lunes, 18 de abril de 2005

Post fugaz de intrascendente información personal

Desde la semana pasada, mi vida ha cambiado, ligera pero al mismo tiempo sustancialmente: la comunidad de vecinos me ha pintado amablemente y por la patilla las paredes de toda la casa, que ahora está brillante y hermosa, como nueva. Ha sido un fin de semana de orden y limpieza general. Por otro lado, voy a dedicar 15 horas semanales a servir copas en un bar de Lavapiés, y gracias a ello, y añadido esto a mi trabajo simiesco para el señor Emilio Botellín, me voy a montar en el euro. Vuelvo al pluriempleo, pero en una compañía inmejorable. Y mi remuneración mensual se duplica así por arte de magia. Emocionante, esta nueva cuenta atrás hacia el final de mis días.

Perdón. Ya pueden seguir leyendo otros blogs.

Actualización: olvidaba contar que los golpes de suerte, como las desgracias, suelen venir de tres en tres: el día que volvía del bar (recién contratado y con las pupilas en forma de euro), me atropelló un coche que venía desde atrás, en un momento en que invadí la calzada para adelantar a unas señoras lentas como un desfile de cojos. Me golpeó en una mochila que llevaba y en el codo, y me tiró al suelo pero no me pasó nada de nada. Más suerte. Si es que es una racha. Eso era todo.
Queda pendiente un bares, qué lugares sobre mi nuevo lugar de trabajo

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