jueves, 21 de julio de 2011

El Padrino (Electronic Arts, 2006; PS2)


Los videojuegos no son uno de mis vicios precisamente. Supongo que me gusta ser espectador pasivo de lo que transcurre a través de la pantalla, y no tengo paciencia para andar dándole a los botones. En los últimos diez años solo recuerdo haber jugando algunos días a un par de cosas: la saga Tomb Raider, la saga GTA y el Pro. Y quizá algún jueguito en Flash, ideales para la resaca. No me entretiene jugar solo, me canso enseguida. Pero se me estropeó la TDT y se me escacharró la conexión a internet, todo a la vez, en pleno fin de semana de julio, sin planes a la vista; así que me acerqué el otro día a una tienda de segunda mano a ver si me recomendaban algo. Éste "El Padrino" sigue exatamente el mismo patrón que el Grand Theft Auto, y ofrece completa libertad de movimientos. Eres un mafioso cabronías que tiene que ascender escalones dentro de los Corleone, cumplir misiones a lo largo y ancho del NY de los años 40 disparando, conduciendo, avanzando a través de los callejones, extorsionando a tenderos, trabajándote a las meretrices, asustando al personal, y sobre todo cargándote a las familias rivales para hacerte con el control de toda la ciudad. Ahora mismo, después de unas 10 horas de juego real a lo largo de toda la semana pasada, estoy en plena misión de internamiento silencioso en las residencias de los capos rivales. Ya he conseguido volar la mansión de los Berzetti. Las misiones de internamiento silencioso, paciente, eliminando guardias uno por uno, con mimo y estrategia, son mis favoritas. Provocar el caos a discreción me pone más nervioso.
No soy tampoco, lo reconozco, el mayor fan de la saga de Coppola. Pero tiene su gracia cómo tu papel en el juego se adscribe a las elipsis de la película. Por ejemplo, una de las misiones consiste en escabullirse dentro de la mansión del productor de Hollywood, junto con Monk Malone, decapitar al caballo y meter silenciosamente su cabeza en la cama. Eres también el sicario que se encarga de ir eliminando a todos los capos rivales y soplones de la Familia Corleone, que en la película no se menciona, ni importa tampoco, quién fue el ejecutor. Mira que me obsesioné en su día, y ahí sigo de vez en cuando, con el GTA Vice City; pues siendo éste un clon de aquél, y pese a sus carencias (visualmente el de Rockstar es impecable, apabullante), estoy disfrutando muchísimo de los paseos por un Nueva York sepia, conduciendo coches de época, a ritmo de Nino Rota. Como soy ajeno a todo este asunto, soy muy impresionable. Me queda entretenimiento hasta navidades, calculo. Todo bien.

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