supuestamente por amor, y lo lejos que está todo del modelo hollywoodiense. No es de extrañar que la película se haya soterrado un poco. Pero a mí me parece magnífica, más con cada vuelta de tuerca. Carrey sobreactúa hasta rozar el nivel “chiste de Arévalo”, como dios manda; y McGregor parece nacido para el muerdealmohadismo. El tándem es increíble, y la historia rara pero impecable, al menos para el heterosexual no practicante que suscribe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario