Pero, como sea, casi todos los textos me han gustado y lo leí en dos sentadas, la misma tarde/noche que me lo pillé en La Central, que por cierto me tiene entusiasmado, pasearse uno por ese palacete reformado a sus anchas, curioseando entre tanto libro singular importado, especialmente cuando no hay nadie. El texto de Jordi es una curiosa historieta modernista y televisiva, muy bien. Grace, en su labor de cronista de la Villa, es un placer (aunque su novela no me dijo nada, ya hice post), y aquí en formato dilatad hace un poco lo mismo, es como un annual de sus extraordinarias Creaciones Madrid ambientado en el Centro-Sur de la capital. El texto de Jimina Sabadú también me gustó mucho, contenido para lo visceral que suele ponerse a veces, y además se centra en un contexto que me es muy cercano. Igual que el texto que cierra el compendio, de Fernando San Basilio, una oda al Centro Comercial Madrid-2 La Vaguada donde yo también crecí, obsesionado con la idea de vivir allí dentro sin salir, ya que era, que yo sepa, el primer mall que tuvimos en España y de crío me fascinaba el concepto. Fantástico el primero, lo de Juan Sebastián Cárdenas, que con mucho gusto y prosa alegre abunda en la casuística y la chismología contemporánea que ni Luis Carandell. Correctos y adecuados son los cuentitos de Mercedes Cebrián, Óscar Esquivias, Elvira Navarro o Carlos Pardo, éste con una visión sobre estudiar de rebote y fuera de tiesto en La Moraleja, con la que también me identifico mucho. Lo de Bob Pop desatado no me gustó nada, la verdad. Hay otro texto ("Los ojos") que no sé en qué idioma está escrito, y lo que ha hecho el Fresycoolo me parece de juzgado de guardia. Por el amor de dios, por el bien de la Cultura, que sus colegas dejen de publicar a este niño hasta que le salgan pelos en los huevos, que cuando sea mayor y mire hacia atrás va a ser jodido. Me enciende el entorno fresycoolo y lo que representa que publique en todas partes. Si llego a saber cómo se llama de verdad y lo leo en la portada de esto, igual no me lo pillo.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Madrid, con perdón (v.v.a.a., 2012)
Pero, como sea, casi todos los textos me han gustado y lo leí en dos sentadas, la misma tarde/noche que me lo pillé en La Central, que por cierto me tiene entusiasmado, pasearse uno por ese palacete reformado a sus anchas, curioseando entre tanto libro singular importado, especialmente cuando no hay nadie. El texto de Jordi es una curiosa historieta modernista y televisiva, muy bien. Grace, en su labor de cronista de la Villa, es un placer (aunque su novela no me dijo nada, ya hice post), y aquí en formato dilatad hace un poco lo mismo, es como un annual de sus extraordinarias Creaciones Madrid ambientado en el Centro-Sur de la capital. El texto de Jimina Sabadú también me gustó mucho, contenido para lo visceral que suele ponerse a veces, y además se centra en un contexto que me es muy cercano. Igual que el texto que cierra el compendio, de Fernando San Basilio, una oda al Centro Comercial Madrid-2 La Vaguada donde yo también crecí, obsesionado con la idea de vivir allí dentro sin salir, ya que era, que yo sepa, el primer mall que tuvimos en España y de crío me fascinaba el concepto. Fantástico el primero, lo de Juan Sebastián Cárdenas, que con mucho gusto y prosa alegre abunda en la casuística y la chismología contemporánea que ni Luis Carandell. Correctos y adecuados son los cuentitos de Mercedes Cebrián, Óscar Esquivias, Elvira Navarro o Carlos Pardo, éste con una visión sobre estudiar de rebote y fuera de tiesto en La Moraleja, con la que también me identifico mucho. Lo de Bob Pop desatado no me gustó nada, la verdad. Hay otro texto ("Los ojos") que no sé en qué idioma está escrito, y lo que ha hecho el Fresycoolo me parece de juzgado de guardia. Por el amor de dios, por el bien de la Cultura, que sus colegas dejen de publicar a este niño hasta que le salgan pelos en los huevos, que cuando sea mayor y mire hacia atrás va a ser jodido. Me enciende el entorno fresycoolo y lo que representa que publique en todas partes. Si llego a saber cómo se llama de verdad y lo leo en la portada de esto, igual no me lo pillo.
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