jueves, 24 de septiembre de 2015

"A Weird Town story" (Jim Soler, 2011)

Me encontré por casualidad con este mediometraje de animación en stop-motion, creado por unos aficionados de los muñecos Playmobil. En el mundo de la animación amateur hecha con muñequitos, los brickfilms han conseguido auparse como un auténtico subgénero, y hace muchos años que me gusta mirar de vez en cuando piezas hechas con minifigs de LEGO, algunas llenas de imaginación y enormes dotes técnicas. Finalmente, la franquicia ha llenado el mercado de productos oficiales de animación con LEGO (con la extraordinaria "The LEGO movie" a la cabeza, y montones de largometrajes, escenas para videojuegos o experimentos como el capítulo especial de Los Simpsons, "Brick like me"), pero pasando por completo del asunto de la stop-motion, recreando enteramente sus creaciones por ordenador. Y en todo este asunto, la animación de Playmobil se ha quedado atrás; y eso que fueron los primeros en comercializar un pack para invitar a los niños a grabar sus aventuras en su cuarto. Y no sé qué andaba buscado el otro día, cuando me topé con esta extrañísima peli española de casi 50 minutos, en la que se mezcla tradicional stop-motion con animación por ordenador, con un resultado interesante, pero absolutamente extraño, bizarro, lisérgico. "A Weird Town story" es como un viaje de ácido dentro de la mente de un primo discapacitado de Tim Burton. Una cosa inenarrable. El doblaje es muy profesional, estupendo, y cuenta incluso con números musicales. La historia cuenta cómo un matrimonio y su hijo son desahuciados, y se ven obligados a buscar una casa nueva. La más barata la encuentran en una inmobiliaria. Una casa preciosa, pero demasiado barata, ya que está en el pueblo de Weird Town, y todos los inquilinos anteriores han huido de allí, porque... sus vecinos están locos. Se acerca la noche de Halloween, y los trastornados e infantiles habitantes de Weird Town están organizando una feria de monstruos, que será el momento crucial en el que los protagonistas deben decidir si se quedan allí o se marchan. Un coche-araña, una gigantesca monstrua robot, plastilina, efectos creados en Flash, bailecitos, muñecos trastornados que se arrastran sin mover las piernas, diálogos estáticos (el movimiento de las bocas se pinta sobre fotogramas inmóviles, en pausa)... todo es hipnóticamente raro, todo está inspirado enfermizamente en las películas de Tim Burton, y todo resulta increíblemente extraño. Asombroso.

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