jueves, 7 de febrero de 2019

"El Ligre y la bomba de triones" (Scari Wó, 2018) y otras lecturas de 2018


El año pasado reseñé pocas lecturas literarias. Además de que leo muchos más tebeos que libros últimamente, tampoco termino de centrarme y escribir sobre algunas cosas que leo y quiero recomendaros. Así que sirva esta entrada rápida para mencionar algunas de las cosas que añadí a mi biblioteca en las últimas semanas del año pasado. Aunque no me gusta despachar muchas obras de golpe, y hubiera preferido darle a algunos de los siguientes objetos la enjundia que requieren, el toc no me deja pensar bien y llevo semanas obligándome a reseñar todo esto y no me pongo nunca, así que no me levanto de la silla hasta que despache este primer lote de mamotretos que me han estado acompañando recientemente:

 Para empezar, mi amigo y vecino Scari Wó, del equipo del fanzine Dramáticas Aventuras Trimestrales Ilustradas (que tenemos que darle un apretón pero ya), y que me ha hecho varias portadas de Libritos Jenkins (por ejemplo, del álbum Otros Grupos, cuya ilustración de portada y montaje de contraportada, por un error de imprenta, quedó sin acreditar), escribió y publicó hace unos meses una preciosa novela interactiva, primera de la serie "Decide tu propio destino", que encaja perfectamente entre la colección original de Timun Mas de los 80 a la que homenajea, pero destinada a un público adulto y ambientada en el universo de personajes del fanzine DATI: "El Ligre y la bomba de triones" está además fenomenalmente escrita, y es una montaña rusa de referencias y guiños a la cultura pop. Un experimento de post-pulp en el que podemos llevar a nuestro luchador enmascarado favorito a viajar por el tiempo y el espacio a morir de mil y una maneras diferentes, o a salvar el mundo si elegimos los epígrafes correctos. La estructura es una filigrana, el tono va de lo épico a lo festivo, y como objeto de poder no tiene precio.

☛ Tambiés es una filigrana la novelita autoeditada "Abracadabra", de Asier Barro, y otro precioso ejercicio de mimetismo con la literatura añeja. En forma bolsilibro y con tipografía retro, la breve lectura de esta historia es sorprendente. Un ejercicio de metalenguaje florido y exquisito, a partir de la premisa de la mera necesidad y el diáfano placer de narrar y jugar con las palabras. Muy bonito y muy recomendable.

☛ "El método Gémini" (por Magius; ed. Autsaider Cómics; vale, ya se me ha colado un tebeo) es una de las novelagráficas más laureadas del año pasado, y espero que suponga el salto definitivo a la primera línea del tebeo, si es que esto existe, del murciano Magius. Responsable de FOG Comics y autor de varios de los fanzines más fascinantes de mi colección, como Murcia, Porno catalán, WitchcraftLa Philosophie dans le Boudoir o el precioso tomo recopilatorio con las imprescindibles aventuras de los black-metaleros satánicos y nazional-socialistas más simpáticos del Planeta Murcia (Black Metal Cómix). Se ha pasado al equipo de los amigos de Autsaider, y ha pergeñado la epopeya de mafiosos que Scorsese jamás se atrevió a contar: cómo el origen de las distintas familias de la mafia siciliana, secretamente, pasó por la Murcia medieval. Divertidísimo, enfermo y con más acción que siete temporadas de Los Soprano, y al mismo tiempo puro tebeo underground feísta y agitador. Le ha gustado a todo el mundo y no faltaba en ninguna lista de lo mejor de 2018.

☛ Otro de los objetos literarios más laureados del pasado año fue el regreso, por fin, del Maestro Jordi Costa al ensayismo erudito: "Cómo acabar con la Contracultura (Una historia subterránea de España)" (Taurus). Niño prodigio de la crítica visionaria, periodista de referencia para toda una generación y autor de al menos dos de mis libros favoritos de todos los tiempos ("Mondo bulldog" y "Vida mostrenca"), en esta obra se ha dedicado a hurgar en el lado torcido de la cultura basura española, esa que efervescía y se revolvía por salir del útero ya desde que al enano del Ferrol le empezaban a dar  los primeros achaques, y que ha ido conformando silenciosamente todo un estilo de vida para muchos de los creadores más interesantes del siglo XX y XXI. Un recorrido repleto de descubrimientos, vasos comunicantes y joyas enterradas bajo las montañas de caspa y la estéril cultura institucional. Por supuesto, asistí a la presentación y la firma, en primera fila, y aquello fue un vórtice de energía underground y una especie de entierro de Big Fish en el que aparecieron algunos de los propios supervivientes del libro; y lo devoré en los siguientes dos días, lo que me hizo mejor persona.

☛ Stephen King está un poco brasas últimamente con las anodinas peripecias reiterativas del Señor Mercedes, que me importan un carajo, así que me conformé el año pasado (aparte de con alguna relectura o lectura menor vía Kindle que me va a faltar en las oocc comentadas que pretendía haber glosado en este blog; o mirar algunas de las miles de adaptaciones audiovisuales recientes) con la última recopilación de relatos del maestro. "El bazar de los malos sueños" reúne escalofríos como "Niño malo" y "Área 81", bellas fábulas como "La moral", ejercicios chabonianos como "Batman y Robin tienen un altercado", pequeñas obras maestras carverianas como "Premium harmony", clásicos modernos como "Blockade Billy", "Ur" y "Tommy"... y el habitual anecdotario, consejos y susurros de King mientras nos arropa con la mantita, tras cada cuento, a los lectores constantes. Estupenda colección, a la espera de su siguiente McCatedral literaria, que me acompañó el pasado verano.

☛ Tom Petty fue uno de los primeros músicos a los que amé de manera furibunda en la adolescencia. Fue a los 12 años o así cuando tomé mi primera sobredosis, durante un especial que le dedicaron en la VH1, pasando vídeos suyos todo el fin de semana. Esos videoclips maravillosos en los que el sofronizante Petty se disfrazaba de cuentacuentos y te sumergía desde la pantalla en el mundo de Alicia en el País de las Pesadillas, o te pasaba peliculitas de rebeldía juvenil. Fue de los primeros músicos a los que empecé a coleccionar y escuchar consciente y compulsivamente. Su muerte me afectó, me dejó helado por lo inesperada, y porque mantenía la esperanza de que alguna vez viniese a tocar(me) a España. Creo que nunca vino aquí ni a hacerse fotos con una paella. Esta maravillosa biografía, "Petty" (Warren ZanesAlfaomega/Neo Person), desvela además a una persona sencilla, humilde y formidable, que hubiera pasado desapercibida en el marasmo de bandas de garage sesentero de Florida de no ser por ese don intransferible e imposible de explicar, y que acabó haciendo rock, bebiendo cerveza y persiguiendo a las chavalas porque no sabía hacer otra cosa. Tan exhaustiva y envolvente como se espera de estos trabajos, y repleta de ternura y melancolía.

☛ Durante parte del año pasado también tuve mis varias rachas obsesionado con la literatura retro-ufológica, como media España últimamente, gracias a la encomiable labor que está realizando Reediciones Anómalas y a que su máximo responsable, Pablo Vergel, se ha convertido merecidamente en el tertuliano de moda en el programa de Iker Jiménez. Su último lanzamiento hasta la fecha, el sexto, y a la espera de que rescaten este año más obras canónicas descatalogadas como "Las profecías del Mothman" o "El libro de los condenados", es "Comunión", la insólita narración en primera persona del encuentro cercano del tercer tipo experimentado por el escritor fanta-científico Whitley Strieber con los grises, que cambió el mundo de la ufología para siempre.

☛ Además de quedarme absolutamente anonadado con lo allí narrado, y empaparme de paso con la película o mi propia "investigación" online sobre el asunto, con "Comunión" tuve una relación especial, ya que Pablo me pasó las galeradas antes de hacerlo realidad, para que lo leyese y de paso yo mismo me uniese al staff y pergeñase el fanzine Nuestra primera comunión, reuniendo declaraciones de periodistas y de víctimas de su lectura; aunque, ahora que me acuerdo, lo conté ya aquí y también narré cuando "mi" fanzine salió en la tele, aquí. Como fuere, "Communion" fue una de mis lecturas más absorbentes del año pasado, así como otros de los lanzamientos de RA.

☛ Otra de mis editoriales amigas de cabecera es Antipersona, y aprovecho para traerles por aquí siempre que cae en mis manos alguna de sus preciosas obras. Lo último en lo que se han metido es una revista de música trimestral, Dolly Records (ya han salido dos números) que recoge artículos que envían los fans y ellos seleccionan. "Big Mama" Thornton, The Redskins, Poly Styrene, Berri Txarrak, Arrested Development, bakalao, música industrial, canciones sobre la lucha de clases, anecdotario, críticas, crónicas de conciertos y cosas así es lo que han incluido por el momento. Es baratísimo, tiene páginas a color, un diseño estupendo y todo fenomenal.

☛ Y por último voy a citar el libro en el que estoy más inmerso ahora mismo: "La plaga de los comics (Cuando los tebeos eran peligrosos)", de David Hajdou (Espop). Aunque no lo he terminado, y reseñar algo a medias está feo; es que yo soy así de feo y esto no es Babelia, y precisamente quería dar mis sensaciones del progreso de lectura, porque, ay. "La plaga..." es el ensayo cultural de moda. La gran apuesta de Espop para la temporada. ¡La historia oral de la era pre-code! ¡La hagiografía definitiva de la Edad Dorada! El diseño es precioso y con desopilante portada de Ata, e incluye un encarte central a todo color con algunas portadas e ilustraciones mencionadas en el texto. Veo que "La plaga..." está gustando muchísimo, algunos en mis tl's de las rrss están bastante a tope... pero debo ser sincero y reconocer que yo estoy bastante perdido, a punto de alcanzar el ecuador. El principal problema es la falta de material gráfico, que solventaron en la edición especial limitada de 42 euros; más ilustraciones en blanco y negro a lo largo del texto creo que no hubiese hecho daño a nadie, en lugar de las largas, densas y obstrusas descripciones de  pequeños detalles de viñetas concretas. Sé lo que es un puto libro, no es que tenga el cerebro ablandado por el Yutú, o que crea que el fanzine o el ensayo de los 90 sean la respuesta, pero en un ensayo de estas características, en múltiples pasajes concretos eché de menos un monito escuchimizado en una esquina, y de más una engorrosa parrafada tratando de generar en tu cerebro la imagen exacta de una portada de Charles Biro o una foto concreta en un editorial de prensa, que al fin y al cabo en la separata viene en blanco y negro... Dejo el libro panza arriba y me voy a buscarla a internet cada dos por tres, ya, si tampoco pasa nada... Pero es que además me está resultando todo bastante caótico y confuso. Sigo tratando de encontrar el hilo conductor, la esencia de los capítulos, la intención del autor tras su empeño por ir saltando constantemente de un rincón a otro de la historia, dejando la narración a medias tras cada punto y aparte y regresando a la infancia de un distribuidor o un censor, de repente, cuando estaba uno disfrutando de las declaraciones de Will Eisner o Bill Gaines. Es indiscutiblemente una joya,  y me imagino que todo cobrará sentido, pero me da que está abordado el tinglado desde recodos, en forma de "hilos de Twitter" superpuestos, todo me está resultando condenadamente sinuoso y deslavazado. O es que estoy yo muy nervioso y muy tonto, que también puede ser. Ya veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario