lunes, 11 de abril de 2016

“Detrás de los Simpson” (Juan Pablo Marín Correa, 2006)

«Según los patrones faciales, que clasifican el aspecto del rostro del individuo, se ve un patrón frontal dolicocefálico –la altura del rostro y de la cabeza prevalecen sobre la anchura–, es la cabeza y cara alargadas; esta descripción también se extiende al cuerpo, ya que en la mayoría de los casos son correspondientes; la mandíbula se presenta más baja y atrás. Patrón de perfil retrognático: la mandíbula inferior es corta, pequeña y hacia atrás. Y prognáticos (belfos) en mandíbula superior, ya que esta es alargada, grande y hacia delante. (…). Las patologías subrayadas corresponden usualmente a diferentes síndromes; por ejemplo, la exoftalmia o protrusión ocular se presenta en los síndromes de Crouzon en el que los ojos se forman grandes, saltones y la frente alta, al igual que en el de Apert; en este último también es usual la sindactilia. La microtia y la hipoplasia de huesos malares son más característicos del síndrome de Treacher Collins. La exoftalmia, en algunos casos, genera la disminución del tabique, por lo cual, la nariz se forma de manera alargada y por el tamaño de los ojos se ve como si fuera pequeña. (…). La fisonomía de Los Simpson está marcada por la mutación genética, claro: ¿qué más se puede esperar de un grupo de individuos que viven y se reproducen en torno a una planta nuclear?».

Lo anterior es un extracto del ensayo "Detrás de los Simpson", una obra reciente que viene a sumarse a mi ya abundante colección de papel tintado en torno a esta serie que tanto me estimula. He leído ensayos sobre la religión, la historia o la filosofía en torno a los Simpson, que me entretuvieron y divirtieron mucho, ya que la lectura suele estar apuntalada de descacharrantes frases sacadas de la serie, que uno lee recordando las escenas, y con las voces de los actores en la cabeza… pero en este caso, el humor o la afición por estos dibujos animados no es algo que se haya tenido en cuenta. El autor hace un repaso por muchos de los aspectos socio-antropológicos de los Simpson, con el rigor científico y la seriedad de un entomólogo describiendo una nueva especie de coleópteros: sus raíces antropológicas y morfológicas, sus relaciones sociales, su hábitat, las cualidades psicológicas de cada carácter… Explicando el color de su piel y la forma de sus trazos como si fuese una tribu real sometido a mutaciones nucleares, no como si un dibujante mediocre se los hubiera inventado, y analizando su comportamiento y sus gilipolleces en las primeras temporadas no como si hubiesen sido concebidas para hacer de reír, sino como si los sujetos de estudio no hubiesen trascendido la fase anal o un trauma preadolescente les persiguiera; explicando el parecido entre personajes con bigote o un mismo tono de cabello azul acudiendo a la heráldica; explicando los chistes más simplones rebuscando en la bibliografía de Freud o Heidegger, etc. Un cosa realmente curiosa, extraña, con capítulos auténticamente soporíferos y algún que otro apunte más o menos curioso. Y adaptado a toda prisa del colombiano.

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