lunes, 7 de febrero de 2005

Tolkien y el realismo mágico navideño

Portada del tomitoNo me considero un fanático al uso de la obra de J.R.R. Tolkien. Sólo leí "El hobbit" de pequeño y "El Silmarilion" cuando era todavía demasiado pequeño. Con los tochos de la epopeya de los anillos, no me he atrevido ni he podido terminarlos. Pero sí respeto y admiro su obra y la capacidad e imaginación de este titán para inventarse (o mejor dicho, reinventar y recrear, como sabiamente puntualiza y pone los puntos sobre las íes el frikólogo Álex Werden en un reciente post) todo un mundo propio repleto de personajes, bestias, lugares e incluso, como es bien sabido, un lenguaje personal y coherente. Actualmente, y más desde el estreno de la fantástica trilogía, hay varios libros dedicados a inventariar su mundo, de los cuales mi favorito siempre fue uno que me trajo Papá Nöel hace 15 años, el "Bestiario de Tolkien", una impresionante guía de flora y fauna oscura preciosamente ilustrada.



Pero si hay un libro que me parece significativo de la personalidad y de la pasta especial de la que estaba hecho el gran autor británico, es sin duda "LAS CARTAS DE PAPA NOEL" ("The Father Christmas letters", 1976), del que me he acordado pensando en Jota Erre Erre. Es un libro infantil, totalmente ajeno al mundo de espada y brujería que conforma el resto de su producción. Pero que Estampa entrañablecuando lo encontré (no recuerdo cuándo se adquirió, sólo que ya estaba por mi casa siendo yo muy pequeño) me dejó patidifuso, fascinado: John Ronald Reuel se había dedicado a contestar año tras año (entre 1920 y 1940) las cartas que escribían sus hijos a Papá Nöel, haciéndose pasar por el entrañable barbas, inventándose un matasellosos del Polo Norte, un lenguaje particular para los elfos ayudantes, una manera diferente de hacer llegar las cartas a los críos cada vez... En fin, todo por conservar vivo el Espíritu Navideño y tener a los pequeñajos viviendo una ilusión hasta alcanzar los 12 ó 13 años. A esa edad aproximadamente, le contó a su primogénito la historia, para seguir con ella apoyándose en su complicidad, y así sucesivamente con sus 4 hijos.



Puede parecer algo un poco hortera, pero el libro de verdad que es precioso, repleto de dibujos mágicos, extrañas runas que los niños tenían que descifrar... Y todo ello salido de la cabecita del mismo señor que se inventó toda la Tierra Media y prácticamente toda la literatura de fantasía heróica que hoy nos inunda. Una joya. Y creo que un detalle curioso y bonito de la biografía de Tolkien.

Olo Brandybuck of Buckland, es el nombre hobbit de Papa Nöel

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