Hace varios meses que se truncó, y me leí, esta serie que acabó siendo limitada, y cuya razón de ser era llevar a Lobezno más allá del
code, más allá de todo lo visto hasta ahora, y transformar sus quehaceres mutantes en un infierno de gore, incorrección política y pesadilla (se anuncia para la temporada otoño-invierno una nueva serie, ¡otra! de Lobezno en la línea MAX, así que tendremos ocasión de ver más Lobezno para adultos). Los culpables en este caso fueron un tal Charlie Huston y el sensacional dibujante español (habitual de revistas de literatura gráfica erótica) Juan José Ryp, otra pica española en Marvel, que lo llena todo de vísceras, de bicharracos, de gotitas de sangre, roña por las paredes, granos, venas, chorretones, anatomía desmembrada, cacafuti y unos pibones que dejan sin aliento. Espeluznante, asquerosín y sensacional. Leía esta cole con un gusanillo similar al que te recorrería al estar leyendo una historieta de Lobezno seriada en
El Víbora a mediados de los noventa.
En el primer arco conocemos a Winsor, un excéntrico emo hijo de puta que se dedica a secuestrar mutantes y tipos que no pueden morir, para experimentar con ellos en busca de la cura de una enfermedad que sufre su hijo. Poniendo a prueba a Lobezno hasta lo inimaginable, haciéndole cosas que no se le podrían hacer nunca en su colección regular.
A continuación, tenemos a Logan hecho trizas, infectado con miles de virus distintos, luchando con su factor curativo en la mansión-X. Bestia, Cíclope, Emma Frost y Dazzler cuidan de él, hasta que decide que ya está mejor, y escapa en busca de la moza a sueldo de Winsor que intentó matarle al final del arco anterior, que resulta que ha sido infectada por un virus tecnonecrótico, una tecnología vírica extraterrestre que hace a la peña no-asesinable. Un par de cazarrecopensas espacio-temporales, Monark Starstalker y Paradox, y su lechuza de oro (?), junto a los X-Men, se unen a Logan en la batalla final contra el hioputa de Winsor el mega-difundidor de todos los virus conocidos, exóticos y de fantasía imaginables, que además se ha hecho superfuerte y resistente. La batalla final será otro derroche de vísceras, sangre, mucosas y viñetas atestadas de horror vacui de mal gusto.
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