Vengo de l
Así que viéndole tan suelto, le comenté que la semana pasada se me cayó al suelo el disco duro portátil, y que había perdido miles de archivos a los que había cogido cariño. Por supuesto, me dijo que se lo trajera, y me faltó tiempo. Lo abrió con los ojos vendados, lo conectó a una clavija PS2 que tiene el chino en la sien, y me dijo que por el sonido que hace al intentar arrancar seguramente tiene solución, que se lo dejase esta noche y me pase mañana por la mañana, que probablemente me puede recuperar la información perdida. En DVDs. Que le haga una selección, porque 200 gigas son muchos gigas. Me ha dejado claro que no me haga del todo ilusiones, pero que tiene no sé qué instrumentos y no sé qué programas, que puede que me restauren toda la información. Y por supuesto, sin tocar los precintos del HDD, porque está en garantía, y tengo derecho a que me den uno nuevo.
Si no hubiese estado su señora presente, le habría dado un morreo al chino. Por si todo esto fuera poco, me ha dicho que a lo largo de la semana me va a intentar traer un ratón óptico inalámbrico y unos auriculares inalámbricos, para potenciar mi experiencia multimedia portátil y cibernética.
Lo importante ahora es que tengo un nuevo ídolo, un Mesías, un tercer progenitor. Todavía no sé cómo se llama mi chino, pero pronto lo sabré. Como ahora sé que los chinos tienen solución para todo, son sin duda una raza a años luz de nosotros, los pobres desgraciados blanquitos de ojos grandes que pronunciamos mal la "ele". Los chinos parecen pobres inmigrantes sin esperanza que han venido aquí para que nos riamos de sus ojos rasgados; a simple vista parece que los hubiera puesto el ayuntamiento para que intentemos hacer "simpas" en sus restaurantes, robarles chuches sin que nos vean y reírnos porque no hay chinos en los cementerios, y seguro que sus difuntos están en los rollitos de primavera (valiente gilipollez, por cierto: ¿alguien ha buscado lápidas de chinos en el cementerio antes de hacerse el listo?). Y sin embargo, en secreto, los chinos son shinya tsukamotos en potencia, seres humanos evolucionados que están poco a poco creándonos necesidades informáticas, y cualquier día de estos nos vamos a quedar todos obsoletos, y entonces ellos emergerán, nos fulminarán y se quedarán con nuesfrswos uhia fsuh34 32442554 34550909091 $%&/&20200100100010101001010
P.D.: ya contaré cómo acaba la cosa. Total, este blog pasa por un momento tan hermético y tan personal y tan poco interesante que nadie espera mucho más.