El País empieza a vender a partir de este fin de semana una nueva colección de libros de bolsillo, a 1€ la unidad. Una nueva manera de gastarme los cuartos, a la que sin duda caeré como un adicto, como ya me pasó con las apasionantes colecciones previas de
Aventuras y
Serie Negra, que tengo completas en mi casa, para ir devorando en el Metro o en noches de tormenta.

Con esta nueva colección, esta vez dedicada a
Clásicos de la Literatura Española,
El País consigue popularizar la lectura, o al menos la compra de la misma, y al mismo tiempo depauperar el valor del libro como objeto de culto, con semejante formato de todo a 100; por no hablar de lo explícitamente acultural que resulta esta nueva artimaña, urdida al fin y al cabo para que nuevos universitarios compren
El País como mínimo tres veces por semana, y sea su pensamiento dirigido hacia determinadas aventuras políticas y tejemanejes corporativos que...
Que qué más da. Sea como sea, por supuesto, yo he picado. De todas formas, en caso de comprar algún periódico, me decanto normalmente por
El País (a no ser que sea para echar unas risas y rememorar los discursos del
Capitán Trueno, que entonces hurto
La Razón). Y para un pobre como yo esta iniciativa se me antoja deliciosa.
Como siempre hago cuando empiezo una cosa así, me comprometo conmigo mismo a leerme uno o dos cada semana, de los
50 títulos que ofrecen. Con un par (y con los dedos en
cruci).
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