El otro día, paseando con unos colegas, encontré en una tienda casi toda la colección original de Forum de Capa y Puñal, dos de mis personajes favoritos de la Marvel, en cuatro tomos retapados, ¡por 4 euros! Los leí en su momento (y me deshice de ellos en HiperCómic, como hacía siempre), pero casi había olvidado estas historias, así que he estado leyendo todo lo que tenía a mano sobre estos tipos. Empecé mi puesta al día revisando las primeras apariciones de Capa y Puñal, en la colección
Peter Parker, the Spectacular Spider-Man nº 64 (marzo de 1982), una época en la que el grandísimo y desgraciado Bill Mantlo (en 1982 fue atropellado por un malnacido que se dio a la fuga, y desde entonces apenas ha salido de hospitales e instituciones médicas, aquejado de irreparables daños cerebrales) estaba al cargo de aquella colección. El dibujo corría a cargo de otro artista desgraciado de aquella época, el olvidado, espectacular,
eisneriano Ed Hannigan (actualmente víctima de una esclerosis múltiple). En aquella primera aparición nos narraban cómo Capa y Puñal, encarnación de la Oscuridad y la Luz, vagaban por las azoteas de Manhattan persiguiendo y asesinando a un cruel traficante de drogas afín a la Maggia (Simon Marshall) en las mismas narices de Spidey. En posteriores entregas (
Spectacular #69-70) se nos narra el origen de Tyron Johnson y Tandy Bowen, dos jóvenes menores de edad que huyeron de casa y fueron captados por una célula de narcos comandada por Marshall, que experimentaban con un remedo más barato y de laboratorio de la heroína. Ty y Tandy fueron cobayas humanos sobre quienes testar si el producto podía ser puesto en circulación. Consiguieron huir de la isla en la que estaban siendo sometidos, y de alguna manera la droga transformó sus cuerpos en dos extraños receptáculos mutantes dependientes el uno del otro. La capa de Capa (un harapo piojoso azul y nego que encuentra en un callejón y del que ya nunca más se separará) es una especie de portal interdimensional hacia la Zona Sombría, absorbe la energía "mala" de los traficantes y drogadizos, y que debe alimentarse regularmente de la luz que emana de Puñal (la impresionante e hipersexuada ninfa menor de edad en ceñidísimo espándex blanco), quien a su vez dispara puñales de luz que hieren y curan la adicción a las drogas de sus contrincantes. Efectivamente, Bill Mantlo se inventó a dos (poderosamente atractivos y patafísicos) vigilantes intrínsecamente ligados al mundo de la droga del Nueva York marvelita. Así, en sus posteriores apariciones en diversas colecciones de Spider-Man se enfrentan a Kingpin, el Castigador o el supertraficante Cabello de Plata (que también aparece por primera vez en aquellos tiempos). Ya en 1983, Marvel decide lanzar a Capa y Puñal como protagonistas de su propia cabecera, en una serie limitada de 4 números (que me prestó mi amigo Scari en su edición original; en España se publicó en un solo tomo en la legendaria y ochentera Colección Extra Superhéroes) en la que continúan su patética y ultra-dramática guerra contra la droga. Bill Mantlo seguía a cargo de sus historias, dibujadas por el magnífico Rick Leonardi, a quien los fans de mi generación adoramos (dibujó algunos de los mejores números de la "etapa australiana" de Patrulla-X de Claremont, la inolvidable serie limitada de Coloso, o
Spiderman 2099, una obra maestra del proto-ciberpunk). En 1985 obtuvieron su propia colección regular (por Mantlo/Leonardi), que solo duró 11 números, aunque en la edición española enlazó limpiamente con la continuación natural de CyP, ya en 1987, dentro de la serie
Strange Tales featuring Cloak and Dagger & Doctor Strange. Si durante todo el vol. 2 (donde, por cierto, sustituyeron puntualmente a Leonardi en los lápices estrellones del momento como Marc Silvestri, Mike Mignola o Bret Blevins) Mantlo siguió contando historias oscuras, amargas y ciertamente pesarosas (no recordaba que esto fuese tan peripatético, repetitivo, que se llorase tanto y hubiera tanto cura y tanto yonki...), a partir de la etapa junto a Stephen Extraño (Peter B. Gillis/Blevins, con algún fill-in de Erik Larsen) las historias se vuelven menos lloricas y más sobrenaturales. Desgraciadamente, mis retapados terminan con esta etapa. Pronto se haría cargo de los guiones el entintador habitual de los personajes (y de medio Universo Marvel), el propio Terry Austin, en una de sus escasísimos trabajos intelectuales, dotando a la serie de algo más de optimismo y hasta un simpático humor negro. Entramos ya en el volumen 3 americano (1988, alcanzando, más o menos, la edición española a la americana), más conocido como
The mutant misadventures of Cloak and Dagger. Donde antes se habían dedicado a perseguir a los narcos por medio mundo, y luego a enfrentar monstruitos y demonios, ahora Austin decide introducirles de lleno en la franquicia mutante y cruzarles continuamente con Factor-X, los 4 Fantásticos, Power Pack, los Vengadores, Spiderman... Pero todo esto no lo tengo :(
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