domingo, 12 de junio de 2011

Todo por una chica (Nick Hornby, 2007)


Lo más sorprendente y brillante de esta novela, es que Hornby la escribe, en primera persona, a través de un skater de 16 años, que vive en una ciudad satélite de Londres soñando con emular algún día a su ídolo Tony Hawk. Sam tiene 16 años, una madre soltera de 32, un monopatín y un póster de Hawk, al que habla por las noches y le pide consejo. Una tarde, su madre le lleva a una fiesta, y le presenta a la hija de un compañero de trabajo, Alicia, de la que se enamora profundamente, como solo un adolescente granulento se apasiona por algo; se introducen mutuamente en el trepidante mundo del sexo, y al cabo de unos meses se separan y Sam sigue a lo suyo, con el patinete. A partir de este momento, a Alicia le crece en el útero un pequeño problema para los dos chavales y sus respectivas familias, y el asunto se transforma en un cruce perfecto entre "Juno", Little Britain y un conmovedor cuentecito de Paulo Coelho para niñas pijas. El talento de Hornby para desarrollar una novela supuestamente escrita por y para adolescentes es admirable, y los diálogos son contundentes e hiperrealistas. Las metáforas, las reacciones y algunos de los secundarios alejan la historia, sorprendentemente, del plano disuasorio que cabría esperar en una novela de embarazo adolescente, y la sumerge en la de la reflexión cínica e inteligente. Y también se agradece y te atrapa el recurso fanta-científico (el póster de Tony Hawk, en un par de ocasiones, transporta al protagonista al futuro, donde se ve atrapado en su propio cuerpo en una situación que desconoce y le abruma). Lo que le pasa a esta novela es que este chaval está tan bien traído y se parece tanto a los chavales de su edad del mundo real... es tan pazguato, pusilánime, irresponsable, pasota, inútil, que dan ganas de espabilarle con el cinto, y seguir sus disgresiones desespera bastante. Pero al mismo tiempo engancha. Me quedé con ganas de más, la verdad. Bien bonita.

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